Estado Actual de la ASF en la República Dominicana: Un Virus Endémico
La República Dominicana enfrenta un desafío significativo en el sector porcino debido a la presencia de la fiebre porcina africana (ASF), un virus que ha afectado severamente la producción local de cerdos. Desde su detección oficial en julio de 2021, la enfermedad se ha extendido por todo el país, convirtiéndose en un problema endémico.
Impacto en la Producción Porcina
La ASF ha causado la muerte o depopulación de aproximadamente el 30% de la población porcina nacional, lo que equivale a unos 210,000 cerdos. Este declive en la producción local ha abierto oportunidades para el aumento de las importaciones de productos porcinos, principalmente desde Estados Unidos. En 2023, las importaciones de carne de cerdo y productos porcinos alcanzaron 96,010 toneladas métricas, y se espera que este número aumente en 2024[2][4].
Esfuerzos de Control y Bioseguridad
El gobierno dominicano, con el apoyo de la USDA/APHIS, ha implementado varias medidas para controlar la propagación de la ASF. Estas incluyen el aumento de las pruebas de detección, la implementación de controles más estrictos en el transporte de animales, y la educación de los productores sobre prácticas de bioseguridad. Además, se están estableciendo fondos para financiar la implementación de medidas de bioseguridad en las granjas a través de préstamos sin intereses[2][4].
Desafíos y Perspectivas
A pesar de los esfuerzos realizados, la ASF sigue siendo un problema significativo. La enfermedad ha sido detectada en 28 de las 31 provincias del país, con Monte Plata, María Trinidad Sánchez y Santiago siendo las más afectadas. La tasa de positividad de las muestras procesadas por el Laboratorio Veterinario Central (LAVECEN) ha disminuido desde 2021, pero ha aumentado ligeramente en 2024. La situación en Haití, donde no hay esfuerzos efectivos para combatir la enfermedad, complica aún más el panorama[2][4].
Conclusiones
La ASF ha tenido un impacto devastador en la producción porcina de la República Dominicana, convirtiéndose en un problema endémico. Aunque se han implementado medidas para controlar su propagación, el desafío sigue siendo significativo. La cooperación internacional y la educación de los productores sobre prácticas de bioseguridad son clave para mitigar los efectos de la enfermedad y proteger la industria porcina local.
