El arte de invertir después de los 50 o más (OPINION)

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EL AUTOR es economista y contador. Reside en Santo Domingo.

Por RAFAEL RAMIREZ

La idea de lanzarte al emprendimiento a una edad en que la mayoría de gente ya está retirada, puede sonar verdaderamente desafiante por la percepción de que el emprendimiento es un terreno incierto y arriesgado.

He aquí algunas de las preguntas que suelen hacerse muy a menudo:

¿Estoy demasiado viejo para emprender?. ¿Podré hacer esto a mi edad?. ¿Cómo va a afectar a mi familia?.  ¿Qué pasa si fracaso?.

Al hablar de emprendedores, automáticamente se piensa en jóvenes menores de 35 años.  Pero,  para el emprendimiento no hay edad y las personas maduras también pueden construir negocios igualmente exitosos, siempre y cuando se planee bien y se encuentre el nicho correcto.

Las limitantes son solo aquellas que el emprendedor se ponga. No es cuestión de años sino de carácter, compromiso y deseo de ver realizadas las ideas y los sueños.

Si eres de los que se considera demasiado viejo para lanzarte a la aventura de emprender un negocio, te equivocas;  son muchos los personajes destacados a lo largo de la historia que alcanzaron el éxito cuando ya no eran tan jóvenes.

Según un estudio realizado por la Fundación, The Coming Entrepreneurship Boom, la tasa más alta de emprendimiento durante la última década se ha registrado en personas con edad promedio de 55 a 64 años. Tal es el caso del emprendedor William Perin, quien aporta su experiencia y trayectoria profesional en la revista Forbes, como propietario de dos establecimientos de la franquicia Batteries Plus Bulbs situados en San Rafael, California.

En 2007, a los 61 años, decidió no jubilarse e iniciar su propio negocio. Para ello, completó su larga formación (35 años como especialista en operaciones de Macy’s) y abrió una franquicia de Batteries Plus Bulb en San Rafael.  Siete años después, a los 68 años, inauguraba su  segunda tienda en Santa Rosa.

Otro caso es el del Coronel Sanders (KFC). Fundó su imperio de comida rápida a los 65 años.

Y así podría seguir numerando una serie de grandes empresarios que comenzaron a emprender en la segunda mitad de su vida.

Mi objetivo es romper estereotipos sobre la edad, desafíar la idea de que emprender es solo para los jóvenes.  En la vejez no solo es posible,  sino que puede ser una de las etapas más exitosas y satisfactorias de la vida. Lejos de ser una desventaja, la experiencia acumulada, los contactos desarrollados y las habilidades adquiridas a lo largo de los años representan una ventaja competitiva frente a emprendedores más jóvenes.

Es que, al  emprender a la edad madura,  las personas tienden a buscar proyectos alineados con sus valores personales y pasiones, lo que les hace aumentar el compromiso y satisfacción en el emprendimiento.  Otra de las ventajas es que quienes lo hacen tienen un marco de referencia más amplio, una mayor seguridad financiera, más probabilidades de haber reunido ahorros y contar con cierto respaldo financiero. También debo destacar que conocen mejor sus propias fortalezas y debilidades.

La edad puede  que importe para muchas otras cosas, pero no para emprender.  Sólo hay que tener una idea, creer en ella y trabajar diariamente para que se transforme en un proyecto exitoso.

Si te decides a emprender,  no puedes tener miedo de aprender cosas nuevas, como marketing digital o tecnología,  y aprovechar las herramientas digitales para escalar el negocio, buscar mentorías, programas de apoyo para emprendedores mayores.  Y en caso que tengas hijos involucrarlos en el proyecto, sobre todo aquello al que consideres que tiene actitud y aptitud.

Termino con un mensaje alentador:  “Nunca es tarde para perseguir tus sueños. La edad es solo un número cuando se trata de la pasión y el propósito”.

Rm-sp

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