La República Dominicana avanza hacia un futuro energético sostenible con sistemas de almacenamiento de energía
La República Dominicana está embarcándose en una ambiciosa jornada hacia un futuro energético sostenible, impulsada por la integración de sistemas de almacenamiento de energía y una creciente adopción de fuentes renovables. Este camino, lleno de promesas y desafíos, es crucial para garantizar la estabilidad del sistema eléctrico y reducir la dependencia de los combustibles fósiles.
El Contexto: Creciente Despliegue de Fuentes Renovables
En los últimos años, la República Dominicana ha visto un significativo crecimiento en la generación de energía renovable, particularmente en la energía solar. Desde 2020, la capacidad de generación de energía renovable ha aumentado del 9% al 16%, gracias en gran parte al Decreto 608-21 emitido por el presidente Abinader, que permitió la contratación directa de 42 contratos de compra-venta de energía[1].
La Necesidad de Almacenamiento de Energía
A pesar de los beneficios de la energía solar, su intermitencia presenta desafíos significativos. La energía solar no se genera durante la noche ni en momentos de baja radiación solar, lo que obliga a recurrir al almacenamiento para cubrir los picos de demanda en esas horas. Según el ministro de Energía y Minas, Joel Santos, el país necesitará entre 250 y 400 MW de capacidad instalada en sistemas de almacenamiento de energía (BESS) para 2028[3].
El Papel Fundamental del Almacenamiento de Energía
El almacenamiento de energía es clave para la transición hacia un sistema energético más limpio y eficiente. Los sistemas BESS permiten almacenar energía en períodos de baja demanda y liberarla cuando el consumo aumenta, moderando las fluctuaciones de precios y dando mayor estabilidad al sistema. Además, estos sistemas ofrecen servicios adicionales como la regulación de la frecuencia y la estabilización de la red, contribuyendo a equilibrar la oferta y la demanda a corto plazo y garantizar un sistema energético resiliente[5].
Desarrollo del Marco Regulatorio
La adopción generalizada de la tecnología de almacenamiento de energía requiere un entorno regulatorio adecuado. El Ministerio de Energía y Minas, junto con la Comisión Nacional de Energía (CNE) y la Superintendencia de Electricidad (SIE), está trabajando en la actualización del marco normativo para asegurar una compensación que cree las condiciones adecuadas para el desarrollo de estos sistemas. La SIE está revisando las normativas para reconocer la contribución específica de los sistemas BESS y fomentar su implementación en el mercado eléctrico dominicano[5].
Proyectos de Energía Limpia y Almacenamiento
La CNE ha aprobado cerca de 15 proyectos de energía limpia que incluyen soluciones para su almacenamiento. Edward Veras, director de la CNE, destacó que estos proyectos incorporan una fracción de almacenamiento y que la viabilidad financiera de cada iniciativa es crucial. A medida que los costos de los insumos para la generación y el almacenamiento disminuyan en el mercado internacional, se podrá aumentar la capacidad de almacenamiento[5].
Plan Energético Nacional 2024-2038
Próximamente se publicará una actualización del Plan Energético Nacional 2024-2038, que incluirá un nuevo capítulo dedicado exclusivamente a las energías renovables y su almacenamiento. Este plan tiene como metas aumentar el uso de energías renovables al 25% para finales de 2025 y alcanzar un 30% para 2030, lo que requiere una inversión significativa del sector privado, estimada en unos 5,400 millones de dólares[1].
Uso Responsable de los Terrenos y Transmisión
El Plan Energético Nacional también aborda el uso responsable de los terrenos para proyectos de energía renovable. Se excluirán zonas de alta producción agrícola y de baja irradiación solar, favoreciendo áreas con alto potencial solar. Además, se está construyendo una autopista eléctrica de 345,000 voltios para conectar las nuevas instalaciones en Manzanillo con el sistema eléctrico nacional, mejorando la capacidad de transmisión y distribución de energía[1].
Eficiencia Energética y Sostenibilidad
La implementación de la Ley de Eficiencia Energética, actualmente en desarrollo, es crucial para obligar tanto al gobierno como a los ciudadanos a adoptar prácticas más eficientes en el uso de la energía. Esta ley no solo reducirá costos, sino que también minimizará el impacto ambiental y optimizará el uso de recursos, contribuyendo a la sostenibilidad económica del país[1].
En resumen, la República Dominicana está avanzando firmemente hacia un futuro energético sostenible, apoyada por una sólida estrategia que combina la expansión de las energías renovables, el almacenamiento de energía, y un marco regulatorio adecuado. Estos esfuerzos no solo garantizarán la estabilidad del sistema eléctrico, sino que también reducirán la dependencia de los combustibles fósiles y promoverán un desarrollo económico y ambientalmente sostenible.
