La Administración Federal de Aviación (FAA) ha anunciado una reducción histórica del tráfico aéreo en Estados Unidos que amenaza con afectar significativamente las conexiones aéreas de República Dominicana con las principales ciudades estadounidenses. Esta medida, implementada como respuesta directa a la escasez de controladores aéreos provocada por el prolongado cierre del gobierno federal, representa un desafío sin precedentes para la industria del transporte aéreo y el turismo caribeño.
Causas de la crisis: el cierre que paraliza la aviación
El cierre del gobierno estadounidense, que comenzó el primero de octubre, se ha convertido en el más prolongado de la historia reciente del país, extendiéndose ya por treinta y ocho días. Durante este período, miles de empleados federales permanecen sin cobrar sus salarios, incluidos los controladores de tráfico aéreo y los agentes de la Administración de Seguridad en el Transporte (TSA), clasificados como personal esencial que debe continuar laborando a pesar de la falta de ingresos.
La situación ha generado una crisis operativa sin precedentes en las torres de control del país norteamericano. Se han reportado más de cuatrocientas ausencias en las instalaciones de la FAA desde el inicio del cierre, evidenciando el impacto directo que la paralización tiene en la capacidad operativa del sistema aeroportuario estadounidense.
Reducciones escalonadas del tráfico aéreo
La FAA implementó a partir del viernes, primero de noviembre, una disminución progresiva de vuelos comerciales que comenzó con una reducción del cuatro por ciento en los principales aeropuertos del país. Esta cifra se amplió hasta alcanzar el diez por ciento durante el fin de semana, según confirmaron funcionarios del Departamento de Transporte estadounidense.
El primer día de estas medidas resultó en cifras alarmantes: más de ochocientos vuelos fueron cancelados durante la jornada del viernes siete de noviembre. American Airlines encabezó la lista de aerolíneas afectadas con doscientos veintiuno vuelos cancelados, seguida por United Airlines con ciento ochenta y cuatro cancelaciones y Delta Air Lines con ciento setenta y tres. El aeropuerto de Chicago O'Hare experimentó aproximadamente cuarenta cancelaciones, mientras que el Hartsfield-Jackson de Atlanta registró treinta y ocho.
Los principales aeropuertos impactados
Aunque la administración del presidente Donald Trump aún no ha divulgado públicamente la lista oficial, fuentes del sector aeronáutico confirmaron que las medidas afectarán principalmente a los aeropuertos clasificados en la llamada lista "Core 30", que agrupa los treinta terminales de mayor tráfico comercial en Estados Unidos.
Entre estos aeropuertos se encuentran las principales puertas de entrada para viajeros estadounidenses hacia el Caribe:
- John F. Kennedy (JFK) y LaGuardia (LGA), en Nueva York
- Boston Logan, en Massachusetts
- Dallas-Fort Worth, en Texas
- Miami International, en Florida
- Orlando International, en Florida
- Fort Lauderdale-Hollywood, en Florida
- Atlanta Hartsfield-Jackson, en Georgia
- Chicago O'Hare, en Illinois
- Houston Intercontinental, en Texas
- Los Ángeles (LAX), en California
- San Francisco (SFO), en California
- Washington National (DCA), en Washington D.C.
Además de estos aeropuertos principales, la FAA mantiene bajo revisión terminales de tamaño medio que manejan carga y operaciones de aviación privada, como Teterboro (Nueva Jersey), Louisville (Kentucky), Indianápolis (Indiana), Oakland (California), Portland (Oregón) y Dallas Love Field (Texas).
Repercusiones directas en República Dominicana
Para la República Dominicana, esta crisis aérea representa una amenaza directa a su conectividad internacional. Más del sesenta por ciento del tráfico aéreo internacional que llega al país dominicano proviene de Estados Unidos, concentrándose en rutas estratégicas como Nueva York-Santo Domingo, Miami-Punta Cana y Orlando-Santiago (reducción de vuelos en EE.UU. afectaría conexiones con RD).
Las aerolíneas que operan estas rutas han expresado su preocupación ante la posibilidad de retrasos, cancelaciones y una reducción temporal del flujo de pasajeros, especialmente durante la temporada alta de invierno, que representa uno de los períodos más críticos para el sector turístico dominicano. La disminución de conectividad podría impactar tanto el turismo como el comercio y los viajes de negocio, sectores vitales para la economía nacional (reducción de vuelos en EE.UU. impactará conexión con RD).
La perspectiva de los controladores aéreos
Los controladores aéreos estadounidenses enfrentan una situación extraordinaria: deben mantener la seguridad de miles de vuelos diarios mientras trabajan sin recibir compensación económica. Según reportes de medios especializados, aproximadamente dos mil controladores han abandonado sus puestos o buscado empleos temporales como resultado de la prolongada falta de pagos.
Las autoridades federales argumentan que la reducción temporal del número de vuelos busca preservar la seguridad operativa en los principales aeropuertos del país, evitando situaciones críticas que podrían surgir de una sobrecarga en sistemas operados por personal agotado y sin incentivos económicos (crisis aérea en Estados Unidos: más de 800 vuelos cancelados).
Compromiso con vuelos internacionales
A pesar de las drásticas reducciones, el Gobierno estadounidense ha asegurado que los vuelos internacionales no serán afectados por estas medidas. El Secretario de Transporte, Sean Duffy, afirmó categóricamente que la administración respetará los tratados internacionales vigentes, reconociendo que otros países están observando cuidadosamente cualquier incumplimiento de compromisos aeronáuticos para justificar sus propias restricciones a operaciones estadounidenses.
Incertidumbre sobre el retorno a la normalidad
La FAA no ha especificado una fecha estimada para el retorno a operaciones normales, aunque ha advertido que los ajustes se mantendrán hasta que se logre estabilizar el servicio de controladores aéreos y se garantice plenamente la seguridad operativa en los aeropuertos más transitados. Esta situación de incertidumbre complica la planificación de las aerolíneas y agencias de viajes que sirven a la población dominicana.
La crisis aeroportuaria estadounidense representa un desafío sin precedentes para la conectividad de República Dominicana con su principal mercado emisor de turismo y viajeros. Mientras las negociaciones políticas continúan en Washington para resolver el cierre del gobierno, la República Dominicana y sus ciudadanos permanecen atentos a los desarrollos que determinarán la fluidez de las conexiones vitales que unen al país con el continente norteamericano.
Referencias usadas en Artículo
- reducción de vuelos en EE.UU. afectaría conexiones con RD
- reducción de vuelos en EE.UU. impactará conexión con RD
- crisis aérea en Estados Unidos: más de 800 vuelos cancelados
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