Crisis en el sector construcción dominicano: desafíos y propuestas para su recuperación

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Una Nación Llamada a Reconstruir su Futuro

En los últimos años, la República Dominicana ha enfrentado un desafío significativo en uno de sus sectores más históricos y vitales para el desarrollo económico: la construcción. Este sector, que durante décadas ha sido un motor fundamental de crecimiento, generación de empleo y transformación urbana, atraviesa actualmente una crisis profunda que amerita atención inmediata y decisiones valientes de parte de todas las autoridades competentes.

La Realidad que Demanda Acción

Según los datos del Registro de Oferta de Edificaciones elaborado por la Oficina Nacional de Estadística, una institución adscrita al Gobierno dominicano, la situación actual revela cifras alarmantes que hablan por sí solas. El cincuenta y dos por ciento de las obras registradas en el país se encuentran paralizadas, un indicador que refleja la ausencia de dinamismo tanto en la inversión pública como privada. En contraste, apenas el diecinueve punto seis por ciento de las edificaciones están actualmente en ejecución, mientras que el veinticuatro punto uno por ciento han sido culminadas.

Estas cifras representan un estancamiento evidente en la actividad económica del sector que, de no ser revertido, amenaza con deshacer los avances logrados durante las administraciones anteriores, tal y como advierte el Partido de la Liberación Dominicana en su llamado de alerta sobre la crisis del sector construcción. La crisis no es meramente estadística; tiene un rostro humano que afecta a familias dominicanas que aspiran a poseer un hogar propio, trabajadores que han visto limitadas sus oportunidades de empleo, y pequeñas y medianas empresas que dependen de esta cadena productiva para su subsistencia.

Los Agravantes de un Contexto Adverso

La parálisis del sector construcción no ocurre en el vacío. Se produce en medio de un contexto macroeconómico profundamente adverso que comprime a empresarios, trabajadores y familias por múltiples frentes simultáneamente.

Las tasas de interés hipotecario se sitúan entre el once y el doce por ciento durante este año, niveles que hacen prácticamente inalcanzable el sueño de acceso a vivienda para la clase media trabajadora. Simultáneamente, el incremento en los costos de los materiales de construcción ha encarecido exponencialmente cada proyecto, mientras que el alza de la tasa del dólar presiona aún más los presupuestos de empresas y familias. Este panorama adverso se complementa con retrasos excesivos en la tramitación de permisos de construcción, conforme a reportes sobre permisología y riesgos que afectan el sector construcción en RD, que han pasado de un máximo de ciento veinte días en años anteriores a períodos que oscilan entre ocho meses y un año, generando incertidumbre y desistimiento.

El aumento de las tarifas de inspección aplicadas por el Ministerio de Vivienda y Edificaciones constituye otro factor que agrava la situación sin que esto se traduzca en una mejora proporcional en los servicios ofrecidos a los ciudadanos. Complementa este panorama adverso la reducción en el acceso a bonos de vivienda, dejando sin esperanza a miles de familias dominicanas que ven cada día más lejano el sueño de poseer un techo digno. Adicionalmente, la disminución del gasto de capital público limita la inversión en infraestructura necesaria y la reactivación de empleos que el sector generaba tradicionalmente.

Desafíos Estructurales Que Trascienden lo Financiero

La crisis de la construcción va más allá de los factores económicos coyunturales. El sector enfrenta desafíos estructurales profundos que requieren soluciones de largo plazo y compromisos institucionales permanentes.

La informalidad laboral domina gran parte de la mano de obra en el sector construcción, dificultando la aplicación de mecanismos de seguridad social y protección laboral. Esta realidad se ve agravada por fenómenos de migración laboral que han provocado la paralización de obras por meses, como se refleja en los desafíos derivados de la dependencia de mano de obra extranjera, generando retrasos costosos que finalmente encarecen las construcciones y perjudican a los compradores finales.

Existe además un desafío silencioso pero crítico: la escasez de mano de obra calificada. Mientras los proyectos de construcción se multiplican en todo el territorio nacional, la disponibilidad de personal con formación técnica sólida no crece al mismo ritmo. Este fenómeno limita significativamente la productividad y competitividad del sector. Naciones como Chile, Panamá y Costa Rica han demostrado que políticas sostenidas de capacitación técnica elevan sustancialmente la calidad de las obras y la productividad laboral, modelos que podrían inspirar el camino dominicano hacia la recuperación.

Un Conjunto de Propuestas Viables para la Recuperación

Frente a este panorama, se han presentado propuestas concretas y viables que ofrecen un camino claro hacia la reactivación del sector:
Incentivos Fiscales y Financieros: Implementar mecanismos que reduzcan los costos de construcción y faciliten el acceso a créditos, especialmente para las pequeñas y medianas empresas constructoras que son el tejido productivo del sector.
Liberación del Encaje Legal: Desbloquear recursos del encaje legal de manera focalizada para financiar viviendas de bajo costo con tasas preferenciales y garantías de transparencia absoluta en su administración.
Ampliación de Bonos de Vivienda: Aumentar significativamente la asignación presupuestaria destinada a bonos de vivienda, asegurando que más familias de clase media y trabajadora puedan acceder a un hogar digno.
Modernización de la Permisología: Agilizar los procesos de permisos de construcción mediante la implementación de una ventanilla única digital que reduzca los plazos a un máximo de noventa días, eliminando la burocracia que actualmente paraliza proyectos.
Revisión de Tarifas de Inspección: Evaluar y ajustar las tarifas de inspección aplicadas por el Ministerio de Vivienda y Edificaciones para que guarden proporcionalidad con los servicios prestados.
Fondo Especial de Reactivación: Crear un mecanismo específico destinado a reactivar obras que se encuentran paralizadas, permitiendo que proyectos congelados vuelvan a dinamizarse.
Supervisión Ciudadana: Establecer mecanismos robustos de supervisión ciudadana que garanticen transparencia absoluta en la ejecución de políticas públicas y el uso de fondos destinados al sector.

El Llamado a la Acción Responsable

La República Dominicana posee todo lo necesario para revertir esta crisis: un sector productivo dinámico y comprometido, trabajadores dispuestos a contribuir, familias anhelantes de mejores condiciones de vida y un Estado con capacidades institucionales para tomar decisiones efectivas. Lo que hace falta ahora es voluntad política, responsabilidad fiscal, y el compromiso inquebrantable de escuchar a quienes construyen literalmente el futuro del país.

Este no es un momento para improvisaciones o respuestas superficiales. La construcción volvió a ser durante décadas un símbolo de progreso dominicano, un reflejo tangible del avance del país. Es tiempo de que recupere ese rol transformador. Las medidas están sobre la mesa, los diagnósticos están claros, y la urgencia es palpable. Solo se requiere que las autoridades gubernamentales abandonen la indiferencia, actúen con la responsabilidad que el país demanda, y trabajen codo a codo con el sector productivo para que la construcción vuelva a ser lo que siempre ha sido: un motor de esperanza, empleo y desarrollo para toda la nación dominicana.


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