Rubby Pérez: El legado inmortal de la voz más alta del merengue dominicano
El mundo del merengue latinoamericano se vistió de luto el 8 de abril de 2025, cuando la emblemática discoteca Jet Set de Santo Domingo colapsó durante un concierto, sepultando bajo sus escombros a uno de los mayores íconos culturales de República Dominicana. Rubby Pérez, cuya voz trascendió fronteras como estandarte del ritmo que define la identidad caribeña, partió físicamente mientras hacía lo que mejor sabía: cantar con esa potencia vocal que le valió el título de “la voz más alta del merengue”. Su muerte, ocurrida a los 69 años, no solo conmovió a su país sino que resonó en cada rincón donde el merengue se vive como celebración de vida.
La historia de Roberto Antonio Pérez Herrera —nombre de pila del artista— es un himno a la resiliencia. Nacido el 8 de marzo de 1956 en Bajos de Haina, soñaba con emular a las estrellas del béisbol dominicano, pero el destino tenía otros planes. A los 15 años, un accidente automovilístico fracturó severamente su pierna derecha, obligándolo a abandonar los campos deportivos y sumergirse en un largo proceso de rehabilitación (biografía y vida personal). Fue durante esos meses de hospitalización que una guitarra llegó a sus manos, convirtiéndose en el canal para transformar el dolor en arte.
Su formación en el Conservatorio Nacional de Música de Santo Domingo no solo pulió su innato talento vocal, sino que lo dotó de habilidades en piano y guitarra, herramientas que luego emplearía para componer éxitos atemporales (perfil artístico). Los coros de la iglesia y su participación en agrupaciones como Los Pitágoras del Ritmo marcaron sus primeros acercamientos al escenario, pero fue en 1980, al unirse a la orquesta de Fernando Villalona, donde comenzó a tallar su nombre en la historia musical (trayectoria temprana).
El año 1982 representó un punto de inflexión. Wilfrido Vargas, ya una figura consolidada, lo invitó a ser la voz principal de su orquesta. Rubby aceptó el reto, y juntos crearon piezas que hoy son patrimonio cultural. “El africano”, tema lanzado en 1983, se erigió como un fenómeno global, combinando el ritmo acelerado del merengue con letras jocosas y un coro contagioso que invitaba al baile (los mayores éxitos). Esta canción, junto a “Volveré” y “Cobarde cobarde”, no solo dominaron las listas de popularidad sino que llevaron el merengue dominicano a escenarios en Europa, Estados Unidos y Latinoamérica (éxitos bailables).
Su técnica vocal, caracterizada por registros agudos y una claridad impresionante, redefinió los estándares del género. Mientras otras agrupaciones priorizaban la percusión, Rubby demostró que la voz podía ser el instrumento protagonista. Su carisma en el escenario y su conexión con el público —siempre sonriente, siempre entregado— lo convirtieron en el embajador perfecto para una música que buscaba romper estereotipos (tributo musical).
En 1987, tras cinco años de éxitos con Vargas, Rubby emprendió su camino en solitario. Su primer álbum, “Buscando tus besos”, fue un éxito rotundo, consolidándolo como figura independiente. Canciones como “Dame veneno” y “Enamorado de ella” fusionaron baladas románticas con arreglos tropicales, demostrando su versatilidad para navegar entre subgéneros sin perder la esencia (discografía destacada).
Su capacidad para innovar quedó plasmada en “Tú vas a volar”, un tema que incorporó elementos de pop y jazz al merengue, anticipándose a las tendencias de fusión que dominarían la década de 1990. Esta etapa no solo le valió discos de oro y platino en Venezuela y República Dominicana, sino también su ingreso al Billboard Tropical con su álbum homónimo, ubicándose en el puesto 15 (menciones en rankings internacionales).
La trayectoria de Rubby Pérez estuvo salpicada de galardones que reflejaban su impacto. En su país, recibió múltiples Premios Casandra (hoy Premios Soberano), incluyendo “Orquesta del Año” y “Merengue del Año” (reconocimientos nacionales). En 2024, la Asociación de Cronistas de Arte le otorgó el Soberano al Mérito, máximo reconocimiento a una carrera que inspiró a generaciones.
Más allá de los escenarios, su labor humanitaria destacó tanto como su arte. Tras el terremoto de Haití en 2010, colaboró activamente en campañas de recaudación, y en 2023 encabezó un evento benéfico en Nueva York durante el Mes de la Herencia Hispana (labor social). Su humildad y compromiso con las causas sociales lo convirtieron en un modelo a seguir, mentor de jóvenes artistas y símbolo de orgullo nacional.
La madrugada del 8 de abril de 2025, mientras interpretaba sus éxitos en el Jet Set, el techo del recinto colapsó. Atrapado entre escombros, Rubby siguió cantando para guiar a los rescatistas, acto que simboliza su entrega total a la música hasta el último aliento (tragedia en Jet Set). Su cuerpo fue recuperado horas después, pero su voz ya había entrado en la inmortalidad (rescate de sus restos).
Al día siguiente, el Teatro Nacional Eduardo Brito albergó un homenaje póstumo donde miles desfilaron para rendir tributo. El viceministro de Cultura, Amaury Sánchez, destacó que su música “es un puente entre generaciones” (honras fúnebres oficiales). Artistas, políticos y fanáticos coincidieron en que Rubby encarnaba el espíritu del merengue: alegre, resistente y profundamente humano.
Hoy, cuando sus canciones resuenan en fiestas, radios y corazones, queda claro que Rubby Pérez trascendió el título de artista para convertirse en patrimonio cultural. Su voz, que superó tragedias personales y limitaciones físicas, sigue siendo un faro de identidad para República Dominicana. En cada acorde de “Volveré” o “El africano”, late el alma de un hombre que transformó el dolor en ritmo y la adversidad en legado. Como él mismo decía: “Dios me cambió el bate por un micrófono”, y con ese micrófono escribió una historia que nunca dejará de cantarse.
– Referencias usadas en Artículo:
1. Rubby Pérez: los mayores éxitos y el legado que dejó “la voz más alta del merengue”
2. Renowned merengue singer Rubby Pérez dies in nightclub tragedy
3. [¿Quién era Rubby Pérez, “la voz más alta del merengue”?](