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En los centros educativos de San Francisco de Macorís, los docentes del nivel inicial coinciden en un punto esencial: la asistencia regular de los niños es fundamental para su adaptación escolar, el establecimiento de rutinas y la construcción de aprendizajes significativos. Aunque a veces se percibe que la educación inicial es “simple” o “flexible”, la evidencia muestra que es justamente en esta etapa donde se forman las bases emocionales, sociales y cognitivas que acompañarán al niño durante toda su vida escolar.
La UNESCO (2022) destaca que “la educación inicial es un período sensible donde la regularidad y la estabilidad emocional favorecen el desarrollo integral del niño”. Cuando un niño asiste de manera continua, comprende mejor las normas del salón, se integra más rápido con sus compañeros y logra establecer rutinas que fortalecen su autonomía: saludar, organizar sus materiales, participar en actividades y reconocer la secuencia del día.
La ausencia frecuente, en cambio, provoca retrocesos en el proceso de adaptación. Cada vez que un niño falta, pierde oportunidades de socializar, practicar habilidades motoras y del lenguaje, reforzar hábitos y desarrollar su sentido de pertenencia al grupo. De acuerdo con la psicopedagoga española Elena Martín (2020), “la irregularidad en la asistencia genera desconexión emocional, inseguridad y dificultades para seguir el ritmo pedagógico”, situación que se observa con frecuencia en las aulas del nivel inicial.
En San Francisco de Macorís, orientadores y docentes afirman que los niños con mayor asistencia regular muestran mejores avances en socialización, lenguaje, atención y regulación emocional. También participan con más seguridad en juegos, cuentos, canciones, rincones pedagógicos y actividades dirigidas, elementos esenciales en el aprendizaje temprano.
La psicología educativa explica que las rutinas brindan seguridad, reducen la ansiedad y ayudan a los niños a anticipar lo que ocurrirá. Esto les permite sentirse confiados y dispuestos a aprender. Por el contrario, la falta de continuidad interrumpe estas dinámicas y dificulta que el niño interiorice hábitos como el saludo, el orden, la higiene, la alimentación escolar y la participación activa en las actividades del día.
El Ministerio de Educación de la República Dominicana también enfatiza que la asistencia sostenida es un compromiso compartido entre la escuela y la familia. Cuando los padres comprenden la importancia de la regularidad, se reduce el ausentismo y se fortalece la integración del niño. Escuelas franciscanas han implementado estrategias como encuentros con familias, charlas sobre adaptación, recordatorios y jornadas de acompañamiento que han mostrado resultados positivos en la permanencia y participación de los estudiantes.
La educación inicial no es simplemente una preparación para la primaria; es el fundamento del desarrollo emocional, social y cognitivo. Cada día cuenta. Como afirma la especialista Catherine Snow (2019), “las experiencias de los primeros años determinan cómo los niños aprenden a relacionarse, comunicarse y explorar el mundo”.
Garantizar la asistencia regular de los niños en el nivel inicial es apostar por su bienestar, su seguridad emocional y su futuro educativo. La comunidad escolar y las familias de San Francisco de Macorís están llamadas a trabajar juntas para asegurar que cada niño viva plenamente esta etapa única, llena de descubrimientos, juegos, afecto y crecimiento.
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3 days ago
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