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El titular de la Dirección General de Servicios Penitenciarios y Correccionales (DGSPC), Roberto Santana, afirmó que el mayor reto del sistema penitenciario no está en los adultos privados de libertad, sino en los niños y adolescentes.
Señaló que estos jóvenes aún están formando su identidad y muchas veces llegan tarde al Estado, cuando ya se requiere una "prevención terciaria".
"Cuando llega la prevención terciaria a un adolescente, al Estado y a la sociedad se les presenta un reto de extrema delicadeza", sostuvo en el panel de expertos del LISTÍN DIARIO, encabezado por su director, Miguel Franjul.
"Pues, se trata de una respuesta, probablemente tardía, ante la ausencia de una prevención primaria en la que la escuela, la familia, la comunidad, las iglesias, el Estado y sus políticas sociales debieron hacer su trabajo", añadió.
Santana explicó que la cárcel debe ser el último recurso para menores en conflicto con la ley, citando a una académica británica, la cual sostiene que lo más probable es que un adolescente encarcelado termine siendo un delincuente adulto.
"Señalando con eso que el último lugar a donde debe ser remitido un adolescente o un menor es a la cárcel", dijo.
Aunque reconoció que en casos excepcionales, como los sicariatos, no hay alternativa, insistió en que el encierro puede agravar sus problemas emocionales y conductuales.
"El encarcelamiento es la medida desagradable, excepcional que ningún Estado debería encontrarse en esa situación de tener que tomarla", afirmó.
"Si eso crea un disturbio conductual y emocional en un adulto, ¿qué ocurre con esto cuando es a un adolescente o a un menor que le corresponde?", reflexionó Santana.
El funcionario destacó que, pese a la complejidad del tema, el Estado ha priorizado medidas alternativas al encarcelamiento.
Mencionó programas comunitarios, familiares e intermedios que procuran evitar que los jóvenes reincidan, así como la propuesta de unificar en una sola institución las políticas destinadas a menores infractores.
Actualmente existen en el país seis centros para adolescentes en conflicto con la ley.
Santana afirmó que el sistema se mantiene en “situación de estabilidad”, aunque no libre de fallas.
"Estabilidad no quiere decir que todo funciona bien, sino que no hay una situación de falta de ausencia de control", aclaró.
El experto en régimen penitenciario reveló que se han registrado casos de abusos sexuales entre internos varones, un tema que atribuye tanto al contexto vulnerable de los jóvenes como a la necesidad de mayor supervisión y personal especializado.
Participantes y anfitriones en el Panel de Expertos del LISTÍN DIARIO para analizar el fenómeno de la delincuencia en los menores de edad.JOSÉ A. MALDONADO/LD
El director de Servicios Penitenciarios y Correccionales señaló como avance la reducción de la población juvenil privada de libertad en Hato Nuevo, que pasó de casi 300 internos a poco más de 100.
Además, informó que se trabaja en retomar la reforma penitenciaria, fortalecer los programas de reinserción y el sistema de “medio libre” que permite a reclusos con parte de su condena cumplida realizar trabajos con autorización judicial.
Santana aseguró que la capacitación del personal es clave en el proceso.
Indicó que recientemente se formaron 300 nuevos agentes penitenciarios, y que se avanza en la sustitución gradual de policías y militares dentro de los recintos. También se creó una oficina contra la corrupción para enfrentar irregularidades internas.
“En la medida en que tienes rehabilitación, tienes reinserción y reducción de la reincidencia”, sostuvo.
El experto agregó que los menores representan apenas el 1% de la población penitenciaria y las mujeres el 2%. “Los malos somos los adultos varones. Somos el 97%”, dijo.
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2 days ago
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