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En la fiesta de celebración del triunfo electoral del Partido Revolucionario Moderno (PRM) y aliados, finalizando la noche del pasado 19 de mayo, el presidente Abinader, pletórico de emoción, pronunció dos categóricas promesas: a) No me voy a reelegir para 2028. ¡Nunca jamás seré candidato! b) En los próximos días me voy a reunir con los compañeros del PRM que aspiran a la presidencia para las próximas elecciones.
Consecuente con esas promesas, el presidente Abinader consiguió que “su congreso” le colocara un “candado” a la Constitución para cerrar las posibilidades de segunda reelección y las posibilidades de rehabilitar al ex presidente Danilo Medina. También, realizó una reunión con los perremeistas (funcionarios) autoproclamados presidenciables, en la cual gritó: “¡A correr fanáticos!”
De inmediato, en precipitada carrera (lucha sin cuartel) por la candidatura presidencial del PRM para el 2028, empezaron los funcionarios gubernamentales David Collado, Tony Peña, Guido Gómez Mazara, Wellington Arnaud, Eduardo Sanz Lovatón y la alcaldesa Carolina Mejía.
Todos ellos, con el mote de “precandidatos presidenciales”, muy entusiasmados y apresurados en sus objetivos electoreros, de inmediato empezaron campañas subliminales, soterradas y, obviamente, para aprovechar “políticamente” el actual período navideño, en franca violación de las leyes, la prudencia política y sus responsabilidades como funcionarios del gobierno del PRM-Abinader ¡arrancaron abierta y agresivamente con sus campañas para las elecciones de 2028!
En el PLD
Haciéndoles el juego y “justificando” la politiquería y extemporánea actitud de los funcionarios presidenciables del gobierno del PRM-Abinader, también en el Partido de la Liberación Dominicana (PLD), aún en medio del desarrollo de su Congreso, varios miembros del Comité Político-PLD empezaron sus campañas (luchas) como precandidatos presidenciales: Francisco Javier García, Abel Martínez, Domínguez Brito, Margarita Cedeño y Juan Ariel Jiménez.
Lamentablemente, la campaña electoral de los dirigentes del PLD será un verdadero obstáculo a los principales propósitos de los resultados del recién finalizado Congreso: ¡Renovar, respetar la unidad en la diversidad y “fortalecer al Partido para defender al pueblo”!
Obviamente, importantes sectores de la población, en especial los diferentes estratos de la clase media (más del 70 %) e importantes actores de los medios de comunicación y redes sociales del país están observando y registrando datos e informaciones en torno a los susodichos precandidatos para, en el momento oportuno… ¡Pasarles facturas!
Como ejemplo de los efectos negativos para el gobierno del PRM-Abinader de la campaña electoral de los funcionarios precandidatos los tenemos en estos dos evidentes casos:
1.- La lucha fratricida y desafueros cometidos entre diferentes facciones de perremeistas por el control de la alcaldía de La Vega. 2.- Las declaraciones públicas contra políticas y ejecutorias del gobierno (migraciones haitianas, construcción del muro en la frontera, contrario al aumento de salarios de los médicos y oposición a la construcción del Tren Metropolitano) del expresidente Hipólito Mejía, segundo líder del PRM y principal responsable de la candidatura presidencial de su hija, la alcaldesa Carolina Mejía.
Con respecto a los funcionarios que son precandidatos procede que, a la mayor brevedad, el presidente Abinader les desvincule de sus cargos como funcionarios para que, con sus propios recursos y más tiempo disponible, puedan llevar a cabo sus competencias electorales (luchas políticas).
Así, se evitarán conflictos de intereses entre sus respectivos cargos y aspiraciones y desatender sus principales responsabilidades como servidores públicos. Tampoco se verán tentados a usar los recursos humanos, materiales, técnicos y económicos del Estado en beneficios personales y procurando ventajas en sus extemporáneas campañas proselitistas. ¡Ojalá así ocurra!
jpm-am