La pasión dominicana por el deporte ha encontrado en Nueva York un escenario extraordinario donde los sueños se materializan generación tras generación. En el marco de los Juegos Deportivos Juan Pablo Duarte, celebrados recientemente en el Lehman College del Bronx, una figura emblemática del deporte caribeño recordó con orgullo los orígenes de una historia que comenzó hace cuatro décadas y que hoy sigue escribiendo capítulos de gloria para la comunidad dominicana en el exterior.
Los Cimientos de una Gran Historia
Luis Mejía Oviedo, presidente de Centro Caribe Sports y figura legendaria del deporte dominicano, evocó con emoción aquel memorable verano cuando, junto a visionarios dirigentes como Ángel Mezcain, José Deltejo y Héctor O'Neal, comenzaron a gestar lo que más tarde se convertiría en la Asociación de Softball de Dominicanos en Nueva York. Era una época de valentía y determinación, donde un grupo de dominicanos decidió que la distancia no sería obstáculo para mantener viva la llama deportiva de su patria.
"Hace cuarenta años comenzamos este sueño, y hoy seguimos viendo cómo otros lo persiguen con la misma pasión", expresó Mejía durante el acto inaugural, donde la simbología cobró especial relevancia. El dirigente deportivo leyó la palabra "Sueños" estampada en la camiseta del joven atleta Carlos Adriel Rodríguez y posteriormente invitó al veterano Héctor O'Neal al escenario, creando un momento emotivo que simbolizó el encuentro entre la generación fundadora y las nuevas promesas del deporte dominicano.
La Consolidación del Sueño
Aquel momento marcó un hito trascendental en esta historia de perseverancia. Fue entonces cuando aquellos sueños tomaron forma tangible al ver a los atletas dominicanos de Nueva York desfilar orgullosamente en los Juegos Deportivos Nacionales celebrados en San Cristóbal. Este momento representó no solo el reconocimiento oficial de su trabajo, sino también el inicio de una tradición que perduraría a través de las décadas.
La validación de este proyecto no habría sido posible sin figuras clave que creyeron en la visión de estos pioneros. El profesor Nelly Manuel Doñé jugó un papel fundamental al respaldar la iniciativa ante las autoridades deportivas dominicanas, mientras que Temístocles Metz, entonces secretario de Deportes, facilitó la celebración de los juegos. La contribución de Andrés Vanderhorst también fue crucial para consolidar esta causa que trascendía fronteras.
Un Renacimiento Deportivo
Los Juegos Deportivos Juan Pablo Duarte representan más que una competencia; simbolizan el renacimiento y la evolución de aquella visión original. Con la participación de miles de deportistas dominicanos en diversas disciplinas, provenientes de Nueva York, Nueva Jersey, Filadelfia, Providence, Boston, Connecticut y otras localidades donde residen atletas quisqueyanos, estos juegos han alcanzado dimensiones que superan las expectativas más optimistas de sus fundadores.
El respaldo del Gobierno Dominicano, a través del Ministerio de Deportes y Recreación (MIDEREC), dirigido por Kelvin Cruz, ha sido determinante para este “relanzamiento de los juegos”, como lo denominó Mejía en el acto de apertura de las justas en Lehman College del Bronx, escenario donde la emoción se desbordó desde el primer momento con gran entusiasmo comienzan los Juegos Juan Pablo Duarte en Nueva York. La visión del ministro Cruz ha sido pieza fundamental en la consolidación del evento bajo su nueva denominación, honrando la figura del Padre de la Patria y fortaleciendo los lazos entre la diáspora y la madre patria.
Los Arquitectos del Presente
La organización actual de estos juegos descansa en manos expertas y comprometidas. La Unión Deportiva Dominicana NY, bajo la dirección de Evaristo Madrigal, ha demostrado una capacidad organizativa excepcional, mientras que Roberto Rojas, empresario, deportista y líder comunitario que funge como director general, ha sido reconocido por Mejía como "un auténtico filántropo" por su dedicación incansable a la causa deportiva dominicana Luisín Mejía recuerda sueños cumplidos en NY.
