El coche eléctrico aviva la fiebre del litio y multiplicará por seis su valor en 2030. Solo con que EE. UU. cumpla las últimas metas para vehículos cero emisiones que ha planteado Joe Biden, la demanda mundial de este mineral podría situarse en 2,1 millones de toneladas, frente a las 1,8 previstas.
El coche eléctrico aviva la fiebre del litio y multiplicará por seis su valor en 2030
El giro que algunas de las principales economías del planeta están impulsando hacia una economía libre de emisiones de carbono va a convertir en materias primas esenciales a determinados minerales cuyo uso era minoritario hasta hace no mucho. Uno de los casos más evidentes es el del litio, cuyo uso se ha extendido para la fabricación de las baterías de los coches eléctricos. El impulso a este tipo de vehículos puede multiplicar por seis el tamaño del mercado del litio de aquí a 2030 y permitirle alcanzar la cifra de 36.000 millones de dólares (algo más de 30.607 millones de euros al cambio actual).
El contexto no puede ser más propicio para esta tecnología. El Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático (IPCC) de Naciones Unidas alertaba este mismo lunes de que el cambio climático se ha extendido, acelerado e intensificado. Solo en Europa el transporte es responsable de más del 30% de las emisiones de CO2 y, de ellas, el 72% proviene del transporte por carretera, según datos de la Comisión Europea. Los Veintisiete y Estados Unidos se han lanzado a la carrera por un mercado del que China es hasta ahora líder indiscutible, puesto que en 2019 se vendieron en el país 1,2 millones de vehículos eléctricos frente a los 1,05 millones que se matricularon en el resto del mundo en conjunto.
Sin embargo, en 2020 Europa ya pisaba los talones al gigante asiático y ha endurecido sus objetivos para el medio plazo. En su estrategia ‘Fit for 55‘, que detalló el mes pasado, se ha fijado como meta reducir un 55% las emisiones en 2030 y que para 2035 ya no se puedan comprar vehículos que emitan CO2 (ya sean diésel, gasolina o híbridos). En Estados Unidos el presidente Joe Biden firmó la pasada semana una orden ejecutiva por la que a finales de esta década la mitad de los coches nuevos que se vendan en el país deberán ser eléctricos o con emisiones cero -a batería, pila de combustible o híbridos enchufables-. También en EEUU la industria automotriz es la mayor fuente de emisiones de gases de efecto invernadero.
De este modo, solo con que la primera economía del mundo alcance estas cifras en 2030 la demanda a nivel planetario de este mineral podría situarse en 2,1 millones de toneladas de carbonato de litio equivalente (LCE). Una cifra que está muy por encima de los 1,8 millones que había previsto para 2030 los analistas de Bank of America (BofA). En la entidad ponen cifras al impacto de este acelerón y aseguran que el valor de mercado del litio se dispararía en ese caso desde los 6.000 millones de dólares actuales a los 36.000 millones en ese periodo. “Esto también significaría que el estatus del litio podría cambiar de materia prima especializada a materia prima principal”, señalan en su último informe ‘Global Metals Weekly’.
La Agencia Internacional de la Energía (AIE) explica que desde 2015 y hasta la fecha, los vehículos eléctricos y el almacenamiento de baterías han superado a la electrónica de consumo para convertirse en los mayores consumidores de litio, y juntos representan más del 30% de la demanda actual total. “A medida que los países intensifican sus ambiciones climáticas, las tecnologías de energía limpia se convertirán en el segmento de demanda de más rápido crecimiento para la mayoría de los minerales”, explica el organismo en uno de sus últimos documentos.
Estas energías representarán en concreto más del 40% de la demanda de cobre y tierras raras, entre el 60 y el 70% de la del níquel y el cobalto y casi alcanzarán el 90% en el caso del litio, siempre que se cumpla el conocido como Escenario de Desarrollo Sostenible (SDS) diseñado por la propia Agencia para 2040. De acuerdo con los últimos objetivos climáticos que se ha fijado y sólo para abastecer la demanda de baterías de los vehículos eléctricos y del almacenamiento de energía, la UE necesitaría hasta 18 veces más litio y 5 veces más cobalto en 2030, y casi 60 veces más litio y 15 veces más cobalto en 2050, en comparación con el suministro actual para toda la economía de los Veintisiete, según los cálculos que hace BofA. “Si no se aborda, este aumento de la demanda puede provocar problemas de suministro”, alertan desde el banco estadounidense.
Europa pelea para paliar su alta dependencia de otros países
El problema es evidente para los socios comunitarios cuando solo Australia, Chile y China ostentan más del 80% de la producción mundial. Las lagunas en la capacidad de extracción, procesamiento, reciclaje, refinado y separación de la UE en el caso del litio o las tierras raras reflejan una falta de resistencia y una gran dependencia del suministro de otras partes del mundo. De hecho, incluso el litio que se extrae en Europa tienen que salir del continente para ser procesado. “Estas lagunas, y las vulnerabilidades en las cadenas de suministro de materias primas existentes, afectan a todos los ecosistemas industriales y, por tanto, requieren un enfoque más estratégico2, apuntan desde la entidad.
De momento y a través de la Alianza Europea de Baterías, se ha movilizado inversión pública y privada a gran escala que debería permitir que “el 80% de la demanda de litio de Europa se abastezca de fuentes europeas para 2025”, añaden. Además, existen varios proyectos de calado en marcha: Rio Tinto se ha comprometido a invertir 2.400 millones de dólares en un proyecto de Jadar, en Serbia, uno de los mayores del mundo. En la explotación producirá el carbonato de litio para baterías necesario para situarse como la mayor fuente de suministro de este mineral a nivel europeo durante al menos los próximos quince años.
Otro proyecto innovador es el que ha puesto sobre la mesa Vulcan Energy, Zero Carbon Lithium, que planea perforar pozos en el subsuelo profundo y luego bombear salmuera (agua con una fuerte concentración de sal) caliente y rica en litio a la superficie. Después, podría utilizar la “energía geotérmica natural y renovable para alimentar el proceso de extracción de litio” y “crear un subproducto de energía renovable”. El proyecto podría comenzar en 2024.
Fuente: La Información
(** Note: This article was migrated from a legacy system on 7/15/2023)