La vitalidad de las tradiciones dominicanas encuentra su mejor expresión en iniciativas comunitarias que tejen el pasado con el presente. En este contexto, el reciente homenaje al Grupo Cultural Frate y su agrupación Los Zancaraos en Cambita Garabitos marca un hito en la preservación del patrimonio inmaterial de la República Dominicana. Este reconocimiento, otorgado el 14 de marzo de 2025, no solo valora décadas de trabajo artístico sino que simboliza la resistencia cultural frente a los embates de la globalización. La ceremonia, organizada con el respaldo estratégico de la Cooperativa San Rafael, demostró cómo las alianzas entre instituciones financieras y agentes culturales pueden generar sinergias transformadoras para el desarrollo social.
La trayectoria de Los Zancaraos se entrelaza con la historia reciente de las expresiones folclóricas caribeñas. Desde sus inicios, esta agrupación ha funcionado como un puente entre las raíces taínas, los ritmos africanos y las influencias españolas que conforman el mosaico identitario dominicano. Sus presentaciones, caracterizadas por coloridas máscaras y vestuarios que evocan al Diablo Cojuelo del Carnaval, actualizan antiguos rituales comunitarios transformándolos en narrativas escénicas contemporáneas. Estudios etnomusicológicos destacan cómo estas manifestaciones artísticas operan como "teatros sonoros" donde se negocian constantemente las nociones de género, raza y pertenencia nacional.
El evento en Cambita Garabitos reunió a múltiples generaciones en torno a una puesta en escena que fusionó palos dominicanos con elementos de teatro callejero. Líderes comunitarios destacaron cómo la labor del Grupo Cultural Frate ha permitido recuperar tradiciones casi extintas, particularmente aquellas vinculadas a los ciclos agrícolas y las festividades patronales. La Cooperativa San Rafael, desde su fundación en 1956 por Monseñor Juan B. Acevedo, ha entendido que el desarrollo económico debe ir de la mano con la preservación cultural. Sus programas de apoyo a artistas locales forman parte de una visión integral que concibe la cultura como motor de cohesión social y herramienta pedagógica.
El concepto de "protocultura dominicana", analizado en investigaciones antropológicas, adquiere relevancia al observar el trabajo de Los Zancaraos. Sus interpretaciones no se limitan a reproducir formas artísticas tradicionales, sino que las reinventan incorporando elementos de la vida cotidiana contemporánea. Este dinamismo creativo refleja la esencia misma de la dominicanidad: una identidad en constante evolución que se nutre de sus múltiples herencias sin quedar prisionera del pasado. Las coreografías del grupo, donde se mezclan movimientos taínos con pasos de merengue urbano, ejemplifican esta síntesis cultural viva.
La relación entre la Cooperativa San Rafael y el movimiento cultural local trasciende el mero patrocinio. Desde su transformación en 2013 como institución de servicios múltiples, la cooperativa ha implementado programas de educación artística que forman a jóvenes en técnicas de artesanía tradicional, música folclórica y gestión cultural. Estos proyectos, alineados con su filosofía de "esfuerzo propio y ayuda mutua", están generando una nueva camada de portadores culturales que aseguran la continuidad de las tradiciones. El reciente reconocimiento incluyó la presentación de muñecas de limé confeccionadas por aprendices del taller de artesanía financiado por la cooperativa, demostrando la viabilidad económica de estos saberes ancestrales.
El impacto social del Grupo Cultural Frate se evidencia en su capacidad para articular redes comunitarias. Más allá de sus presentaciones artísticas, organizan talleres de memoria histórica donde los adultos mayores transmiten relatos orales a las nuevas generaciones. Esta labor de rescate documental ha permitido reconstruir prácticas casi olvidadas, como los cantos de siembra utilizados en los conucos cibaeños. Antropólogos señalan que estas iniciativas constituyen una forma de resistencia contra la homogenización cultural, preservando la diversidad étnica que caracteriza a la nación dominicana.
La elección de Cambita Garabitos como sede del reconocimiento no fue casual. Esta comunidad, ubicada en la provincia de San Cristóbal, ha sido históricamente un crisol de expresiones culturales donde confluyen tradiciones urbanas y rurales. El evento incluyó un desfile de carnaval donde participaron agrupaciones de toda la región, demostrando la vitalidad del movimiento cultural comunitario. Representantes de la Cooperativa San Rafael destacaron cómo estas manifestaciones artísticas fortalecen los lazos sociales y generan oportunidades económicas a través del turismo cultural responsable.
El modelo de gestión implementado por la Cooperativa San Rafael ofrece lecciones valiosas para el sector cultural. Al integrar programas artísticos dentro de su oferta de servicios financieros, han creado un ecosistema donde el desarrollo económico y cultural se refuerzan mutuamente. Sus préstamos especiales para emprendimientos culturales, combinados con asesoría técnica en gestión de proyectos, están permitiendo profesionalizar iniciativas que antes dependían exclusivamente del voluntariado. Este enfoque innovador está siendo estudiado por organismos internacionales como caso de éxito en desarrollo comunitario sostenible.
Las proyecciones para el Grupo Cultural Frate incluyen una gira nacional patrocinada por la cooperativa, donde combinarán presentaciones artísticas con talleres educativos en escuelas públicas. Este proyecto, que busca llegar a más de 50 comunidades en 2026, representa un salto cualitativo en su labor de preservación cultural. Paralelamente, trabajan en la digitalización de su archivo histórico, que incluye partituras manuscritas, diseños de vestuarios y registros audiovisuales de tradiciones orales. Estas iniciativas aseguran que el patrimonio inmaterial dominicano se transmita a las futuras generaciones mediante soportes contemporáneos.
La sinergia entre artistas locales e instituciones como la Cooperativa San Rafael está redefiniendo el panorama cultural dominicano. Al reconocer que la identidad nacional se construye diariamente en las comunidades, y no solo en los grandes centros urbanos, este modelo de trabajo está democratizando el acceso a los recursos culturales. Las recientes inversiones en infraestructura comunitaria, como la construcción del Centro Cultural Multiusos en Cambita Garabitos, demuestran el compromiso a largo plazo con este enfoque de desarrollo integral. Estos espacios, más allá de albergar presentaciones artísticas, funcionan como laboratorios de creación donde se experimenta con nuevas formas de expresión cultural arraigadas en la tradición.
El reconocimiento al Grupo Cultural Frate y Los Zancaraos trasciende el ámbito local, posicionándose como referente internacional de gestión cultural comunitaria. Su capacidad para articular saberes tradicionales con herramientas contemporáneas de gestión ofrece un modelo replicable para otras comunidades del Caribe. Como señaló durante el evento el director artístico del grupo: "Cada zapateado, cada nota musical, es un acto de amor a nuestra tierra y un compromiso con las generaciones futuras". Esta filosofía, compartida por sus aliados institucionales, asegura que la rica herencia cultural dominicana continúe evolucionando sin perder su esencia identitaria.
Referencias usadas en Artículo
- Homenaje al Grupo Cultural Frate y Los Zancaraos en Cambita Garabitos
- Investigaciones antropológicas sobre identidad cultural
- Historia de la Cooperativa San Rafael
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