Análisis del Impacto del Incremento en la Canasta Familiar en República Dominicana y sus Desafíos para 2026

canasta familiar República Dominicana

Una realidad que enfrentan nuestras familias dominicanas

A noviembre de 2025, el costo de los artículos básicos que conforman la canasta familiar dominicana alcanzó RD$48,138.35, una cifra que marca un hito en los desafíos económicos que enfrenta la población. Este incremento profundiza la presión sobre los hogares de menores ingresos, quienes destinan la mayor parte de sus recursos a la compra de alimentos, el rubro más significativo del gasto familiar[La canasta familiar supera los RD$48,000 y afecta a familias].

La magnitud del problema cobra mayor dimensión cuando se analiza la trayectoria histórica. En 2018, la canasta familiar costaba RD$33,758.49. Para 2020, subió a RD$36,936.17. El 2024 cerró en RD$44,752.87. Y apenas en enero de este año 2025, se situaba en RD$42,420. En solo once meses, el incremento superó los RD$6,000, evidenciando una aceleración preocupante del encarecimiento del costo de vida[Canasta básica alcanza los RD$48,138 en noviembre: presión para hogares pobres y reto para la reforma fiscal de 2026].

La brecha entre ingresos y necesidades básicas

Lo más dramático es que la población trabajadora que cotiza formalmente en la Seguridad Social enfrenta un desajuste crítico: aproximadamente el 80 por ciento gana menos de RD$30,000 mensuales, cifra muy por debajo del costo de la canasta básica. Mientras tanto, el umbral de exención fiscal se establece en RD$34,685 mensuales para personas físicas, lo que refleja la complejidad de la situación.

La realidad cotidiana de nuestros ciudadanos muestra que una proporción importante de la población económicamente activa mantiene presencia en la economía informal, donde muchos trabajadores por cuenta propia realizan actividades de comercio fuera del sistema tributario y de seguridad social. Paralelamente, miles de familias dominicanas dependen de las remesas que reciben desde el exterior, principalmente desde Estados Unidos y países europeos, para complementar sus ingresos y hacer frente a los gastos esenciales.

Factores que explican el incremento de precios

El análisis económico revela que el encarecimiento obedece a múltiples factores, tanto externos como internos. En el plano internacional, conflictos geopolíticos, eventos climáticos extremos y disrupciones en los fletes marítimos han impactado significativamente los costos de importación. La tasa del dólar experimentó una escalada notable: pasó de poco más de RD$58 a mediados de año a más de RD$64 en noviembre, generando efectos multiplicadores en toda la economía[El año cerrará con el costo de la canasta básica cerca de RD$50,000].

El sector agropecuario dominicano, pilar de nuestra identidad productiva, enfrenta una dependencia crítica de insumos importados. Aproximadamente el 90 por ciento de insumos de producción agrícola, como maíz, fertilizantes y semillas, provienen del exterior. Este factor estructura amplificó el impacto de la volatilidad cambiaria en los precios finales de los productos.

Recientemente, las intensas lluvias de octubre y la tormenta Melissa afectaron directamente la producción local de productos esenciales como plátanos, papas, tomates, ajíes y cebollas. Estos eventos climáticos demostraron cómo nuestro país está vulnerable a fenómenos naturales que impactan la oferta agrícola y, consecuentemente, los precios al consumidor.

La inflación en alimentos como fenómeno estructural

El Índice de Precios al Consumidor de noviembre registró una variación mensual de 0.71 por ciento. Sin embargo, dentro de esa cifra aparentemente moderada se esconde una realidad compleja: el grupo de alimentos y bebidas no alcohólicas explicó el 71.53 por ciento del incremento del índice. Esta concentración de presión inflacionaria en alimentos afecta desproporcionadamente a los segmentos más vulnerables, conocidos como quintil 1, precisamente aquellas familias que dedican el mayor porcentaje de su ingreso a la compra de comida[Precios – Banco Central].

En términos interanuales, la inflación se situó en 4.81 por ciento, manteniéndose dentro del margen de la meta establecida por el Banco Central de 4 por ciento más o menos 1 por ciento. No obstante, esta estabilidad macroeconómica en el indicador agregado no refleja la volatilidad experimentada en los precios de alimentos, el rubro que importa directamente a la familia dominicana promedio.

A nivel regional, el país presenta comparables con otros vecinos de América Central. Según datos del Consejo Monetario Centroamericano a octubre, República Dominicana registró una inflación de 4.23 por ciento, Nicaragua de 2.66 por ciento y Honduras de 4.85 por ciento. Estas comparaciones contextualizan nuestra situación dentro de dinámicas regionales más amplias, donde la presión inflacionaria ha sido generalizada.

