La lucha contra el VIH/SIDA continúa siendo uno de los desafíos más significativos para el sistema de salud mundial, pero en República Dominicana emerge una voz esperanzadora que busca transformar la perspectiva social hacia esta condición. La psicóloga clínica Lisset Ramírez, experta en enfermedades de transmisión sexual, ha puesto de manifiesto una realidad que trasciende las estadísticas médicas: la discriminación causa más daño a los pacientes que viven con VIH que el propio virus.
El Verdadero Enemigo: La Discriminación Social
Las declaraciones de Ramírez revelan una problemática profundamente arraigada en la sociedad dominicana. La especialista señala que el mayor obstáculo que enfrentan los pacientes de VIH en el país son las críticas sociales y el rechazo de las personas cuando conocen su diagnóstico, una situación alimentada por la desinformación generalizada sobre el VIH/SIDA.
"Aquí todos piensan que un paciente de VIH es una bomba a punto de explotar, no es así, es una condición que debe ser atendida para evitar nuevas complicaciones", subrayó la psicóloga durante su participación en el programa "SIN RODEOS RD". Esta metáfora ilustra vívidamente los prejuicios que rodean a esta condición de salud en territorio dominicano.
La experta hace un llamado urgente a la población dominicana para que se documente sobre el tema y erradique mitos peligrosos como que "el VIH se transmite con un simple saludo o por utilizar la misma cuchara". Estos conceptos erróneos no solo perpetúan la discriminación, sino que también representan barreras significativas para la prevención y el tratamiento efectivo.
Panorama Mundial y Nacional del VIH
Las estadísticas globales de ONUSIDA pintan un cuadro complejo de la situación mundial. El número de pacientes positivos al virus aumentó en todo el mundo, con más de la mitad de los casos en mujeres y niñas, lo que subraya la necesidad de enfoques de género en las estrategias de prevención.
En República Dominicana, las cifras oficiales del Consejo Nacional para el VIH y el Sida (Conavihsida) indican que decenas de miles de personas viven con el virus. Sin embargo, organizaciones como AHF RD, un organismo sin fines de lucro dedicado a tratar pacientes con VIH, manejan estimaciones que sugieren que las cifras podrían ser aún más elevadas, reflejando la importancia de continuar fortaleciendo los programas de prevención y vigilancia.
La Crisis en el Ámbito Laboral
Una de las preocupaciones más alarmantes expresadas por la licenciada Ramírez es la discriminación laboral sistemática que enfrentan los pacientes de VIH. La psicóloga denuncia que "una gran cantidad de empresas dominicanas son el primer ente discriminatorio que perjudica directamente a pacientes de VIH".
La especialista es categórica al afirmar que "ningún paciente positivo al virus representa un riesgo para el desempeño laboral de una institución, la única forma de transmitir el virus a un compañero de trabajo es teniendo sexo y eso no se supone que es lo que debe ocurrir en el contexto laboral". Esta declaración desmonta los argumentos discriminatorios utilizados por empleadores para justificar prácticas incorrectas y carentes de fundamento científico.
Particularmente preocupante es la práctica ilegal de realizar pruebas de VIH sin el consentimiento de la persona y sin su conocimiento, como criterio para contratar o despedir empleados. Ramírez señala que la Ley 135-11 prohíbe esta práctica, ya que atenta contra el derecho fundamental al trabajo. Sin embargo, las víctimas rara vez proceden legalmente para evitar exponerse públicamente con su diagnóstico.
El Sector Sanitario: Una Responsabilidad Compartida
La crítica de Ramírez se extiende al propio sector sanitario dominicano. "Lamentablemente hay hospitales públicos que también discriminan a las personas con enfermedades de transmisión sexual, ofreciendo un trato desigual a los usuarios", advierte la especialista. Esta situación es particularmente grave, considerando que el sistema de salud debería ser el refugio seguro para quienes buscan atención médica.
La psicóloga reporta casos documentados de odontólogos y especialistas de otras ramas médicas que rechazan brindar sus servicios a personas VIH positivo, una práctica que no solo viola los principios éticos de la medicina, sino que también perpetúa el ciclo de discriminación y marginación.
La Importancia del Diagnóstico Temprano
Ramírez enfatiza que "una prueba puede marcar la diferencia entre la vida y la muerte". La especialista explica que si el VIH no se trata de manera oportuna, sus consecuencias pueden ser devastadoras. Sin embargo, muchas personas conocen su condición y han decidido no recibir tratamiento por temor a ser vistos en los centros de salud.
Igualmente preocupante es el número de personas que no se atreven a realizarse las pruebas, no solo para detectar VIH, sino otras infecciones de transmisión sexual como sífilis, clamidia y gonorrea, que también están muy presentes actualmente en el país. Este temor al diagnóstico alimenta un círculo vicioso de desinformación y propagación inadvertida.
Un Llamado a la Transformación Social
El mensaje de Lisset Ramírez trasciende el ámbito médico para convertirse en un llamado a la transformación social. Su labor en el centro AHF RD, donde ofrece acompañamiento psicológico presencial y virtual, constituye un modelo de atención integral necesario para la República Dominicana.
La especialista, quien también es terapeuta familiar y de parejas, sostiene que "las acciones de prevención, diagnóstico y tratamiento actuales no son suficientes para evitar la propagación del VIH". Si la situación continúa como va, advierte, la epidemia podría volverse incontrolable como en décadas pasadas.
La labor de profesionales como Ramírez demuestra que el talento dominicano está firmemente comprometido con la salud pública y el bienestar social. Su enfoque integral, que combina la atención médica con el apoyo psicológico y la educación comunitaria, es reflejo de la calidez, solidaridad y creatividad propias de los profesionales de la salud de Quisqueya.
El reciente recorte de fondos estadounidenses a la labor humanitaria, que según representantes de ONUSIDA podría resultar en millones de muertes adicionales en los próximos años, hace aún más crucial el trabajo de profesionales locales como Ramírez. Su compromiso representa la resistencia dominicana ante los desafíos globales y la determinación de proteger a los más vulnerables.
La transformación que propone Ramírez no es solo médica, sino cultural. Requiere que la sociedad dominicana reconozca que el VIH/SIDA es una condición de salud que puede ser manejada efectivamente con los tratamientos disponibles, y que las personas que viven con esta condición merecen dignidad, respeto y las mismas oportunidades que cualquier otro ciudadano.
El trabajo pionero de la psicóloga clínica Lisset Ramírez representa la esperanza de una República Dominicana más informada, más compasiva y más justa, donde la solidaridad prevalezca sobre el prejuicio y donde cada ciudadano tenga acceso a la salud y al bienestar sin discriminación. Su voz se alza como un faro de conocimiento científico y humanidad, guiando al país hacia un futuro donde el VIH sea tratado como lo que realmente es: una condición de salud manejable, no una marca de estigma social.
Referencias usadas en Artículo
- Lisset Ramírez: “A los pacientes que viven con VIH les causa más daño la discriminación que el virus”
- lissetramirezpsicologa (Instagram)
- Informe Anual de Labores 2010-2011
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