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No pueden ser la base de nuestra dieta, pero sí son un muy buen aliado para llevar una alimentación saludable. Los alimentos en conserva son una opción fácil y rápida de comer algo nutritivo y sin necesidad de cocinar. Así, son el amortiguador de quien tiene hambre, pero está demasiado cansado como para encender los fogones.
Desde garbanzos o guisantes hasta atún, mejillones o sardinas, pasando por verduras como los espárragos, las alcachofas o el maíz, los alimentos en conserva son productos socorridos que pueden hacer maravillas para solucionarnos una cena rápida cualquier día de la semana.
No obstante, una vez abrimos una lata y queremos guardar una parte de ella para un consumo posterior, hay que tomar ciertas precauciones. En este sentido, si dejamos pasar demasiados días entre un consumo y otro, las consecuencias pueden ser graves.
Cuántos días puede permanecer abierta una lata de conservas
El tiempo de vida útil de los alimentos en conserva depende del tipo y del modo de almacenamiento. Dejar los alimentos en la lata original tras su apertura puede acelerar procesos de oxidación, alterar su sabor y textura o propiciar el crecimiento de bacterias. Por ello, y según indica la Administración de Alimentos y Medicamentos de Estados Unidos (FDA), el contenido de una lata debe trasladarse a un recipiente hermético y guardarse en el frigorífico a una temperatura de entre 1 y 5 grados para evitar la contaminación. Bajo estas condiciones, la mayoría de los alimentos pueden conservarse de 3 a 4 días.
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Las sopas, verduras y frutas pueden mantenerse en buen estado durante un tiempo máximo de cuatro días si se almacenan correctamente. En cambio, los productos cárnicos, pescados y mariscos enlatados, como el atún, tienen una vida útil más corta y deben consumirse en un máximo de 2 días. La Organización Mundial de la Salud (OMS) aconseja revisar siempre la fecha de vencimiento y el estado de la lata antes de abrirla. Envases abollados, hinchados o corroídos pueden indicar contaminación bacteriana y representar un riesgo para la salud.
Qué pasa si comes conservas en mal estado
El consumo de conservas en mal estado puede provocar intoxicaciones alimentarias, algunas de ellas graves. Uno de los mayores riesgos es el botulismo, una enfermedad causada por la bacteria Clostridium botulinum, que puede desarrollarse en alimentos mal enlatados o en envases dañados. Sus síntomas incluyen visión borrosa, dificultad para hablar o tragar, debilidad muscular y, en casos severos, parálisis.
Además, las conservas en mal estado pueden albergar otras bacterias, como Salmonella, Escherichia coli o Listeria monocytogenes, responsables de síntomas como fiebre, vómitos, diarrea y deshidratación. La gravedad de la infección y el tiempo de aparición de los síntomas varían según el microorganismo presente.
Para evitar riesgos, se recomienda no consumir estos productos ante la mínima sospecha de contaminación. En caso de hacerlo y empezar a sentir molestias, se deberá acudir al médico si aparecen síntomas como vómitos persistentes, diarrea severa, fiebre alta, debilidad muscular, visión borrosa o dificultad para hablar o respirar, ya que pueden indicar una intoxicación grave.