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Espacio Literatura Infantil escrita por niños
Desde su espacio dedicado a la infancia, el Núcleo de Escritores de la Región Nordeste se complace en presentar un nuevo cuento del joven autor Daniel Sánchez, titulado El dragón rebelde y la princesa feliz.
Daniel Sánchez Muñoz, de tan solo 11 años, reside en San Francisco de Macorís y es hijo de Francisco Sánchez y Dianny Muñoz.
El dragón rebelde y la princesa feliz
Había una vez, en un reino donde el viento olía a pino y diciembre llegaba con pasos suaves, una princesa llamada Darbella. A Darbella le gustaban todas las épocas del año, pero la que más quería era la Navidad, porque decía que en esos días el corazón se volvía más grande.
Tenía una hermana menor llamada Dailla, amable, encantadora y tan traviesa como un colibrí inquieto. Una tarde de diciembre, las dos decoraban el árbol de Navidad. Colgaban luces, cintas y estrellas, cuando de pronto apareció un dragón enorme, rojo como el fuego, llamado Fuego.
Sin decir palabra, el dragón lanzó una llamarada y quiso destruir el árbol.
—¡Ah, ah, ah! —gritaron las niñas, asustadas y temblorosas.
El dragón gruñó:
No me gusta la Navidad. Es aburrida. Santa no existe.
En ese momento llegó la madre de las niñas, se plantó firme frente al dragón y le preguntó con voz serena:
—Basta, ¿por qué haces eso?
Fuego bajó la cabeza. Su voz, antes fuerte, salió triste y baja:
—No me gustan los árboles. Detesto la Navidad porque nadie me ha hecho sentir importante. Cada año lo paso solo. Los fuegos artificiales me irritan, las luces no me dejan dormir… y cada Navidad recuerdo que esperé a Santa durante muchos años, y nunca llegó.
Las niñas se miraron y, sin miedo, le dijeron:
—No, Fuego. Déjanos explicarte qué es la Navidad.
Y Darbella habló despacio:
—La Navidad es un tiempo de amor, donde recordamos el nacimiento de Jesús, el Salvador del mundo. Es tiempo de compartir, de alegrarse juntos.
Dailla añadió sonriendo:
—Este año te invitamos a vivir con nosotras este tiempo de amor y alegría.
Llegó la noche de Navidad y, tímidamente, Fuego llegó a la casa. Compartió la cena, escuchó risas y, por primera vez, no se sintió solo. Cuando repartían los regalos, encontró uno con su nombre. Al abrirlo, vio un pequeño dragón, tierno y alegre, y una cartita que decía:
“Perdona por los años que no vine. Para venir necesitabas un corazón dispuesto a amar y a ser amado. Te dejo este compañero para que nunca te sientas solito y el calor de este hogar, para que recuerdes que en cada Navidad celebramos el nacimiento de Jesús, el Salvador del mundo.”
Fuego no pudo contener su alegría. Salió al patio gritando:
—¡La Navidad existe! ¡Es hermosa! Está en ti y está en mí. ¡Soy muy feliz!
Y gritó aún más fuerte para que todos lo escucharan:
—Si quieres vivir una hermosa Navidad y que Santa te visite, debes tener un corazón dispuesto a amar.
Ese año, humanos y animales salieron a la calle. Bailaron, cantaron y de pronto todo quedó en silencio…
silencio…
ssssssssssssss…
Porque el Niño Jesús dormía en la cuna y María le cantaba:
Duérmete, niño, duérmete ya.
Las princesas sonreían felices al ver que habían logrado hacer feliz al dragón rebelde.
Y así, en aquel reino, la Navidad volvió a nacer en muchos corazones.
Fin.
Moraleja
La Navidad es un tiempo de amor y paz. Debemos dar amor a los demás. En esta Navidad, regala abrazos, alegrías y sonrisas a quienes han perdido, por alguna razón, la chispa de la Navidad.
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1 day ago
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