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Manuel Núñez defiende el legado de Duarte frente a posturas conciliadoras con Haití

Manuel Núñez critica declaraciones del presidente del Instituto Duartiano por contradecir el legado de Juan Pablo Duarte, defendiendo la soberanía dominicana. Conoce más en 'Manuel Núñez defiende el legado de Duarte frente a posturas conciliadoras con Haití'.

El debate sobre la relación entre República Dominicana y Haití se ha reavivado tras las declaraciones del nuevo presidente del Instituto Duartiano, Julio Manuel Rodríguez Grullón, quien abogó por mayor tolerancia hacia los haitianos. Esta postura ha encontrado resistencia en figuras como el historiador Manuel Núñez, defensor del ideario original de Juan Pablo Duarte, que enfatiza la preservación de la soberanía nacional como piedra angular de la identidad dominicana.

Manuel Núñez: guardianía del legado duartiano
El catedrático sostiene que el llamado a la convivencia con Haití contradice el principio fundamental del patricio: la imposibilidad de fusión entre ambas naciones. Con argumentos históricos, recuerda que Duarte luchó contra la ocupación haitiana no solo como un acto de independencia política, sino como defensa de la identidad cultural multirracial dominicana. Esta visión se reflejó en la gesta independentista de 1844, donde el Padre de la Patria priorizó la autodeterminación frente a cualquier forma de anexión o protectorado extranjero. Como ha planteado Núñez en entrevistas pasadas, su compromiso con la continuidad histórica de la República subraya el papel del pensamiento duartiano ante los desafíos contemporáneos (intelectual comprometido con la continuidad histórica de RD).

El Hoyo de Friusa: microcosmos de un desafío nacional
En esta zona de Bávaro, convertida en epicentro de tensiones, Núñez identifica un símbolo de la desatención estatal. Describe el área como territorio donde operan redes de delincuencia transnacional y se debilita la aplicación de las leyes migratorias. Afirma que la restricción a manifestantes patrióticos evidencia vacíos en el ejercicio soberano, permitiendo la formación de enclaves ajenos al ordenamiento jurídico dominicano. En esa línea, ha expresado su apoyo al Pacto Nación sobre desafíos con Haití, como una respuesta integral desde el Estado dominicano.

Cuatro siglos de equilibrios frágiles
La existencia de 400 asentamientos haitianos, según datos oficiales, representa para el historiador una fractura geopolítica. Argumenta que esta realidad fragmenta la cohesión territorial y social, poniendo en riesgo los logros históricos de la independencia. Su postura se basa en el concepto de "dualidad insular" acuñado por Peña Batlle, que reconoce las profundas diferencias socioculturales entre ambas naciones compartiendo un mismo espacio geográfico.

Contrapuntos institucionales
Mientras Rodríguez Grullón insiste en que "Haití no se irá" y promueve soluciones pacíficas, Núñez recalca que el Instituto Duartiano debe priorizar la difusión del pensamiento original del prócer. Apela al origen y misión de la institución patriótica, que consagra la defensa de la dominicanidad frente a presiones internacionales. Este desacuerdo refleja la tensión entre pragmatismo diplomático y preservación ideológica en un contexto de crisis humanitaria haitiana.

Duarte como faro constitucional
La postura de Núñez se enraíza en el proyecto de Ley Fundamental duartiano, que consagraba principios como igualdad racial, libertad de cultos y gobierno limitado por la ley. Citando al magistrado Milton Ray Guevara, resalta cómo estas ideas mantienen vigencia como antídoto contra el autoritarismo y la claudicación soberana. El énfasis en la formación militar del prócer, quien alcanzó el grado de capitán, sirve para contrastar su liderazgo estratégico con las actuales debilidades institucionales. Estas contribuciones han sido destacadas en recientes paneles sobre el legado militar y visionario de Duarte, organizados por figuras cívicas y académicas comprometidas con la memoria patriótica.

Perspectivas futuras
El debate trasciende lo migratorio para cuestionar modelos de desarrollo nacional. Núñez alerta sobre riesgos demográficos que podrían alterar el equilibrio histórico, mientras sus críticos ven inevitables ajustes de coexistencia. Ambos bandos coinciden en la necesidad de estabilidad haitiana, pero divergen en los mecanismos para proteger los intereses dominicanos. Este diálogo, nutrido por dos siglos de historia compartida, sigue definiendo los contornos de la identidad nacional en el siglo XXI.

Referencias usadas en Artículo:
1. Manuel Núñez apoya el Pacto Nación para abordar desafíos con Haití
2. Manuel Núñez: un intelectual comprometido con la continuidad histórica de RD
3. Historia del Instituto Duartiano y su misión patriótica


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