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Con la llegada del invierno, las fluctuaciones de temperatura y el incremento en los niveles de humedad crean un ambiente propicio para la propagación de virus y bacterias, lo que incrementa notablemente los casos de enfermedades respiratorias.
Especialistas en salud alertan sobre el impacto de estas condiciones, especialmente en grupos vulnerables como niños, personas mayores y quienes padecen enfermedades crónicas.
Entre las enfermedades más comunes en esta temporada destacan la influenza, el resfriado común, el coronavirus y la neumonía. Estos padecimientos representan una de las principales razones de consulta médica, afectando especialmente a quienes trabajan o estudian en espacios cerrados y a personas que viven en condiciones de hacinamiento.
Acciones para prevenir enfermedades este invierno
Para reducir el riesgo de contagio y cuidar la salud durante esta temporada, especialistas recomiendan adoptar las siguientes medidas:
Vacunación
La inmunización contra la influenza y el coronavirus es una de las principales herramientas de prevención, especialmente para aquellos que tienen contacto frecuente con otras personas, como trabajadores de la salud, docentes y personas con condiciones de salud delicadas.
Hábitos de higiene
El lavado constante de manos, cubrirse con el codo al toser o estornudar y desechar inmediatamente los pañuelos usados son prácticas básicas para frenar la propagación de enfermedades. El uso de mascarillas en espacios concurridos también sigue siendo una medida eficaz.
Protección contra el frío
Llevar ropa abrigadora, especialmente en capas, y proteger zonas sensibles como el cuello y las manos reduce el riesgo de infecciones respiratorias asociadas a las bajas temperaturas.
Alimentación equilibrada
Consumir alimentos ricos en vitaminas y minerales, como frutas y vegetales, fortalece las defensas del organismo. Nutrientes como la vitamina C y el zinc han demostrado ser efectivos para acortar la duración de infecciones respiratorias.
Ventilación adecuada
Mantener el flujo de aire en espacios cerrados ayuda a minimizar la concentración de agentes infecciosos. En oficinas, hogares y aulas, abrir las ventanas durante ciertos periodos puede marcar una gran diferencia.
Actividad física moderada
El ejercicio regular, aunque sea en interiores, contribuye a reforzar el sistema inmunológico, lo que mejora la capacidad del cuerpo para combatir virus y bacterias.
Hidratación continua
A pesar de que en invierno la sensación de sed disminuye, es fundamental mantener una buena hidratación para que las mucosas respiratorias se mantengan en condiciones óptimas y sirvan de barrera natural contra infecciones.
Descanso reparador
Un sueño de calidad, de al menos 7 a 8 horas por noche, permite al cuerpo recuperar energías y reforzar su sistema inmune.
Manejo del estrés
El estrés crónico debilita las defensas del organismo, por lo que se recomienda practicar técnicas de relajación como meditación, respiración profunda o yoga para mantener un buen estado físico y mental.
Evitar el contacto cercano con personas enfermas:
Reducir la interacción con personas que presenten síntomas de enfermedades respiratorias es esencial. Si se manifiestan síntomas, el aislamiento y la atención médica oportuna son clave para prevenir la propagación.
Estas medidas, según la Dra. Paola Ascencio y otros especialistas, no solo ayudan a prevenir enfermedades estacionales, sino que también contribuyen a un entorno más saludable durante la temporada invernal. La clave, destacan, es la adopción constante de hábitos de cuidado personal y comunitario.
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