La fundación cubre el costo del cumplimiento de las directrices y trámites para poner los animales en cuarentena y enviarlos a Estados Unidos.
La Sociedad Protectora de Animales del Valle de Cocheco en New Hampshire está recogiendo docenas de perros realengos en la turística ciudad de Samaná en la República Dominicana, para traerlos a Estados Unidos y entregarlos a familias de ese estado que quieran adoptarlos.
La doctora veterinaria Sarah Proctor, a cargo del programa, describió los barrios de Samaná en los que pululan los canes realengos como “lugares de extrema pobreza”.
Entre mayo y junio, una brigada de la sociedad dirigida por ella se desplazó a Samaná, y trajo numerosos perros, entre los que se destaca uno llamado “Caya”, encontrado en las calles famélico y enfermo, con 35 libras.
“Estamos buscando residentes en New Hampshire que quieran adoptar a estos adorables animales dominicanos”, dijo la veterinaria al periódico Union Leader, hablando acerca de los operativos.
Ella también dirige el programa de tecnología y es profesora asistente en la Escuela Thompson de Ciencias Aplicadas de la Universidad de New Hampshire.
Relató que viajó con dos de sus estudiantes a la República Dominicana en mayo como parte del programa denominado “Proyecto Samaná Inc”.
“Este es un programa veterinario y de educación que trabaja en las regiones más pobres de América Latina y El Caribe”, explicó la doctora Proctor.
Proctor y los estudiantes trabajaron con otros para la esterilización, castración y vacunación a los numerosos perros callejeros dominicanos.
“Vi perros corriendo por todas partes y parecen coexistir con las personas”, dijo la veterinaria.
Proctor y sus estudiantes visitaron la granja de Samaná perros, una organización de voluntarios que rescata animales abandonados.
La fundación cubre el costo del cumplimiento de las directrices y trámites para poner los animales en cuarentena y enviarlos a Estados Unidos.
“Eso está por encima de la tasa de adopción de la Sociedad Protectora de Animales en el Valle Cocheco, que ayuda a mantener la organización sin fines de lucro en funcionamiento”, dijo Proctor.
Refirió que si bien hay perros en los Estados Unidos, que necesitan rescate, existen desafíos nacionales.
El destino de “Caya”
“Caya”, que deambulaba por las calles de Samaná, tiene tres años de edad. Encontró un hogar rápidamente con la señora Vicki Soletsky en el suburbio Brookline. Ella es técnica veterinaria y ha trabajado con Proctor durante años.
Su familia estaba buscando un nuevo perro. El refugio creó un enlace en su página web, a través del cual la gente puede adoptar un perro dominicano en el futuro, pero si alguien está interesado en patrocinar uno ahora, puede hacer una donación a la sociedad.
(** Note: This article was migrated from a legacy system on 7/15/2023)