Barrick Pueblo Viejo transforma vidas con entrega de viviendas en Cotuí
En un hito que redefine el concepto de responsabilidad social empresarial en el sector minero, Barrick Pueblo Viejo ha inaugurado oficialmente el proyecto habitacional Nuevos Horizontes, marcando el inicio de un proceso de reasentamiento que beneficiará a más de 600 familias en la provincia Sánchez Ramírez. Con una inversión histórica de 18,000 millones de pesos, esta iniciativa no solo entrega viviendas dignas, sino que consolida un modelo de desarrollo comunitario integral que prioriza la sostenibilidad, la autonomía económica y la preservación de la identidad cultural dominicana.
Un compromiso con el progreso y la dignidad humana
El proyecto Nuevos Horizontes surge como respuesta a la necesidad de reubicar a las comunidades ubicadas en zonas adyacentes a la futura presa de colas de la minera. Sin embargo, lejos de limitarse a un simple traslado, Barrick Pueblo Viejo ha diseñado un plan que garantiza condiciones de vida superiores a las originales. Las primeras 20 familias de El Naranjo, Arroyo Vuelta y Lajas recibieron llaves de viviendas construidas con estándares internacionales, cada una dotada de tres habitaciones, cocina amplia, jardín y servicios básicos como agua potable, electricidad y alcantarillado (Barrick entrega primeras viviendas en Cotuí, Diario Libre).
Juana Barceló, presidenta de Barrick Pueblo Viejo, enfatizó que este esfuerzo trasciende el cumplimiento de obligaciones legales: «Este proyecto refleja nuestro compromiso con las comunidades que han sido pilares fundamentales de nuestra operación. No se trata solo de construir casas, sino de tejer un futuro donde las familias encuentren oportunidades reales para crecer» (Barrick inaugura Nuevos Horizontes). Cada vivienda incluirá un título de propiedad, asegurando seguridad jurídica y estabilidad para los beneficiarios, muchos de quienes antes habitaban en estructuras precarias de madera (Diario Libre).
Infraestructura que construye comunidad
El complejo habitacional en Callejón de Duey se erige como un modelo urbano innovador para zonas rurales. Más allá de las viviendas, el proyecto integra escuelas avaladas por el Ministerio de Educación, dos iglesias, áreas recreativas con parques infantiles y canchas deportivas, un mercado local y hasta un cementerio comunitario (Hoy). Las calles asfaltadas y el sistema de alumbrado público contrastan con las condiciones previas de acceso limitado y aislamiento que caracterizaban a las comunidades originarias.
Uno de los pilares diferenciadores es el enfoque en la autosuficiencia económica. Cada familia recibirá 1.5 tareas de terreno para desarrollar proyectos agrícolas o pecuarios, independientemente de su situación previa de tenencia de tierras (El Nacional). Estos lotes, distribuidos en zonas fértiles de Sánchez Ramírez y Monte Plata, están destinados al cultivo de plátano, cacao, yuca y otros rubros de ciclo corto, así como a la cría de ganado y aves de corral (El Nacional, El Nuevo Diario). «Queremos que estas tierras sean el sustento de las próximas generaciones», señaló Patria Rodríguez, funcionaria de Barrick, durante un recorrido por los terrenos preparados para siembra (Hoy).
Diálogo y consenso: La clave del éxito
El proceso de reasentamiento ha sido notable por su metodología participativa. Tras meses de negociaciones mediadas por la Iglesia Católica y el Defensor del Pueblo, se estableció una comisión tripartita integrada por representantes comunitarios, autoridades gubernamentales y ejecutivos de Barrick (Acento). Este mecanismo permitió abordar preocupaciones históricas, como los criterios de compensación por cultivos y la selección de familias beneficiarias.
Martín Guzmán Tejada, vocero de las comunidades, reconoció avances: «Aunque persisten desafíos, hoy vemos que el diálogo genuino puede transformar realidades. Las nuevas viviendas no son regalos, son fruto de años de lucha y organización» (Acento)). Este modelo contrasta con experiencias previas en la región, donde proyectos similares generaron desconfianza por falta de transparencia (El País).
Impacto económico y legado sostenible
Más allá del beneficio inmediato para las familias, Nuevos Horizontes impulsa la economía local mediante la contratación de mano de obra y proveedores dominicanos. El 97% del personal involucrado en la construcción es de nacionalidad dominicana, siguiendo la política de priorización laboral que caracteriza a Barrick en el país (Barrick). Además, la minera ha capacitado a 150 agricultores en técnicas sostenibles de cultivo de cacao, asegurando que la transición a nuevas tierras no implique pérdida de productividad (Hoy)).
El proyecto también incluye un programa de acompañamiento psicosocial durante 24 meses, donde trabajadores sociales ayudarán a las familias a adaptarse a su nuevo entorno, gestionar sus tierras y acceder a créditos para emprendimientos (El Nacional)).
Referencias usadas en Artículo
- Barrick sigue a toda marcha con construcción de viviendas
- Barrick – Upliftment well into the future
- El coste del oro – El País
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