Fortaleciendo la Comunicación de Estado: Un Llamado a la Coherencia y Estrategia
En la era digital actual, la comunicación de Estado enfrenta desafíos significativos que, si no se abordan de manera efectiva, pueden comprometer la eficacia de la gestión gubernamental. La falta de una dirección centralizada y de una estrategia coherente es uno de los problemas más críticos que aquejan a la administración pública.
La Fragmentación de la Comunicación Gubernamental
La comunicación de Estado actualmente se caracteriza por una fragmentación alarmante. Cada ministro y director opera de manera independiente, sin alinearse con una dirección común de comunicación. Este enfoque aislado ha dado lugar a lo que podríamos llamar "islas de poder," donde cada entidad gubernamental actúa sin una narrativa unificada. Esta falta de coherencia en la comunicación gubernamental no solo confunde a la ciudadanía, sino que también debilita la credibilidad del gobierno en su conjunto.
El Uso Inapropiado de la Comunicación
La fragmentación ha permitido el crecimiento de un "monstruo silente": el uso de la comunicación como un medio de chantaje y presión. Los ministros y directores no responden a una narrativa de Estado coherente, sino a intereses propios o a dinámicas de poder individuales. Esto resulta en una comunicación de Estado inconsistente y errática, afectando negativamente la percepción pública de la gestión gubernamental.
La Necesidad de una Estrategia Digital
Vivimos en una era digital donde el contenido bien estructurado y las acciones inmediatas en redes sociales son fundamentales. Sin embargo, la dependencia excesiva de asesores tradicionales y de medios convencionales ha creado un escenario de inacción en las plataformas digitales. La publicidad, aunque importante, no es suficiente por sí sola; se necesita una estrategia de comunicación que construya una narrativa sólida y veraz, que conecte con las personas y anticipe sus preocupaciones y dudas[2].
El Papel de los Medios y Asesores Tradicionales
La experiencia de los asesores tradicionales y los medios convencionales, aunque valiosa, se ha convertido en una carga en el contexto digital actual. La falta de adaptación a las nuevas tecnologías y los cambios en los patrones de comunicación ha dejado al gobierno en desventaja. Es crucial replantear cómo se gestiona la comunicación de Estado, incorporando estrategias innovadoras y herramientas digitales que permitan una comunicación más efectiva y participativa[3].
Lecciones de Otros Modelos
Existen modelos exitosos que pueden servir de inspiración. En El Salvador, por ejemplo, se maneja una sola dirección de comunicación estatal, y solo el presidente y sus decisiones clave son el rostro de esta narrativa unificada. Esta claridad de propósito y estructura permite mantener un mensaje claro y constante, fortaleciendo la autoridad del mandatario y reduciendo el ruido generado por voces disonantes.
La Importancia de la Centralización y la Coordinación
Centralizar las decisiones estratégicas de comunicación en una única dirección de Estado es esencial. Esto permitiría al gobierno responder rápidamente en momentos de crisis, abordar los problemas reales de la ciudadanía, y comunicar sus acciones de manera efectiva. Una estructura sólida y unificada reduciría la proliferación de comunicadores oportunistas que siembran discordia y confusión en la sociedad.
Tácticas de Comunicación Pública Efectivas
Para promover la integridad y transparencia del gobierno, es crucial implementar tácticas de comunicación pública bien definidas. Esto incluye la gobernanza de la comunicación, la construcción de capacidades institucionales, la comunicación interinstitucional, y la escucha activa y apertura de espacios de comunicación de doble vía. Utilizar tecnologías de monitoreo de conversaciones en redes sociales y plataformas de participación ciudadana puede ser particularmente útil para medir la percepción de la ciudadanía y gestionar crisis de manera efectiva[2].
Un Llamado a la Acción
Es imperativo que el presidente, como líder de la administración, encabece una reunión con todos los directores de comunicación de Estado para establecer una hoja de ruta clara para una comunicación unificada y coherente. No se trata solo de realizar cambios en el gabinete, sino de establecer las bases para una estrategia de comunicación de Estado moderna y proactiva. Con una dirección de comunicación eficiente y acciones rápidas y continuas, la realidad digital puede convertirse en una fortaleza en lugar de una amenaza.
Conclusión
La comunicación de Estado es un pilar fundamental en la gestión gubernamental. Para fortalecerla, es necesario adoptar una estrategia coherente y centralizada, incorporar herramientas digitales innovadoras, y fomentar la participación ciudadana a través de canales de comunicación abiertos y transparentes. Con este enfoque, el gobierno puede generar confianza, mostrar empatía, y reflejar su compromiso con la ciudadanía, asegurando una gestión más efectiva y legítima.