En medio del cansancio y la rutina, muchas parejas suelen dejar para después la importancia de mantener una relación activa.
Podrá nublarse el sol eternamente; podrá secarse en un instante el mar; podrá romperse el eje de la tierra. Como un débil cristal. ¡todo sucederá! Podrá la muerte cubrirme con su fúnebre crespón; pero jamás en mí podrá apagarse la llama de tu amor. (Adolfo Becquer).
Un sentimiento que se alimenta del ideal típico de las comedias de Hollywood. Historias con final feliz. Amores eternos. Deseo de amar y ser amado hasta el infinito, como si fuesen dos personas en una.
En última instancia, el amor romántico es un tipo de afectividad, un modelo de vínculo sentimental en la que la aspiración de la proyección que un enamorado tiene en el otro, aporta sentido a esa historia.
Está claro que cada día se debe cumplir con determinados compromisos, pero una de las claves del romance reside en sorprender a tu pareja; de ahí la emoción al salir de la rutina e intentar hacer cosas diferentes en el tiempo juntos.
En medio del cansancio y la rutina, muchas parejas suelen dejar para después la importancia de mantener una relación activa.
Sin importar el género, ellas y ellos aman el romance, una palabra de aliento, un detalle, una salida inesperada.
Por el rescate de ese amor de pareja, Diario Libre realizó un recorrido por lugares llenos de romanticismo, predilectos de enamorados, entre ellos la Zona Colonial.
Romanticismo en la Zona Colonial
Llegar justo al anochecer a esta parte de la ciudad, es desconectarse de la “enfermedad moderna”, el estrés.
El arduo trabajo, la desconexión de horas o días de tu ser favorito, las ansias de emociones, estremecen la libertad que se siente en un escalón, de unas antiguas escaleras, la intimidad que representa un alto balcón, una mesa para dos con una única luz en el centro.
En la Zona Colonial encuentras bares con esas características, específicamente en la Plaza España, en el Museo de las Casas Reales, en la Plaza María Toledo, en el Callejón de Regina y en los antiguos hoteles.
Los restaurantes de la Plaza España ofrecen un menú muy variado y con precios módicos, con músicos improvisadores siempre dispuestos a cantarles a las parejas.
Ruinas de San Francisco
Estas ruinas son los vestigios de lo que fuera el Monasterio de San Francisco, inició su construcción en 1508 a la llegada de los padres franciscanos y fue el primer monasterio del nuevo mundo.
Las Ruinas de San Francisco se convierten cada domingo en el escenario ideal para bailar ritmos como el son, la salsa y el merengue tradicional, con música en vivo a cargo del Grupo Bonyé. Desde hace varios años, de 6:00 de la tarde a 10 de la noche, Bonyé se ha convertido en una tradición de las ruinas coloniales.
Cinemateca Dominicana, ubicada en la Plaza de la Cultura, fue creada para rescatar, conservar y exhibir “joyas” del cine clásico y contemporáneo, películas consideradas patrimonio cinematográfico de la nación y del mundo.
Un buen lugar para disfrutar historias “fantásticas”.
(** Note: This article was migrated from a legacy system on 7/15/2023)