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Punta Cana;- Cada diciembre el país entra en un ritmo distinto. Las calles se llenan, los comercios hierven y el ambiente se vuelve festivo. Pero este año, como todos, la llegada del doble sueldo del Gobierno y del sector privado obliga a mirar más allá del brillo de los arbolitos.
En tiempos donde la circulación de dinero en grandes cantidades despierta la creatividad de quienes viven al margen de la ley, la seguridad no puede ser un simple deseo navideño.
Es evidente que en estas semanas se multiplica la actividad económica y con ello la movilidad de cientos de miles personas que salen a cobrar, comprar, pagar deudas o resolver diligencias que se acumulan de todo el año. Y aunque para la mayoría se trata de un alivio que permite respirar después de tantos meses de ajustes, para los delincuentes es una temporada de oportunidades.
Robos, atracos, estafas y los clásicos “cuentos” resurgen como si formaran parte del calendario oficial. Por eso, las autoridades tienen el deber de reforzar operativos, patrullajes y controles. No solo de presencia policial, sino de organización y prevención real, priorizando rutas seguras, vigilancia en puntos bancarios, coordinación con empresas y un sistema de respuesta rápida que haga sentir a la población acompañada.
El sector privado, por su parte, también debe asumir responsabilidad en materia de seguridad interna, horarios escalonados de pago y medidas que eviten aglomeraciones innecesarias.
Sin embargo, el primer círculo de protección siempre será el ciudadano.No andar con altas sumas de dinero, evitar publicar cobros en redes, desconfiar de llamadas extrañas, trasladarse acompañado y preferir transacciones electrónicas son acciones simples, pero decisivas. Diciembre es un mes para disfrutar, no para lamentar.
Y aunque la economía se mueva rápido, la sensatez debe caminar más rápido aún. Cuidar el doble sueldo también es cuidar la tranquilidad familiar.
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2 days ago
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