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De acuerdo a Enrique Morales en el portal The Objetive, la justificación oficial es que República Dominicana en un lugar de escala y que la mayoría de los vuelos no tuvieron como destino final la isla. Durante una escala los pasajeros pueden bajar, pueden incorporarse nuevos viajeros e incluso hacer traslados de equipaje.
Pese a todo, sigue sin haber una justificación oficial de por qué siempre el país elegido es República Dominicana, independientemente si el destino final de los vuelos es Terranova (Canadá), Cartagena de Indias (Colombia) o San Antonio Masahuat (El Salvador). Las escalas se producen en diferentes aeródromos y aeropuertos que tiene República Dominicana.
Según ha podido constatar THE OBJECTIVE, estas escalas siempre en el mismo país tampoco estarían justificadas por un convenio especial para que los aviones pudiesen repostar.
El Estado Mayor del Aire admite a través del Portal de Transparencia que no «consta en que se disponga de ningún convenio y/o acuerdo con la República Dominicana para el suministro de combustible a aeronaves de Estado». Algunas escalas, según recoge la web falcondespega.com se prolongan durante bastantes horas, incluso más de seis. Se da el caso también de que las llegadas de los Falcon son a pequeños aeródromos y, posteriormente, se trasladan al aeropuerto de la capital dominicana.
Las escalas en República Dominicana
Las numerosas paradas técnicas en República Dominicana han generado incógnitas y el motivo de estos vuelos se ha convertido en una pregunta recurrente por parte de la oposición. Transparencia y también la Audiencia Nacional han instado de forma reiterada a informar sobre los vuelos, pero el Ejecutivo elude proporcionar datos y utiliza evasivas incluso cuando se le pregunta en el Congreso de los Diputados.
El Grupo Popular en el Congreso, cuyo portavoz es Miguel Tellado, ha interrogado en al menos nueve ocasiones sobre los viajes. En ocho de ellas no se han aportado datos y solo en la novena, que tenía como eje los vuelos a Dominicana, han conseguido una escueta respuesta.
El Gobierno se ha limitado en señalar –respuesta de la ministra de Defensa, Margarita Robles, el pasado mayo– que solo cuatro vuelos oficiales tenían como último destino República Dominicana. Dos de estos vuelos fueron realizados por el presidente Pedro Sánchez, junto a su mujer, y por el rey Felipe VI. El motivo: acudir a la Cumbre de Países Iberoamericanos. Los otros dos vuelos tuvieron como protagonista a José Manuel Albares, ministro de Asuntos Exteriores.
Canarias y Andalucía
Los datos recogidos en la web falcondespega.com, uno de los pocos medios de control de estos desplazamientos, muestran que desde marzo de 2021 se han producido 5.338 vuelos en Falcon o Airbus. De estos, solo es posible justificar a través de la agenda 645 hechos por ministros y el presidente Sánchez. Hasta 2.549 no están registrados y es imposible verificar si forman parte de traslados de la Casa Real, están en mantenimiento o están destinados a vuelos militares.
Las Islas Canarias y Andalucía han sido los destinos nacionales preferentes de la flota VIP del Estado. Hasta en 223 ocasiones han aterrizado en las islas y en 94 en alguna de las provincias andaluzas. Mientras, el podio de los destinos internacionales lo ocupan Bélgica -152 vuelos-, Portugal -81- y Polonia y Francia -79-. Estados Unidos es el cuarto país donde más aterrizajes hicieron los Falcon y los Airbus. Después, está República Dominicana. El queroseno consumido suma 35,5 millones de litros y el dióxido de carbono emitido es el equivalente al que generaría un vehículo circulando durante 9.222 años.
El Falcon es uno de los medios de transporte más contaminantes, emitiendo cada 60 minutos de vuelo la misma cantidad de CO2 que un ciudadano promedio europeo en tres meses: 2,6 toneladas. Además, el traslado de pasajeros es muy inferior al que podría realizarse, por ejemplo, en tren, medio de transporte que cuenta con rutas hacia Sevilla —lugar en el que aterrizó— y que puede trasladar a más ciudadanos. Cada hora de vuelo del aparato tiene un coste estimado de 6.000 euros.