La regulación clave para un sector eléctrico dominicano moderno y resiliente
El sector eléctrico de la República Dominicana atraviesa un momento decisivo, marcado por la urgencia de adaptar su marco regulatorio a los desafíos tecnológicos, ambientales y económicos del siglo XXI. Expertos del ámbito público y privado coinciden en que la regulación proactiva, la inversión estratégica en infraestructura y la integración de tecnologías emergentes son pilares fundamentales para construir un sistema energético confiable, asequible y sostenible. Manuel Cabral, vicepresidente ejecutivo de la Asociación Dominicana de la Industria Eléctrica (ADIE), subrayó recientemente que "los apagones como el ocurrido en Europa deben servirnos como alerta: la regulación preventiva y la planificación anticipada son esenciales para mantener un sistema eléctrico resiliente". Esta visión se refuerza con los avances en proyectos de transmisión liderados por la Empresa de Transmisión Eléctrica Dominicana (ETED), que ha invertido más de 22,000 millones de pesos en los últimos años para modernizar la red nacional.
La necesidad de un marco normativo claro y moderno emerge como consenso entre los actores del sector. Andrés Astacio, superintendente de Electricidad, destacó que el nuevo régimen regulatorio en desarrollo busca ser "moderno, transparente y sostenible", capaz de responder a desafíos disruptivos como el almacenamiento energético y la generación distribuida. Este enfoque se alinea con la Ley General de Electricidad, que desde 2001 establece las bases para la participación privada y la regulación estatal, aunque requiere actualizaciones para incorporar las realidades tecnológicas actuales, como se detalla en el análisis de la estructura regulatoria del sector eléctrico dominicano.
La Comisión Nacional de Energía (CNE) y la Superintendencia de Electricidad (SIE) han trabajado en instrumentos como el Plan de Expansión 2024-2035 de la ETED, que prioriza obras críticas para garantizar la estabilidad del Sistema Eléctrico Nacional Interconectado (SENI). Martín Robles Morillo, administrador de la ETED, explicó que este plan incluye la interconexión de más de 1,000 megavatios de energía renovable, un avance significativo considerando que la matriz energética del país ha incorporado 1,500 megavatios de capacidad limpia en la última década.
La transmisión eléctrica se posiciona como elemento clave para la resiliencia del sistema. Robles Morillo enfatizó que "la transmisión es la espina dorsal del sistema eléctrico", resaltando proyectos como la subestación de Guayubín, con una inversión de 3,200 millones de pesos, diseñada para integrar nuevas plantas en Manzanillo y fortalecer el suministro en la región norte. Estos esfuerzos se complementan con la instalación de fibra óptica en torres de transmisión, creando una red de telecomunicaciones paralela que mejora la monitorización en tiempo real desde el Centro de Control de Energía (CCE).
La ETED ha ejecutado 28 proyectos de líneas y subestaciones en cuatro años, incluyendo interconexiones estratégicas para energía eólica y solar. Estos avances técnicos son vitales para reducir las pérdidas técnicas, que históricamente han oscilado entre el 25% y 30%, según datos de la CDEEE. La modernización de la red también facilita la implementación de sistemas SCADA de última generación, esenciales para gestionar la variabilidad inherente a las fuentes renovables. Así lo resalta el propio Robles Morillo al hablar de la expansión y avances del sistema energético nacional.
El almacenamiento energético emerge como tema crítico en la agenda regulatoria. Astacio señaló que "por primera vez en cien años, la electricidad puede almacenarse de forma eficiente. Ya no es teoría, es realidad", refiriéndose a los avances en baterías de ion-litio y sistemas de gestión inteligente. Este salto tecnológico obliga a actualizar el Reglamento de Aplicación de la Ley 125-01, particularmente en lo relativo a servicios auxiliares de frecuencia y tensión, aspectos técnicos que garantizan la estabilidad ante la creciente penetración renovable.
En el conversatorio organizado por la ADIE, expertos coincidieron en que la regulación debe incentivar la inversión en almacenamiento sin distorsionar el mercado mayorista. Joel Santos Echavarría, ministro de Energía y Minas, destacó que el objetivo es alcanzar un 30% de generación renovable para 2030, meta que requiere soluciones innovadoras para gestionar la intermitencia. Proyectos piloto con baterías de flujo redox y sistemas de hidrógeno verde ya se discuten en mesas técnicas, aunque su implementación masiva dependerá de marcos tarifarios que reconozcan el valor de la flexibilidad en el sistema. Una revisión profunda sobre la importancia de la coordinación, innovación y marcos regulatorios sólidos se encuentra analizada en la transición energética de República Dominicana según la ADIE.
El diálogo entre sector público y privado se consolida como mecanismo para superar desafíos históricos. La ADIE ha fungido como plataforma para articular propuestas técnicas, como la reducción de subsidios eléctricos -que superan los 1,500 millones de dólares anuales- y la mejora en la eficiencia operativa de las empresas distribuidoras (EDES). Cabral argumentó que "no se necesita un nuevo pacto nacional, sino ejecutar los planes existentes con rigor técnico", en referencia a los múltiples estudios acumulados en la última década.
Este enfoque colaborativo ya rinde frutos en proyectos como el parque solar Girasol, de 120 megavatios, desarrollado mediante alianzas entre capital local e internacional. La regulación actual permite esquemas de inversión mixta donde el Estado mantiene al menos el 50% de participación, modelo que podría extenderse a proyectos de transmisión y distribución. No obstante, persisten retos en la armonización de intereses, particularmente en la fijación de tarifas que balanceen recuperación de costos y asequibilidad para usuarios residenciales.
El camino hacia un sector eléctrico moderno exige continuar fortaleciendo las instituciones reguladoras, ampliando la capacitación técnica y fomentando una cultura de pago que reduzca el 30% de energía no facturada. Con una combinación de voluntad política, innovación tecnológica y regulación visionaria, la República Dominicana está posicionada para liderar la transición energética en el Caribe, asegurando que cada hogar y empresa cuente con un servicio eléctrico digno, eficiente y acorde con las metas de desarrollo sostenible.
Referencias usadas en Artículo
- Sector eléctrico en República Dominicana – Wikipedia
- Avances en la transmisión eléctrica y expansión del sistema energético nacional desde la ETED – El Jaya
- Transición energética exige coordinación, innovación y marcos regulatorios sólidos y modernos – ADIE
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