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Stephen Curry.
EL NUEVO DIARIO, OAKLAND.- Se podría pensar que Stephen Curry ya ha hecho todo lo que tenía que hacer en su carrera. Ha ganado los premios individuales que tenía que ganar, ha batido los récords que tenía que batir y se ha colado en los debates sobre los mejores de la historia donde se debería colar. Pero en su mano aún falta un dedo sin anillo. Ese quinto campeonato que, él mismo admite, «es la única razón por la que juego».
A los 36 años (cumplirá 37 en marzo), el base de los Golden State Warriors sigue siendo uno de los mejores jugadores del planeta. Sus fases de flujo siguen devastando partidos en minutos e infundiendo temor en sus rivales. Hace poco Derrick White dijo que «cuando Curry mete dos triples seguidos, tú te olvidas de cómo se juega al baloncesto». Y eso todavía no ha cambiado.
Por si fuese poco, el equipo que le acompaña este curso parece mejorar ostensiblemente a lo que ha sido este grupo desde su último campeonato. Envejecido y castigado por achaques físicos, pero también lejos de su brillantez a ambos lados de la cancha. «[El campeonato] es lo único que importa a nivel de logros. Todo esto viene de la obsesión que tengo por ser el mejor jugador que puedo ser», le cuenta a NBC Sports Bay Area. «Luego, obviamente, hay otro nivel en el panteón histórico del baloncesto. Se habla de jugadores que han conseguido cinco y más, y quiero estar en ese lugar. Definitivamente, quiero ser ambicioso».
Las tres figuras que vienen a la mente son Magic Johnson, Kobe Bryant y Tim Duncan; quienes cuentan con esos cinco anillos. Pero para Curry también sería tremendamente acabar su carrera con más campeonatos que LeBron James, su gran rivalidad (y ahora amistad) durante esta era. También superaría a jugadores como Shaquille O’Neal.