La Arqueóloga Dominicana Kathleen Martínez y su Increíble Descubrimiento en Egipto
Una Pasión sin Límites
Kathleen Martínez Berry-Nazar, una destacada arqueóloga, abogada y diplomática dominicana, ha dedicado su vida a desentrañar uno de los mayores misterios arqueológicos de la historia: la tumba de Cleopatra, la última reina de la dinastía ptolemaica del Antiguo Egipto. Con una determinación y pasión inquebrantables, Martínez ha llevado a cabo una búsqueda que ha capturado la atención del mundo entero.
El Viaje a Egipto
La travesía de la Dra. Martínez Berry-Nazar comenzó con una inversión personal significativa, ya que la Universidad Dominicana no contaba con los recursos necesarios para financiar su ambicioso proyecto. Utilizando sus propios ahorros, Martínez emprendió su primera incursión en Egipto, motivada por una teoría audaz: la muerte de Cleopatra habría sido un acto religioso relacionado con la diosa Isis[2].
Desafíos y Reconocimiento
A pesar de los obstáculos, Martínez logró presentar su proyecto ante un comité de 100 profesores universitarios musulmanes, desafiando las expectativas comunes sobre el destino de Cleopatra. Su proyecto fue aprobado, convirtiéndola en la primera persona de América Latina en obtener tal reconocimiento. Sin embargo, el camino hacia el descubrimiento estaba lejos de ser fácil.
Colaboraciones y Descubrimientos
La Dra. Martínez Berry-Nazar lidera una expedición en la zona de Taposiris Magna, a las afueras de Alejandría, donde según su teoría podrían encontrarse los restos de Cleopatra. Esta misión cuenta con el apoyo de un equipo multidisciplinario de más de 50 expertos en geociencias, encabezado por el reconocido oceanógrafo y geólogo Dr. Robert Ballard, famoso por descubrir los restos del Titanic en 1985. La expedición también tiene el respaldo de National Geographic, quienes se encuentran en Egipto documentando cada avance en la búsqueda[1].
Hallazgos Sin Precedentes
La perseverancia y el enfoque único de la Dra. Martínez han llevado a descubrimientos sin precedentes. Entre estos hallazgos figuran más de 200 momias, monedas de oro con el rostro de Cleopatra y estructuras hundidas que datan de un gran cataclismo en la región. Su teoría desafía las tradicionales, postulando que la tumba de Cleopatra se encuentra en una zona sumergida frente a Taposiris Magna, un lugar que antes había sido considerado de poco interés arqueológico[1].
Un Logro Latinoamericano
La misión de Martínez ha despertado un gran interés mediático y dentro de la propia profesión. A pesar de la skeptica inicial de algunos expertos, como el egiptólogo Zahi Hawass, Martínez remains firme en su convicción. "Quiero que este sea un logro latinoamericano", expresó con orgullo, destacando su deseo de que este descubrimiento sea un hito para la región[2].
Exhibición y Reconocimiento Global
En octubre de 2024, la Dra. Martínez inaugurará la exhibición “Taposiris Magna Treasures” en el Museo de Antigüedades de la Biblioteca de Alejandría. Esta exhibición será una muestra sin precedentes de los tesoros descubiertos en sus excavaciones, con objetos como bustos, momias, amuletos, esculturas y monedas de oro, todos ellos bajo la bandera de la investigación dominicana[1].
Un Legado que Trasciende
La contribución de la Dra. Kathleen Martínez no solo ha puesto en alto el nombre de la República Dominicana, sino que ha destacado la capacidad de los profesionales latinoamericanos para liderar proyectos de escala mundial. Su determinación y visión han marcado un antes y un después en la búsqueda de los misterios del Antiguo Egipto, llevando consigo el orgullo de toda una nación.
Nuevos Proyectos y Un Futuro Prometedor
Una vez finalice esta etapa de su investigación en Egipto, Kathleen Martínez regresará a la República Dominicana en noviembre de 2024 para emprender una nueva búsqueda arqueológica de gran relevancia: localizar los restos del cacique Enriquillo en la provincia de Azua. Este nuevo proyecto será clave para rescatar la memoria histórica de la isla y reivindicar el legado del líder indígena[1].
La Dra. Martínez Berry-Nazar sueña con que América Latina sea una región referente en la Egiptología y aspira a la creación del Instituto Dominicano de Arqueología, el primer centro de estas características en América Latina. Su legado no solo es un tributo a su propia dedicación, sino también un faro de esperanza para las generaciones futuras de arqueólogos latinoamericanos.