Exembajador James Wally Brewster defiende la hospitalidad dominicana tras polémica boda en Santiago

James Wally Brewster

Aclaración sobre la celebración en Santiago

El exembajador de Estados Unidos en República Dominicana, James Wally Brewster, emitió este lunes una declaración pública para esclarecer la polémica surgida tras la celebración de una boda entre dos ciudadanos estadounidenses en la provincia de Santiago. La aclaración se produce después de que la Junta Central Electoral reiterara que en territorio dominicano solo se reconocen legalmente los matrimonios celebrados entre un hombre y una mujer, tal como se comunicó oficialmente por la entidad responsable.

Brewster explicó de manera contundente que la ceremonia realizada en el país no constituyó un matrimonio civil ni religioso bajo las leyes dominicanas, sino que se trató de una fiesta privada destinada a celebrar una unión que ya se encontraba formalmente reconocida en Estados Unidos antes de su llegada a la isla caribeña según él mismo detalló públicamente.

Un evento familiar en tierra dominicana

El exdiplomático precisó que ambos contrayentes son ciudadanos y residentes estadounidenses, con la particularidad de que uno de ellos es dominico-estadounidense nacido y criado en Santiago. La elección de esta ciudad como destino de la celebración respondió a motivaciones profundamente familiares y sentimentales.

Según expresó Brewster en varios espacios, la pareja deseaba compartir este momento significativo con su familia en la provincia y presentar a sus amigos de todo el mundo la belleza, calidez y riqueza cultural que caracteriza al pueblo dominicano, mostrando de este modo la hospitalidad que ha hecho famosa a la nación dominicana en el ámbito internacional.

Brewster subrayó enfáticamente que el matrimonio fue legalmente registrado en Estados Unidos antes de la ceremonia y celebración en República Dominicana. Por esta razón, nunca existió intención ni esfuerzo alguno por parte de la pareja de gestionar documentación ni solicitar reconocimiento legal ante el gobierno dominicano, ninguna institución civil ni organización religiosa dentro del territorio nacional, como aclaró de manera precisa en una entrevista difundida recientemente.

El exembajador también aclaró que el evento no estuvo vinculado a entidad gubernamental alguna, institución civil o religiosa dominicana, dejando establecido que se trató de un acto completamente privado sin conexión con el ordenamiento jurídico local.

Defensa de los valores dominicanos

Brewster expresó su pesar por el hecho de que algunas personas hayan aprovechado la celebración para difundir mensajes de intolerancia y división. Enfatizó que tales actitudes no representan en absoluto al pueblo dominicano, al cual caracterizó como cálido, respetuoso y profundamente hospitalario, cualidades que lo han distinguido mundialmente.

El exdiplomático fue crítico también con ciertos medios de comunicación que presentaron informaciones distorsionadas de lo ocurrido, insistiendo en que la actividad fue estrictamente una celebración privada, marcada por un ambiente de unidad familiar, música, alegría y afecto genuino entre los asistentes, reconocidos por la comunidad internacional como valores propios de la dominicanidad.

En sus declaraciones, Brewster reafirmó que el verdadero espíritu del pueblo dominicano brilla precisamente en su capacidad de acoger con respeto y calidez a visitantes de diferentes partes del mundo, valores que permanecen vigentes como expresión auténtica de la identidad y tradición caribeña de la nación.

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