La polifacética artista Cecilia García, está decidida a celebrar sus 50 años en la escena. A fin de cuentas, no es algo que suceda todos los días.
La polifacética artista Cecilia García, está decidida a celebrar sus 50 años en la escena. A fin de cuentas, no es algo que suceda todos los días.
Así que, de la mano de su siempre fiel escudero Carlos Espinal, esta mujer Quijote que tiene una lengua bendecida, que puede usar como lanza y una voz bohemia que le sirve de escudo, quiere regresar a los molinos de viento de la Sala Carlos Piantini del Teatro Nacional para protagonizar, desde el 22 de noviembre próximo, la producción Al final del arcoíris, del dramaturgo británico Peter Quilter, un exitoso drama musical del 2005 sobre los meses finales de la vida de Judy Garland.
Del propio Quilter fue la obra Glorius, que en el 2013 le fue dirigida por el propio Carlos Espinal.
Ambas obras son contrastantes. Una habla de la que llamaran La peor cantante del mundo y la otra de un actriz y cantante ganadora lo mismo de Oscar que de Grammy, una de las más gloriosas artistas norteamericanas del siglo XX.
La cuestión es que con la asunción del protagónico de esta puesta en escena, la polifacética artista dominicana va de un extremo a otro en el imaginario de sus personajes. En una tuvo que esforzarse por cantar mal, desafinada, y en esta debe demostrar su calidad vocal.
“Al final del arcoiris, es un drama salvajemente divertido que representa un conjunto glorioso de los tropiezos de Judy Garland, inyectados, con el encanto y la melancolía del estrellato del mundo del espectáculo. Cada nota que ella canta, cada fullería que hace, cada lágrima que derrama, cada broma que se quiebra, cada píldora que se toma”, se transmite con una honestidad alarmante en esta obra, es el retrato de una catástrofe viva que ustedes no se la deberían perder”, explicó Cecilia a través de una nota.
(** Note: This article was migrated from a legacy system on 7/15/2023)