Enfermería dominicana: historia y lucha por sus derechos laborales

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La Coordinadora Nacional de Enfermería ha hecho un llamado al presidente Luis Abinader para que convoque nuevamente a los representantes de los gremios del sector, tras más de quince días de espera desde su última reunión. Los gremios que integran esta coordinadora incluyen SINATRAE, UNASED, ADEISS, CODOPENF, CONAENDILAC, UNASE-CASC y ASONAEN, organizaciones que representan a miles de profesionales de la salud en todo el territorio nacional.

Un legado histórico de servicio y dedicación

La enfermería dominicana tiene raíces profundas que se remontan a inicios del siglo XX. En 1901, Margarita Mears llegó al país y se estableció en Puerto Plata, donde realizó una labor admirable en el área de obstetricia. Su dedicación no solo consistió en brindar cuidados directos, sino también en compartir sus conocimientos con todas aquellas personas que se dedicaban al cuidado de los enfermos, estimulando a jóvenes a seguir esta noble carrera.
El verdadero despegue de la profesión comenzó en 1926, cuando egresaron las primeras dos enfermeras dominicanas: Isabel Corina Best y Angelina Brito, graduadas de la escuela de enfermería del Hospital Internacional. Este momento marcó el inicio de una nueva era para la salud dominicana, estableciendo las bases de lo que hoy es una profesión fundamental para el sistema sanitario del país.
Otra figura destacada fue Constante Stamers, nacida en Puerto Plata, quien impulsó significativamente el desarrollo de la enfermería nacional. Por su iniciativa se fundó la Escuela Nacional de Enfermería en una época cuando no existía ninguna institución que formara profesionales en esta área. Stamers dirigió la escuela por varios años y posteriormente asumió la dirección de la División de Enfermeras de la Secretaría de Estado de Salud Pública y Asistencia Social, entidad que también se creó por su iniciativa. Su legado incluye el establecimiento de normas para la enfermería en el país y la creación del Centro de Adiestramiento para Auxiliares de Enfermería, como se detalla en los antecedentes históricos de la enfermería en República Dominicana.

Las demandas actuales y el estudio financiero

Durante el encuentro con el presidente Abinader, los gremios presentaron no solo sus demandas históricas, sino también un estudio financiero detallado que muestra el impacto en materia de costos que implicaría la aplicación de los incentivos por tiempo de servicio en el Estado dominicano. Este documento también evidencia la deuda pendiente con las enfermeras a las que no se les ha aplicado este beneficio que por derecho les corresponde.
Los representantes del sector enfatizan que sus reivindicaciones no son nuevas. El incentivo por tiempo de servicio se ha aplicado a las enfermeras desde la década de 1990, fruto de una conquista legítima del sector. Esta prestación representa un reconocimiento justo a la dedicación y los años de servicio que estas profesionales han brindado al pueblo dominicano.

El desafío del déficit y las condiciones laborales

República Dominicana enfrenta actualmente un déficit crítico de enfermeras en el sector salud, situación que ha generado un aumento insostenible en la carga laboral para estas profesionales de la salud. Este déficit se ha visto agravado por la migración de enfermeras hacia Estados Unidos, donde encuentran mejores condiciones laborales y salariales.
A pesar de que los hospitales y centros de primer nivel de la Red Pública de Salud cuentan con más de veinte mil colaboradores en el área de enfermería, el gremio sostiene que el déficit sigue siendo alarmante y que las condiciones laborales han continuado deteriorándose. Una auxiliar de enfermería percibe un salario de treinta y tres mil pesos, cuando la canasta familiar está muy por encima de los cuarenta mil pesos. Por su parte, una licenciada gana cuarenta y un mil setecientos treinta y seis pesos mensuales.
La sobrecarga laboral es evidente en los testimonios de las profesionales. El personal cancelado o pensionado no es reemplazado, y con un horario rotativo de ocho horas, las condiciones se tornan cada vez más difíciles. Las condiciones laborales, especialmente durante los turnos nocturnos, resultan precarias, y en muchas ocasiones es la asociación de enfermeras la que debe proveer recursos básicos como abanicos o aires acondicionados.

Demandas integrales para dignificar la profesión

Entre las principales demandas que los gremios han presentado se encuentran el aumento salarial, pensiones con el cien por ciento del salario base, acceso a seguro médico de calidad, programas de vivienda digna, reubicación laboral para enfermeras que ejercen como licenciadas pero cobran como auxiliares, y la contratación de nuevas profesionales para cubrir el déficit existente.
El sector también ha denunciado la inminente desvinculación de más de cuatrocientas enfermeras contratadas durante la pandemia. Estas profesionales, que fueron aclamadas como heroínas durante la crisis sanitaria del COVID-19, ahora enfrentan la posibilidad de quedar desempleadas. La creciente carga laboral ha deteriorado gravemente la salud de muchas enfermeras, quienes padecen enfermedades crónicas como diabetes e hipertensión debido al estrés laboral y las condiciones adversas en las que desempeñan su labor.
Las enfermeras dominicanas representan un pilar fundamental del sistema de salud nacional. Su dedicación, profesionalismo y entrega merecen un reconocimiento que vaya más allá de las palabras. Los quince días de espera que llevan estas profesionales por una respuesta del gobierno evidencian la urgencia de retomar el diálogo y encontrar soluciones concretas que dignifiquen esta noble profesión. El país tiene la responsabilidad histórica de garantizar que quienes cuidan la salud de la población dominicana cuenten con las condiciones laborales y la remuneración justa que su invaluable labor merece. La historia de la enfermería dominicana está escrita con el sacrificio y la vocación de miles de mujeres y hombres que han dedicado su vida al servicio de los demás, y es deber de todos honrar ese legado con acciones concretas que mejoren su presente y aseguren un futuro digno para las nuevas generaciones de enfermeras dominicanas.

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