La racha dominicana viene desde el Grand Prix Mundial, Grupo 2, disputado del 3-19 de junio entre Tucumán (Argentina); Olomouc (República Checa) y Varna (Bulgaria).
SANTO DOMINGO. La filosofía establecida y el entendimiento de las chicas han permitido el buen sabor que degusta el equipo dominicano en competencias internacionales. Un récord de 5-0 en esta Copa Panamericana es valioso. Pero para la marca de 19 victorias consecutivas elija usted el calificativo. De esa manera se comporta la selección nacional femenina en sus últimas confrontaciones internacionales.
Al dato del 19-0 se le suman 15 sets ganados de forma consecutiva, todos en la actual Copa Panamericana, y un registro de 57 sets conquistados con 10 perdidos, de 2016 a la fecha en competencias oficiales.
El torneo, que se disputa en las ciudades de Lima y Cañete, en Perú, recesó el día de ayer. Dominicana y Estados Unidos mantienen el descanso para el día de hoy ya que ganaron sus respectivos grupos y se sembraron en la semifinal.
La racha dominicana viene desde el Grand Prix Mundial, Grupo 2, disputado del 3-19 de junio entre Tucumán (Argentina); Olomouc (República Checa) y Varna (Bulgaria). Después de caer ante Bulgaria 2-3 (25-23/20-25/18-25/25-17/9-15) el 3 de junio de 2016, las chicas se recuperaron para ganar siete partidos en forma corrida ante Argentina, Kenia, Bulgaria, Canadá, República Checa, Puerto Rico y Polonia.
Luego se dejaron sentir en la Copa Panamericana con victorias ante Venezuela, México, Colombia, Canadá, Puerto Rico, Cuba y al equipo boricua en la final. Al currículo se agregan las cinco victorias corridas de esta Copa.
Eso suena grande, pero no es lo único que persigue el dirigente del equipo Marcos Kwiek.
Las 19 victorias corridas traducidas en 57-12 en sets “es un buen número, claro y un equipo jugando en ese nivel es importante”, dice Kwiek a Diario Libre, desde Brasil. Pero “es mejor ganar el torneo, que ganar juegos. Jugamos para ganar torneos, obvio, si ganamos juegos eso está bien”.
El dirigente, de origen brasileño, tomó las riendas de la selección nacional en el 2008. Nunca, como hasta ahora, Kwiek había vivido un momento tan dulce como este.
¿La razón? no existe una fundamental, “más que una suma de factores”, señala el técnico, quien sonríe por el buen récord y da el crédito al sacrificio de sus jugadoras. “Llevamos años en el equipo”, pero un aspecto fundamental es que “las muchachas ya entiende la filosofía, no mía, sino de todo el cuerpo técnico. Hablamos la misma lengua”.
(** Note: This article was migrated from a legacy system on 7/15/2023)