Impulso a la Seguridad Energética en República Dominicana: Proyectos Clave para el Futuro
La República Dominicana está embarcada en una ambiciosa jornada hacia la seguridad y sostenibilidad energética, con un enfoque claro en la transición hacia fuentes de energía renovables y la optimización de la generación y almacenamiento de energía. Este esfuerzo no solo refleja el compromiso del gobierno con el desarrollo sostenible, sino que también resalta la determinación del país por garantizar un suministro energético seguro, confiable y de calidad.
Avances en la Transición Energética
En los últimos años, la República Dominicana ha hecho significativos avances en la transición energética. La Comisión Nacional de Energía (CNE) ha suscrito contratos de concesión definitiva para proyectos como el Parque Eólico Esperanza y el Parque Solar Tornasol, ambos desarrollados por la Empresa Generadora de Electricidad Haina, S.A. (EGE Haina). El Parque Eólico Esperanza, con una capacidad instalada de 50 megavatios (MW), se ubicará en el municipio de Esperanza, provincia Valverde, mientras que el Parque Solar Tornasol, con una capacidad nominal de 48.29 MW y una capacidad pico de 70 MW, estará en el municipio de Nizao, provincia Peravia[1].
Estos proyectos no solo incrementarán la capacidad de generación limpia del país, sino que también contribuirán al desarrollo económico y social de las comunidades cercanas, fomentando la creación de empleos y dinamizando las economías locales.
Inversión y Reconocimiento Internacional
La inversión en energías renovables ha sido una de las áreas más dinámicas en la economía dominicana. En 2023, la inversión extranjera directa en energía lideró la economía nacional, alcanzando un total de 1,071 millones de dólares. Este impulso ha sido reconocido por organismos internacionales, como la Organización Latinoamericana de Energía (Olade) y la Agencia Internacional de Energías Renovables (Irena)[2].
La República Dominicana ha mejorado su posición en el Ranking Climatescope de 2023, pasando del puesto 45º al 43º a nivel global y del 22º al 20º entre los mercados emergentes. En la región de América Latina y el Caribe, ha avanzado del 7º al 6º puesto, lo que refleja un salto cualitativo en los ámbitos social, político, económico y ambiental[2].
Proyecciones y Desafíos para 2028
Para el año 2028, se proyecta que la demanda de energía en República Dominicana continuará creciendo. Según el Sistema Eléctrico Nacional Interconectado (SENI), la demanda neta de energía se situará entre 3,496 MW y 3,746 MW en 2027. Para abordar este crecimiento, se incorporarán aproximadamente 2,051 MW de capacidad adicional en centrales térmicas y renovables entre 2025 y 2028.
Además, se estima que el país necesitará entre 250 a 400 MW de capacidad instalada en sistemas de almacenamiento de energía (BESS) para 2028, con el objetivo de garantizar la estabilidad del sistema eléctrico y optimizar el aprovechamiento de las energías renovables. El Ministerio de Energía y Minas, junto con la CNE y la Superintendencia de Electricidad (SIE), está trabajando en la actualización del marco normativo para asegurar una compensación adecuada para el desarrollo de estos sistemas[5].
Rol de las Fuentes de Energía
Aunque las centrales a gas natural prevén dominar la producción eléctrica en 2028, con un 53% de la electricidad generada, las energías renovables como la solar y la eólica también jugarán un papel crucial. La energía solar se espera que aporte el 11% de la electricidad, mientras que la energía eólica contribuirá con un 5% en 2028[3].
La integración de estas fuentes renovables es esencial para reducir la dependencia de los combustibles fósiles y garantizar una matriz energética limpia y sostenible. El marco regulatorio claro y estable del país ha sido clave para atraer inversiones en proyectos de fuentes limpias, convirtiendo a República Dominicana en un centro regional de inversión eléctrica[4].
Conclusión
La República Dominicana está avanzando firmemente en su transición energética, con un enfoque decidido en la penetración de fuentes renovables y la optimización del almacenamiento de energía. Los proyectos en curso y las proyecciones para 2028 reflejan un compromiso sólido con el desarrollo sostenible y la seguridad energética. A medida que el país continúa en este camino, es claro que la visión de una nación con un suministro energético seguro, confiable y de calidad es cada vez más tangible.