La Pastoral Penitenciaria de la República Dominicana: Un Compromiso con la Reinserción Social para el 2025
En un esfuerzo por transformar y humanizar el sistema penitenciario dominicano, la Comisión Nacional de Pastoral Penitenciaria de la Conferencia del Episcopado Dominicano (CED) ha dado un paso significativo hacia un futuro más esperanzador para las personas privadas de libertad. Este compromiso se refleja claramente en el Primer Conservatorio hacia un Sistema Penitenciario Peregrino de Esperanza, un evento que marcó el inicio de un diálogo nacional con miras al Jubileo del 2025 convocado por el Papa Francisco.
Un Diálogo Nacional
El evento, realizado en el Salón Multiuso de la Casa San Pablo, contó con la participación de más de 150 invitados, incluyendo estudiantes universitarios, destacados panelistas y representantes de diversas instituciones. La coordinación estuvo a cargo del Reverendo Padre Fray Arístides Jiménez Richardson, secretario ejecutivo de la Comisión Nacional de Pastoral Penitenciaria[1][2].
Este conservatorio fue un espacio de intercambio de ideas y reflexión colectiva, enfocado en la transformación del sistema penitenciario y la promoción de la rehabilitación y reinserción social de las personas privadas de libertad. El enfoque se basó en la consigna “Peregrinos de la Esperanza”, inspirada en el Jubileo del 2025, y se desarrolló en tres paneles que abordaron los cinco ejes fundamentales de la Pastoral Penitenciaria: Prevención del Delito, Tratamiento Penitenciario, Reinserción Social, Apoyo a Víctimas y Familiares, y Acompañamiento a quienes regresan a la sociedad[1][2].
Colaboración Multisectorial
La iniciativa contó con la colaboración de entidades como el Instituto de Formación San Pedro Nolasco, la Capellanía General de Prisiones, el Patronato Nacional Penitenciario, el Observatorio Penitenciario, y otras organizaciones clave en el sector penitenciario. Además, estuvieron presentes representantes del Ministerio de Educación, el Ministerio Público, y estudiantes de término de la carrera de Derecho de la Universidad Tecnológica de Santiago (UTESA)[1][2].
Paneles y Expertos
Cada panel estuvo moderado por el Reverendo Fray Arístides Jiménez Richardson y contó con la participación de expertos en el campo. Los panelistas incluyeron a la magistrada Mercedes Sena, el doctor y abogado penalista Jaime Terrero, la subdirectora de tratamiento Frania Navarro, entre otros. Otros destacados panelistas fueron Rafael Amador Figaris, Nathanael De La Cruz, el coronel Elías Villar Tejeda, Carmen Rosario, Elías Rodríguez Rodríguez, y Ramón Mercedes, representante del Ministerio de Interior y Policía[2].
Mensaje de Esperanza
Durante su discurso inaugural, el Padre Fray Arístides Jiménez Richardson destacó la importancia de valorar a cada individuo como “otro yo” e instó a “abrir las ventanas cerradas y bruscas” como símbolo de superar las barreras que limitan la visión integral del sistema penitenciario. Este llamado a la reflexión y la acción colectiva busca animar y motivar a los participantes a mirar más allá de los muros de las prisiones y a trabajar hacia una sociedad más inclusiva y solidaria[1][2].
Estrategias para el 2025
La Comisión Nacional de Pastoral Penitenciaria ha definido estrategias claras para el año 2025, enfocadas en la formación integral y sistemática de los agentes de Pastoral Penitenciaria en los cinco ejes fundamentales. Además, se buscarán nuevas estrategias de evangelización para la prevención del delito, especialmente entre niños, adolescentes y jóvenes. La formación de comunidades cristianas solidarias y participativas es un objetivo central, alineado con la misión de la Iglesia Católica de estar presente en todas las condiciones y necesidades de sus hijos[3].
Compromiso y Vocación
Monseñor Santiago Rodríguez Rodríguez, Obispo de la Diócesis de San Pedro de Macorís y presidente de la Comisión, subrayó la importancia de la presencia de la Iglesia en el servicio penitenciario, destacando que los sacerdotes, diáconos, religiosos y laicos que se dedican a este servicio lo hacen por vocación, respondiendo a un llamado intrínseco de su fe cristiana. Este compromiso vocacional es esencial para la misión de la Pastoral Penitenciaria[4].
En resumen, el Primer Conservatorio hacia un Sistema Penitenciario Peregrino de Esperanza marca un hito significativo en el camino hacia la transformación del sistema penitenciario dominicano. Con un enfoque en la reinserción social, la prevención del delito, y el tratamiento penitenciario, la Comisión Nacional de Pastoral Penitenciaria lidera un esfuerzo nacional que busca humanizar y fortalecer el sistema, priorizando la dignidad y la esperanza de quienes forman parte de él.