Recoge ejemplares y especímenes propios de la naturaleza y el arte en el Instituto Politécnico Loyola, en San Cristóbal
La Ruta Didáctica del Instituto Politécnico Loyola es un espacio dedicado al conocimiento. Está conformado por las áreas del Arboretum, el Museo de Biología, murales de Vela Zanetti, un minizoológico, y una colección de caderas y otras especies, que ofrecen al visitante una experiencia interactiva y única.
El museo de Biología “Padre Julio Cicero” fue hecho con el objetivo de exponer las colecciones de especímenes de flora, fauna y minerales que éste recolectó por más de 30 años, por lo que mucho de los mismos datan de la década de los años 70 e incluso de varias décadas de antigüedad. La gran mayoría aún se conserva en su envase original.
El museo, en el que existen tres colecciones que conforman igual cantidad de secciones, cuenta con 480 ejemplares expuestos, aunque tiene una colección completa que supera los 800 especímenes. Está dividido en colección de Zoología, Minerales y Maderas o Xiloteca.
De acuerdo con el coordinador de Agronomía de este centro educativo, Jorge Mancebo, el objetivo de esta área es ser un espacio de formación para los estudiantes sobre el mundo de la fauna, la flora y los minerales dominicanos.
Algo peculiar es que en la colección de Zoología, existen especímenes organizados en dos superdivisiones: invertebrados y vertebrados, y estas a su vez divididas en tipos y clases, según la taxonomía zoológica.
En el área de animales invertebrados hay 17 ejemplares de poríferos o esponjas marinas, 41 cnidarios, 17 ejemplares de equinodermos, 70 moluscos y 150 artrópodos.
Mientras que en el área de vertebrados existen 10 ejemplares de diferentes peces, 13 ejemplares de anfibios, 30 ejemplares de reptiles, 16 ejemplares de aves y 10 ejemplares de mamíferos. Además, ahí la flora del país se ve expuesta en casi su totalidad, pues actualmente tienen 259 ejemplares, entre los cuales se encuentran el cambrón, caoba, cedro, jatoba, sabina, nogal y pino.
La Ruta Didáctica comienza en la entrada de la entidad, donde el visitante puede observar cuatro murales realizados por el artista José Vela Zanetti, que cuentan esencialmente el descubrimiento de nuestro territorio, la etapa de la esclavitud, así como parte de la historia de la era de la dictadura de Rafael Leónidas Trujillo. Le sigue una colección de rocas rotuladas que muestran su origen, identificación y clasificación.
En esta exposición, que igualmente tiene minerales, hay muestras que fueron traídas de diferentes puntos del país, y también de otros museos. Esta colección cuenta con 86 ejemplares, constituida por larimar, ámbar, amatista o piedra sacerdotal; un nódulo de hierro, una lava volcánica de Costa Rica, maderas petrificadas, así como rocas traídas de las Cuevas del Pomier, en el mismo San Cristóbal. En este espacio también sobresale la colección de arenas traídas de distintas playas y lugares del país que describe las características de las costas a nivel nacional.
“Esto es el resultado de muchas investigaciones y arduo trabajo, comandado principalmente por el padre Cicero durante varios años”, cuenta el maestro Mancebo, quien asegura que estos espacios son utilizados como campo de investigación para los estudiantes del centro.
Dijo que “cada una de las exhibiciones, con su gran peculiaridad, representa un mundo de conocimiento para todos los alumnos. Cada maestro del área de Ciencias Naturales de acuerdo a su plan de clases, pauta investigaciones para sus estudiantes”.
De acuerdo con el profesor, con el propósito de mantener vivo ese valioso legado dejado por Cicero a Loyola, el padre José Rafael Núñez Mármol, rector de esta institución, ha promovido un proyecto de recuperación del Arboretum, con la colaboración del Jardín Botánico Nacional, el Parque Zoológico Nacional, el Ministerio de Medio Ambiente, la institución Palo Verde, pupilos y relacionados al fundador del espacio natural.
La Ruta cuenta con un área de palmas nativas y endémicas. “El padre Cicero quiso que se sembraran algunas pereskias en esa zona, que es uno de los cactus más antiguos y es endémico de nuestro país. Este es también el único cactus que no ha evolucionado”, explica Mancebo. “Existe pereskias en esta ruta que tienen más de 30 años. La pereskia quisqueyana, cuyo origen es en Bayahibe, donde se puede conseguir de manera silvestre, es muy apreciada científicamente y es desde hace algunos años la flor nacional”, informa el docente.
En el minizológico existe una amplia variedad de vegetales, fruto de varios años de investigación. Cicero tenía como propósito todos los fines de semana salir al interior del país, y hacer una ruta científica.
Cuenta Mancebo que el padre Cicero acostumbraba a irse los sábados a investigar sobre especies de la fauna y la flora en distintos puntos del interior del país.
Durante más de 30 años, este religioso hacía semanalmente estos recorridos acompañado de figuras conocidas, como el profesor Eugenio de Jesús Marcano, quien pasó toda su vida entre la docencia y la investigación. También lo acompañó el periodista Félix Servio Ducoudray, quien tras escribir para el suplemento sabatino de cultura de elCaribe sobre esos viajes, publicó el libro “La naturaleza dominicana: artículos publicados en el suplemento sabatino del periódico elCaribe (1978-1989).
“Fueron figuras que realizaron aportes significativos en estas áreas de las ciencias, y que no escatimaron esfuerzos para dar de sí. Los estudiantes y docentes valoran cada uno de estos espacios como lo merecen”, asegura Mancebo.
El tema innovador también predomina en este espacio, debido a que para tener un recorrido interactivo y dinámico, estudiantes de este centro que participaron en una feria técnica crearon una aplicación móvil que le permite a quienes se dispongan a recorrer la Ruta escuchar, a través de un teléfono inteligente, que capturara un código, la descripción de la exhibición que ve. Esta aplicación o App está disponible para el sistema Android y para el sistema Apple.
(** Note: This article was migrated from a legacy system on 7/15/2023)