No dudes en visitar esta imponente estatua en tu paseo por el Malecón.
Inaugurado en 1983 y donado por México un año antes, el representativo monumento de Fray Antonio de Montesinos, que encontrarás en uno de los puntos clave de la avenida George Washington, en Santo Domingo, rinde homenaje al célebre defensor de los indios taínos.
El fraile español está representado de pie, en el día de anuncio de adviento de 1511 en que realizó su primer discurso en defensa de la dignidad de los indígenas y en contra de la situación de esclavitud a la que estaban sometidos.
En torno al monumento se levantó una plaza donde se realizan diversas actividades culturales, por lo que normalmente está bastante concurrida de gente. Si subes hasta el mirador superior del monumento puedes contemplar una preciosa vista panorámica de la ciudad.
No dudes en acercarte a visitar esta imponente estatua en tu paseo por el conocido Malecón.
En 1511 en el cuarto domingo de Adviento, Montesinos lanzó un sermón valiente contra los conquistadores y su barbarie.
El monumento construye y pone en valor la imagen urbana del Distrito Nacional y de la ciudad de Santo Domingo, como símbolo significativo a nivel universal. Se constituye en una bisagra como articulador urbano a escala de ciudad, como objeto arquitectónico que culmina la cinta costera del Malecón y lo articula desde el borde urbano a la Ciudad Colonial.
¿Quién fue Fray Antón de Montesinos y quién donó su estatua?
Fray Antón Montesino, fue un misionero y fraile español. Junto a la primera comunidad de dominicos de América, encabezada por el vicario fray Pedro de Córdoba, se distinguió en la defensa y denuncia en contra de los abusos a los indígenas por parte de los colonizadores españoles en la isla La Española. Predicó por encargo de Fray Pedro de Córdoba y su comunidad religiosa los sermones del 21 y 28 de diciembre de 1511, denunciando los abusos y malos tratos que se estaban cometiendo en el sistema de encomiendas que llegaban a esclavizar a los indios, saltándose las obligaciones que dicho sistema les imponía a los colonizadores.
El monumento en Santo Domingo que honra la memoria de Fray Antonio de Montesinos fue donado por México en 1982. En la terraza superior del monumento, se contempla una gigantesca estatua representando a Montesinos cuando gesticulaba en su Sermón de Adviento en la misma entrada al puerto de la ciudad.
En 1511 en el cuarto domingo de Adviento, Montesinos lanzó un sermón valiente contra los conquistadores y su barbarie.
Detalles de la obra
Este patrimonio cuenta en su interior con 5 salones que serán destinados para la realización de diversas actividades culturales. El Salón de los Dominicos ubicado al lado del parqueo principal, el salón 1511, que será el principal; al centro, el salón de los Derechos Humanos, ubicado al lado del jardín, salón de Adviento en la entrada principal, a nivel de la calle, y el salón Fray Pedro de Córdoba, en el Mezzanine.
Cuenta además con una terraza superior denominada Terraza de los Taínos donde sus visitantes podrán tener una vista espléndida del Malecón de la ciudad y el mar Caribe. El remozamiento total de Montesinos incluyó la reconstrucción de los baños, la pavimentación del área de la terraza, sustitución de los pisos y escaleras en mármol, brillado y cristalizado de los pisos en general, reparación de muros, reconstrucción de fino del techo, trabajos de impermeabilización en general.
Asimismo el cierre de salones en cristales y estructuras de aluminio. Climatización de salones, implementación de rampas de accesos para personas con discapacidad en las entradas, limpieza y sellado de escultura, instalación eléctrica en general, iluminación interna y externa del proyecto, instalación de agua potable y sanitaria en general, instalación de recolección de aguas pluviales.
Sermón de Adviento
“Voz del que clama en el desierto. Todos estáis en pecado mortal y en él vivís y morís, por la crueldad y tiranía que usáis con estas inocentes gentes. Decid, ¿con qué derecho y con qué justicia tenéis en tan cruel y horrible servidumbre aquestos indios? ¿Con qué autoridad habéis hecho tan detestables guerras a estas gentes que estaban en sus tierras mansas y pacíficas, donde tan infinitas dellas, con muertes y estragos nunca oídos, habéis consumido? ¿Cómo los tenéis tan opresos y fatigados, sin dalles de comer ni curallos en sus enfermedades, que de los excesivos trabajos que les dais incurren y se os mueren, y por mejor decir los matáis, por sacar y adquirir oro cada día? ¿Y qué cuidado tenéis de quien los doctrine y conozcan a su Dios y creador, sean baptizados, oigan misa, guarden las fiestas y domingos? ¿Estos, no son hombres? ¿No tienen ánimas racionales? ¿No sois
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