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La importancia de incluir a la diáspora dominicana en el Plan Meta 2036 para el desarrollo sostenible

Descubre cómo la diáspora dominicana reclama su inclusión en el Plan Meta 2036 para impulsar el desarrollo sostenible y la prosperidad de República Dominicana. Un análisis del aporte estratégico de los dominicanos en el exterior para el futuro económico del país.

La diáspora dominicana reclama su papel en la construcción de un futuro próspero

El Foro Do Madrid, liderado por Frank Segura, ha instado al gobierno dominicano a integrar activamente a la comunidad en el exterior en el Plan Meta RD 2036, iniciativa que busca convertir al país en uno de los más desarrollados de Latinoamérica para 2036. Desde la capital española, esta organización enfatiza que el aporte de los dominicanos en el extranjero trasciende las remesas, proponiendo desde el núcleo de la cultura y la Patria misma una visión que combina talento, inversión estratégica y conexiones globales.

El Plan Meta RD 2036, impulsado por el presidente Luis Abinader mediante el Decreto 337-24, establece metas ambiciosas: duplicar el PIB en 11 años, elevar el ingreso per cápita de USD 11,484.7 en 2024 a más de USD 22,000 en 2036, y transformar sectores clave como el turismo, la agricultura, la industria y la energía. Para lograrlo, se han activado comités sectoriales que articulan esfuerzos públicos y privados, abriendo puertas a la participación desde distintos ámbitos de la vida nacional y de quienes residen fuera del territorio[el lanzamiento de los comités sectoriales]. Ahora, las voces desde el exterior reclaman participar en esta hoja de ruta.

Aportes estratégicos de la diáspora dominicana

La comunidad dominicana en el exterior no solo representa remesas, que son un pilar económico, sino que posee recursos claves para el desarrollo:

  • Turismo y promoción nacional: Más del 30% de los 8,5 millones de turistas registrados en 2024 son dominicanos no residentes o con doble nacionalidad, quienes atraen visitantes y promueven la cultura en el extranjero.
  • Exportaciones con identidad: Envíos de productos "nostálgicos" que fortalecen la rentabilidad de sectores como la agricultura o las manufacturas.
  • Inversiones y emprendimiento: Capital dominicano que regresa al país para apoyar proyectos innovadores, especialmente en zonas francas y empresas familiares.
  • Transferencia de conocimientos: Profesionales formados en el exterior ofrecen experiencia en áreas críticas como tecnología, educación y logística[la importancia de la comunidad en el exterior].

Frank Segura, liderando este movimiento, propone un enfoque institucional para maximizar estos aportes: “Es hora de que nuestro país reconozca que la diáspora puede impulsar la transformación económica con proyectos concretos, no solo con remesas”.

Acciones urgentes para capitalizar este potencial

Desde Madrid, se han planteado recomendaciones específicas para articular la participación de la diáspora:

  1. Creación de un Comité Sectorial para la Diáspora: Integrado tanto por representantes del gobierno como de asociaciones extraterritoriales, este mecanismo permitiría diseñar políticas públicas que faciliten la inversión, el voluntariado experto y la promoción comercial.
  2. Fortalecer redes transnacionales: Convertir entidades dominicanas en el exterior en plataformas que promuevan:
    • Expo comerciales regulares en países de residentes dominicanos.
    • Programas de mentoría entre emprendedores en el extranjero y startups locales.
    • Rutas turísticas personalizadas que combinen atractivos convencionales con experiencias auténticas de la cultura dominicana.
  3. Armonizar legislaciones: Facilitar la adquisición de bienes raíces, la creación de sociedades mixtas y el acceso a créditos asequibles para proyectos que vinculen al dominicano en el exterior con el desarrollo territorial[solicitud de inclusión de la diáspora].

Estas propuestas coinciden con el espíritu del plan, que busca consensos duraderos para superar ciclos políticos. Como lo destaca el Consejo Nacional de Competitividad, Meta RD 2036 no es un programa de gobierno, sino una apuesta nacional por proyecciones a largo plazo.

En palabras de Segura, “no podemos pasar por alto la oportunidad de integrar a esta generación de dominicanos que, en el extranjero, ostenta una experiencia única para construir un futuro compartido”. Muchos analistas coinciden en que este enfoque representa un salto cualitativo: usar las redes globales como sinergia para construir un país que, en 2036, muestre al mundo un cronograma de progreso integral.

Con iniciativas como la apertura de BanReservas en España, que ya facilita operaciones entre dominicanos y la República Dominicana, se validan nuevas posibilidades para conectar y potenciar la calidad de vida de todos. La unidad nacional y el compromiso de la diáspora son piezas fundamentales para que, juntos, construyamos una nación próspera, innovadora y orgullosa de su identidad.


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