El desafío multidimensional de la pobreza

Aunque organismos multilaterales reconocen que la pobreza por ingresos ha experimentado reducciones en el país, los expertos advierten que esa disminución está muy lejos de las metas ambiciosas asumidas en los Objetivos de Desarrollo Sostenible de las Naciones Unidas. La brecha entre los avances reportados y los compromisos de la Agenda 2030 persiste como un reto importante.

La pobreza multidimensional, que evalúa acceso a servicios esenciales como agua potable, energía confiable y vivienda digna, tampoco proyecta alcanzar los estándares esperados para 2030. Esta dimensión ampliada de la pobreza captura realidades que van más allá de los ingresos monetarios, reflejando las privaciones que enfrentan nuestras comunidades en acceso a derechos fundamentales.

La desigualdad sigue siendo un rasgo estructural que caracteriza no solo a República Dominicana sino a toda América Latina. Según la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal), el 10 por ciento más rico de la población acapara el 34.2 por ciento del ingreso total, mientras que el 10 por ciento más pobre apenas recibe el 1.7 por ciento. Esta brecha refleja la concentración extrema de recursos que perpetúa los ciclos de vulnerabilidad económica.

Perspectivas y retos para 2026

El economista Richard Medina ha proyectado un crecimiento económico moderado de entre 2.5 y 3 por ciento para el primer trimestre de 2026[Economista prevé crecimiento difícil para primer trimestre 2026]. Aunque esto representaría un avance respecto a los crecimientos observados en 2025, permanece significativamente por debajo de los ritmos de 4 a 5 por ciento a los cuales el país está acostumbrado históricamente.

En cuanto a la discusión sobre reforma fiscal, que ha ganado prominencia en el debate público, Medina advierte sobre la necesidad de equilibrio. Sostiene que la implementación de cambios estructurales requiere condiciones macroeconómicas más sólidas y advierte que una reforma precipitada en contextos de crecimiento lento podría constreñir aún más la economía al extraer recursos del bolsillo de personas y empresas.

El gobernador del Banco Central, Héctor Valdés Alvarez, expresó optimismo respecto a que la República Dominicana retomará su crecimiento habitual en los próximos trimestres, a pesar de los desafíos presentados por la coyuntura internacional, la incertidumbre generada por cambios en políticas arancelarias en Estados Unidos y las altas tasas de interés prevalecientes en ese país.

Hacia una política pública sostenible

El comportamiento ascendente del costo de vida plantea desafíos fundamentales para la formulación de políticas públicas en 2026. Cualquier reforma estructural debe considerar cuidadosamente el impacto sobre los segmentos vulnerables y la clase media, evitando cargas adicionales que profundicen las presiones económicas ya existentes.

La estructura de la economía dominicana, con presión fiscal de aproximadamente 14 por ciento del PIB, entre las más bajas de América Latina, y con dependencia significativa de impuestos al consumo que representan alrededor del 60 por ciento de la recaudación, requiere reconfiguración. Los impuestos al consumo afectan de manera desproporcionada a la población de menores ingresos, precisamente aquella que carece de capacidad de ahorro y debe destinar el grueso de su ingreso a adquisiciones inmediatas.

El sector de la construcción, generador importante de empleo y efectos multiplicadores en otros sectores de la economía, ha experimentado contracción durante 2025, impactado por dinámicas migratorias, altas tasas de interés y otros factores estructurales que requieren atención deliberada.

A pesar de los retos coyunturales que enfrenta la economía, los actores del sector turístico ofrecen perspectivas alentadoras. Este sector, que constituye un pilar fundamental de la generación de divisas y empleo, proyecta dinamismo para los próximos trimestres, lo que podría contribuir a la recuperación económica más amplia del país.

La República Dominicana posee fortalezas fundamentales que le permiten navegar estos desafíos: una población emprendedora y resiliente, una posición geográfica estratégica, potencial productivo agrícola e industrial, y vínculos económicos dinámicos con mercados internacionales. El camino hacia adelante requiere políticas públicas que protejan a los más vulnerables, promuevan la productividad, y generen las condiciones para que las oportunidades económicas se distribuyan de manera más equitativa entre todos los dominicanos.


Referencias usadas en Artículo
– [La canasta familiar supera los RD$48,000 y afecta a familias](https://rdedigital.com/canasta-basica-en-rd-supera-rd48000-y-afecta-a-familias/)
– [Canasta básica alcanza los RD$48,138 en noviembre: presión para hogares pobres y reto para la reforma fiscal de 2026](https://lapropuestadigital.com/canasta-basica-alcanza-los-rd48138-en-noviembre-presion-para-hogares-pobres-y

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