Un juez irrepetible se fue en la persona de Bergés Chupany
La muerte del juez Manuel Bergés Chupany deja un gran vacío en el ambiente judicial, consideraron ayer familiares y amigos quienes destacaron sus cualidades como ser humano y aportes a la vida política nacional.
En el día de ayer, las diversas personalidades que acudieron a dar sus condolencias a la familia en la Funeraria Blandino de la Abraham Lincoln, coincidieron en que Bergés Chupani fue un símbolo de responsabilidad y honestidad de principio a fin.
Para el jurista Marino Vinicio Castillo (Vincho), fue un gigante de la magistratura nacional. “Un ejemplo inigualable de probidad y rectitud; altamente capacitado; un juez de nacimiento. Todos los abogados nacionales sintieron por él, en las subdirecciones menores un gran respeto y fue ascendiendo hasta llegar a ser presidente de nuestra Suprema Corte de Justicia”, dijo Vincho Castillo, quien recomendó a la generación de jueces de hoy “mirarse en ese espejo”.
Mientras que el senador Rafael Calderón lo definió como uno de los profesionales del derecho más serio que pudo conocer. “Fue un hombre con un sentido de la justicia amplio y responsable. Para mí fue el que más ha ocupado la posición de presidente interino a lo largo de la historia dominicana. Hizo una gran labor, tranquilo, bajo perfil. Da pena que se nos vaya. Deja un legado fructífero para las generaciones que le sigan”, expresó el legislador por la provincia de Azua.
Desde entidades como Fundación Justicia y Transparencia (Finjus) lamentaron el deceso de Bergés Chupani, considerando que enluta a la comunidad jurídica y a la sociedad, además de estremecer los más sensibles hilos de la dignidad, el decoro y el derecho en la historia moderna del país.
“El Dr. Bergés Chupani se constituyó, a través de su obra profesional, su trayectoria de responsabilidad y honestidad, en un paradigma del derecho dominicano”, destaca Finjus en un comunicado.
Como Magistrado Juez, Bergés Chupany ingresó a la carrera de la judicatura en la década del 1940 y escaló todos los peldaños del servicio judicial, desde la posición de Juez de Paz hasta la de Juez de la Suprema Corte de Justicia. En esa posición sirvió por 21 años y desde 1982 a 1986 fungió como presidente de esa Alta Corte, honrando esa elevada investidura con una acrisolada dedicación, probidad y rectitud reconocida por todos los sectores.
Una guardia de honor rindió homenaje en el velatorio de Bergés Chupany, quien recibió cristiana sepultura ayer a las tres de la tarde en el Cementerio Puerta del Cielo.
Sobre su legado
Manuel Bergés Hijo habla. Explicó que su padre murió de causas naturales a los 101 años de edad y fue un ciudanos ejemplar. “Todos los amigos de mi papá lo consideraron un juez de nacimiento”, dijo. Lo recuerda por su carácter afable con una alta preparación que lo condujo a plasmar unas 7 obras de jurisprudencia. “El hizo carrera judicial sin existir la ley de carrera judicial en el país”, agregó Bergés Hijo sobre su progenitor, que entre muchos méritos como servidor del Estado Dominicano fue condecorado con la Segunda Orden de Duarte, Gran Cruz Placa de Plata.
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