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Rusia y China cerraron las puertas del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas en las narices de un Haití que, agobiado por la violencia y la criminalidad que padece, solicitó a ese órgano mundial autorizar el cambio de la anémica Misión de Apoyo que en intenta brindarle seguridad, por una fuerza de paz integrada por cascos azules de la ONU.
El presidente de Francia, Emmanuel Macron, al responderle a un haitiano que lo interpeló en Rio de Janeiro, al culparlo por la crisis haitiana, afirmó que quienes destituyeron al primer ministro Garri Conille son “unos perfectos idiotas” y dijo que “fueron los haitianos quienes mataron a Haití al permitir el narcotráfico”.
Han sido días muy fatídicos para Haití con enfrentamientos entre bandas armadas contra policías haitianos y kenianos, con saldo de más de 150 muertos, además del atisbo de crisis al interior del Consejo Presidencial que juramentó un nuevo primer ministro.
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Con apoyo de la Organización de Estados Americanos (OEA) y escoltado por Estados Unidos y Ecuador, la delegación haitiana formalizó ante el Consejo de la ONU el ruego para que sea aprobada la integración de una fuerza militar que sustituya la Misión d Apoyo, que integran un punado de efectivos, la mayoría kenianos.
El veto de China y Rusia fulminó las aspiraciones haitianas, compartidas también por República Dominicana, y aleja aún más la posibilidad de que Haití encuentre en corto o mediano plazo el anhelado sosiego y se reencamine pos sendero de la institucionalidad.
Para oponerse al envío de cascos azules a Haití, el representante chino argumentó que una misión de paz debería basarse “en el hecho de que hay una paz que mantener” y que Haití “no reúne las condiciones para la paz”, algo así como que “ni una cosa ni la otra, sino todo lo contrario”.
En ese mismo sentido se expresó el delegado de la Federación Rusa, al señalar que “las condiciones sobre el terreno en Haití no son apropiadas para las operaciones de mantenimiento de paz de Naciones Unidas”, aunque ambos diplomáticos coinciden en que esa nación “requiere de ayuda urgente”.
Haití no figura en el mapa de prioridades de las grandes potencias, por lo que los discursos de sus líderes se reduce a puro teatro, como fueron las promesas del presidente Macron ante el parlamento chileno, de que Francia apoyará todas las iniciativas para restablecer la seguridad en esa nación, cuando el día antes calificó de idiotas a sus gobernantes y dijo que “fueron los haitianos que mataron a Haití”.