Pedro Pablo Pérez, en su rol de director técnico, completa un equipo organizador que ha logrado unificar por primera vez a todos los dirigentes de las diferentes disciplinas deportivas, creando una sinergia que fortalece el movimiento deportivo dominicano en el exterior.
Competencias que Inspiran Orgullo
Las primeras jornadas de competencia han demostrado el alto nivel técnico y la pasión de los atletas dominicanos. En tenis, jóvenes promesas como Sabrina Fernández y Lía Muñiz han mostrado su talento avanzando en sus respectivas categorías. Yahil Osorio Tapia y Samuel Pérez Serrata han alcanzado las semifinales en las divisiones juveniles, evidenciando el futuro prometedor del deporte dominicano.
El baloncesto ha encontrado su escenario en la cancha Boché Garden, en Manhattan, donde las delegaciones de Boston, Manhattan y Nueva Jersey han ofrecido espectáculos deportivos de alta calidad. La natación y el judo han tenido lugar en las modernas instalaciones del Lehman College, mientras que la vitilla, ese juego tan profundamente arraigado en la cultura dominicana y conocido por desarrollar la coordinación ojo-mano y la velocidad de reacción, ha encontrado su espacio en la parte alta de Manhattan por todo lo alto comenzaron las competencias deportivas de los Juegos Juan Pablo Duarte NY.
Un Llamado a la Unidad
Uno de los momentos más significativos del acto inaugural fue cuando Mejía dirigió un llamado público al cónsul general de Nueva York, Jesús "Chu" Vásquez, solicitando que los juegos se mantengan libres de intereses políticos. "La política no debe permear estos juegos", declaró con firmeza, recordando cómo en el pasado esa interferencia causó perjuicios al movimiento deportivo. Su petición fue recibida con aplausos prolongados, tanto del público como del propio cónsul, quien posteriormente agradeció estas palabras de sabiduría.
Este llamado a la unidad trasciende el ámbito deportivo y se convierte en un mensaje para toda la comunidad dominicana: el deporte debe ser un espacio sagrado donde prime la hermandad, el talento y el amor por la patria, por encima de cualquier división.
El Legado que Perdura
Garibaldy Bautista de COLIMDO expresó con optimismo que "el futuro del deporte dominicano está asegurado" al observar la gran cantidad de jóvenes involucrados en estas actividades deportivas. Esta observación refleja la realidad de una comunidad que ha sabido transmitir valores y tradiciones a través del deporte, creando un puente generacional que fortalece la identidad dominicana en tierras extranjeras.
La presencia de figuras históricas del deporte dominicano en la ceremonia de encendido del pebetero, que culminó con la participación del ministro Cruz, simbolizó la continuidad de una tradición que trasciende fronteras y épocas. Vermán Mejía tuvo el honor de encender el pebetero, en un momento que quedará grabado en la memoria colectiva de la comunidad deportiva dominicana.
Los Juegos Juan Pablo Duarte no son solo una competencia deportiva; son la materialización de décadas de sueños, sacrificios y dedicación. Representan el triunfo de la perseverancia dominicana y la demostración palpable de que cuando un pueblo se une en torno a objetivos nobles, no hay distancia ni obstáculo que pueda detener sus aspiraciones.
La bandera tricolor ondea con orgullo en estas competencias, llevando el mensaje de que la dominicanidad se fortalece en cada logro deportivo, en cada sonrisa de un joven atleta y en cada aplauso de reconocimiento. El sueño que comenzó en aquellos años continúa vivo, inspirando a nuevas generaciones y escribiendo páginas gloriosas en la historia del deporte dominicano en el exterior.
Referencias usadas en Artículo
- con gran entusiasmo comienzan los Juegos Juan Pablo Duarte en Nueva York
- Luisín Mejía recuerda sueños cumplidos en NY
- por todo lo alto comenzaron las competencias deportivas de los Juegos Juan Pablo Duarte NY
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