Bukele mantiene su estrategia y suma 7,502 bitcoines

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El Salvador volvió a situarse en el centro del debate internacional sobre criptomonedas. El país incrementó su reserva estratégica de bitcóin a 7,502 unidades, con un valor estimado de 647.4 millones de dólares, según datos oficiales de la Oficina Nacional de Bitcoin (ONBTC). La actualización confirma que el Gobierno mantiene activa su política de acumulación del activo digital. Esto ocurre pese a las presiones de organismos multilaterales y a recientes cambios regulatorios internos. 

De acuerdo con el portal oficial de la ONBTC, la reserva exacta asciende a 7,502.37 bitcoines. El aumento responde a la compra más reciente de una moneda adicional. Esta estrategia de adquisiciones periódicas es impulsada directamente desde el Ejecutivo. Gracias a ello, El Salvador sigue siendo un caso singular en el mapa económico global. La diferencia es aún más visible frente a otras economías emergentes, que observan el mercado cripto con mayor cautela. 

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Una decisión histórica con resultados desiguales 

En 2021, El Salvador hizo historia al convertirse en el primer país del mundo en adoptar el bitcóin como moneda de curso legal. La iniciativa fue promovida por el presidente Nayib Bukele. El objetivo era fortalecer la inclusión financiera, reducir los costos de las remesas y atraer inversión extranjera vinculada al sector tecnológico. 

Sin embargo, el impacto de esta política ha sido más limitado de lo esperado. Encuestas recientes indican que 91.8 % de los salvadoreños no utilizó bitcóin durante 2024. Esta cifra refleja una baja adopción del activo en la vida cotidiana. En la práctica, el dólar estadounidense sigue siendo el principal medio de pago. La criptomoneda permanece al margen de la mayoría de las transacciones diarias. 

Este contraste ha generado dudas sobre la efectividad del modelo. La brecha entre el discurso oficial y el uso real del bitcóin es evidente. El contexto de alta volatilidad del mercado cripto también ha influido en esta percepción.

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El FMI y las condiciones del financiamiento externo 

La estrategia de bitcóin de El Salvador ha estado condicionada por su relación con el Fondo Monetario Internacional. Durante las negociaciones para un acuerdo financiero por 1,400 millones de dólares, el FMI solicitó limitar el uso del bitcóin. También pidió frenar su compra directa por parte del Estado. El organismo ha advertido sobre los riesgos fiscales y financieros asociados a la exposición a un activo volátil. 

A pesar de estas condiciones, el presidente Bukele aseguró en marzo pasado que la adquisición de bitcóin no se detendrá en el futuro. Con ello, reafirmó que el activo digital forma parte de una visión estratégica de largo plazo. Este mensaje fue interpretado como una señal de continuidad para los mercados. Al mismo tiempo, despertó preocupación entre analistas financieros. 

En línea con los compromisos asumidos ante el FMI, la Asamblea Legislativa reformó la Ley Bitcóin a finales de enero. La reforma eliminó la obligatoriedad de aceptar la criptomoneda para los agentes económicos. También redujo el rol del Estado en su promoción. Además, se suprimieron referencias legales que la equiparaban a una moneda de curso legal. 

Bitcóin como reserva estratégica y apuesta a largo plazo 

Pese a los ajustes normativos y a la baja adopción interna, el Gobierno salvadoreño sigue presentando al bitcóin como una reserva estratégica nacional. El valor actual de 647.4 millones de dólares refleja tanto las compras acumuladas como la evolución reciente del precio del activo. 

Desde el Ejecutivo, el argumento central es claro. El bitcóin podría convertirse en un respaldo financiero relevante si su adopción global continúa creciendo. No obstante, expertos advierten sobre los riesgos de esta estrategia. Señalan las limitaciones fiscales del país y su dependencia del financiamiento externo. 

En este contexto, El Salvador continúa bajo la observación de gobiernos, inversionistas y organismos multilaterales. La evolución de su reserva de 7,502.37 bitcoines será clave. También lo será su impacto en la estabilidad macroeconómica. 

Por ahora, la acumulación sostenida de bitcóin confirma que El Salvador mantiene firme su experimento cripto. La estrategia sigue adelante pese a los ajustes legales y al escepticismo interno. Con ello, el país continúa desafiando los enfoques tradicionales de la política económica internacional.

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