Muchos portadores de VIH no saben que tienen el virus

El VIH continúa siendo uno de los principales problemas de salud pública en el mundo, a pesar de los avances científicos y del acceso cada vez mayor a tratamientos antirretrovirales. Millones de personas viven con el virus y miles siguen adquiriéndolo cada año, lo que evidencia que la epidemia se mantiene.

Según estimaciones epidemiológicas del Programa Conjunto de las Naciones Unidas sobre el VIH/Sida (Onusida), en 2024 alrededor de 40.8 millones de personas vivían con esta afección. De esa cifra, 39.4 millones eran adultos de 15 años o más, mientras que 1.4 millones correspondían a niños entre 0 y 14 años. Además, aproximadamente 5.3 millones desconocían su diagnóstico.

El informe también señala que, en ese mismo año, el 53% de quienes viven con el virus son mujeres y niñas, y que el 87% de la población afectada conocía su estado serológico. A nivel global, se registraron 630,000 muertes asociadas al sida y 1.3 millones de nuevas infecciones.

Entre los adultos de 15 a 49 años, la prevalencia mundial se situó en 0.7%. No obstante, diversos factores de riesgo agravados por la marginación, la discriminación y, en algunos países, la criminalización eleva la presencia de esta condición en ciertos grupos poblacionales. Las tasas más altas se registran entre hombres homosexuales con 7.6%, trabajadoras sexuales con 2.7%, personas que se inyectan drogas con 7.1%, personas transgénero con 8.5% y población penitenciaria con 1.4%.

Situación local

En República Dominicana, el director ejecutivo del Consejo Nacional para el VIH y el Sida (Conavihsida), Enrique González, informó qué alrededor de 85,000 personas viven con el virus en el país. De ellas, 56,550 reciben tratamiento antirretroviral gratuito.

El virus se transmite a través de fluidos corporales como la sangre, el semen, las secreciones vaginales y la leche materna. También puede pasar de madre a hijo durante el embarazo, el parto o la lactancia.

Las personas que reciben tratamiento antirretroviral (TAR) y logran mantener una carga viral indetectable no transmiten el virus a sus parejas sexuales, un hallazgo respaldado por la evidencia científica y considerado una de las herramientas más efectivas de salud pública.

Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), los niños diagnosticados deben iniciar el TAR de inmediato. Sin embargo, en 2023 sólo el 57% de ellos recibía tratamiento, frente al 77% de los adultos. Una vez iniciado, el cumplimiento estricto de la medicación es esencial para garantizar una vida saludable durante la adolescencia y la adultez.

La OMS también recomienda que todas las personas con riesgo de infección accedan a pruebas oportunas. La detección puede realizarse mediante test rápidos, pruebas convencionales o autopruebas, todas sencillas y asequibles. Asimismo, quienes presentan mayor vulnerabilidad deben tener acceso a servicios integrales que incluyan prevención, diagnóstico y tratamiento.

República Dominicana registró su primer caso de VIH en 1983 y el primer diagnóstico de sida en 1989. Desde entonces, el estigma y la discriminación han influido negativamente en la respuesta nacional, provocando subregistro y retrasos en la atención.

Datos del Centro Epidemiológico del Caribe (CAREC) señalan que entre 1982 y 2005 se reportaron 30,712 casos, mientras que la Organización Panamericana de la Salud (OPS) registró un promedio de 447 casos anuales entre 1997 y 2003. Para 2003, estudios estimaron una prevalencia del 2% en mujeres embarazadas, lo que equivale a que uno de cada 40 adultos vivía con la infección.

Las provincias turísticas como La Romana y Puerto Plata, así como el Gran Santo Domingo, concentran buena parte de los diagnósticos. Además, las conductas homosexuales y bisexuales masculinas continúan subregistradas por efecto del estigma social, lo que influye en la distribución de casos entre hombres y mujeres, un patrón atípico en epidemias donde predomina la transmisión heterosexual.

Diferencias entre VIH y sida

El VIH (virus de inmunodeficiencia humana) es un retrovirus que infecta células clave del sistema inmunitario, principalmente los linfocitos CD4 y los macrófagos, lo que provoca una disminución progresiva de la capacidad del organismo para defenderse.

Mientras que, el sida (síndrome de inmunodeficiencia adquirida) es la etapa avanzada de la infección. Se caracteriza por la aparición de infecciones oportunistas y otros trastornos que surgen debido al debilitamiento profundo del sistema inmunitario. El VIH es la causa del sida, pero no todas las personas con el virus desarrollan esta fase, especialmente cuando reciben tratamiento oportuno y continuo.