La propuesta de transformar el terreno donde se ubicaba la discoteca Jet Set en un museo dedicado a la música dominicana y al legado del fallecido merenguero Rubby Pérez ha cobrado fuerza en medio del duelo nacional por la tragedia que dejó 221 muertos y 189 heridos. La iniciativa, liderada por la diputada dominicana ante el Parlamento Centroamericano (Parlacen) Silvia García, busca convertir un espacio de dolor en un símbolo de identidad cultural. "Un museo que lleve su nombre, especialmente considerando las circunstancias de su partida junto a otras figuras reconocidas, sería recibido con beneplácito por todo el pueblo dominicano", afirmó la legisladora, destacando la necesidad de honrar al artista y a las víctimas mediante un proyecto que exalte el merengue como patrimonio nacional (Crecen las voces por museo en Jet Set).
El Jet Set, considerado durante décadas un ícono de la vida nocturna en Santo Domingo, colapsó la madrugada del 8 de abril de 2025 durante un concierto de Pérez. Testigos describieron el momento como "repentino", con un estruendo que sepultó a cientos de asistentes bajo toneladas de concreto y varillas retorcidas (Detalles del colapso durante el concierto, Reporta CBS News). Entre los fallecidos destacaron figuras de todos los estratos sociales: desde trabajadores del club hasta miembros de familias acaudaladas, exatletas de Grandes Ligas y funcionarios públicos, lo que generó una conmoción sin precedentes en el país. La tragedia, sin embargo, unió temporalmente a una sociedad tradicionalmente dividida por diferencias socioeconómicas, como señaló un análisis de El País: "La muerte puso a la gente en sintonía de sentimientos, especialmente de solidaridad y empatía" (Artículo en El País).
Rubby Pérez, cuya voz se convirtió en sinónimo del merengue moderno, emergió como figura central de este proceso de duelo colectivo. Nacido en Haina en 1956, el artista —que sobrevivió a un accidente automovilístico en su juventud que redirigió su vida hacia la música— había sido homenajeado semanas antes en los Premios Soberano por sus cinco décadas de carrera (Reconocido por Latin Times, People en Español lo recordó). Su muerte, confirmada tras horas de agonía bajo los escombros mientras intentaba ser localizado cantando, conmovió hasta a la diáspora dominicana en Nueva York, donde se realizaron vigilias frente al restaurante La Nueva España, lugar que frecuentaba durante sus visitas a la ciudad (Homenaje en Alto Manhattan). "Era una estrella con una humildad que no se ve todos los días. Por eso quisimos rendirle tributo", expresó Nieves Mejía, propietaria del establecimiento.
La propuesta de Silvia García incluye una articulación tripartita entre el Estado y el sector privado. El Poder Legislativo tendría la tarea de emitir una ley o resolución que declare el terreno como espacio de interés cultural, mientras el Poder Judicial determinaría el estatus legal del inmueble tras las investigaciones por negligencia (Crecen las voces por museo en Jet Set). El Poder Ejecutivo, por su parte, dispondría los recursos para la construcción y adecuación del museo, que incluiría exposiciones interactivas sobre la historia del merengue, archivos sonoros de Pérez y un memorial con los nombres de todas las víctimas. La diputada hizo un llamado al propietario del Jet Set, Antonio Espaillat, para que done o venda el terreno a precio simbólico, aunque hasta el momento no hay respuesta oficial.
El proyecto ha encontrado eco en sectores políticos, como lo demuestran las resoluciones presentadas por legisladores del Partido Revolucionario Moderno (PRM) que respaldan la idea. Sin embargo, expertos en gestión cultural advierten sobre los desafíos: desde garantizar financiamiento sostenible hasta evitar que el espacio se convierta en mero "turismo del dolor". Como contrapunto, señalan el éxito del Museo de la Tumba Francesa en Santiago de Cuba o el Museo del Son en La Habana como ejemplos de cómo preservar tradiciones musicales mediante experiencias inmersivas.
Más allá de su función conmemorativa, el museo propuesto podría convertirse en epicentro de la escena musical contemporánea. El Jet Set, ubicado en el populoso sector de El Portal-Los Kilómetros, fue durante años punto de encuentro intergeneracional donde emergieron talentos como Fernando Villalona y Los Hermanos Rosario (Artículo en El País). Transformarlo en un complejo cultural con salas de ensayo, estudios de grabación y espacios para residencias artísticas podría revitalizar la zona, históricamente marginada del circuito turístico tradicional.
La polémica sobre la seguridad del edificio —cuya estructura colapsó supuestamente por fallas en el diseño antisísmico y sobrecarga de equipos de sonido— añade capas de complejidad al debate. Mientras familiares de víctimas exigen justicia, otros ven en el museo una oportunidad para reformar normas de construcción y protocolos de emergencia. El general Juan Manuel Méndez, director del Centro de Operaciones de Emergencias (COE), recibió reconocimientos por su labor durante el rescate, pero también cuestionamientos sobre la capacidad de respuesta ante desastres de esta magnitud (Detalles del colapso durante el concierto).
En el plano simbólico, convertir un lugar asociado al ocio en santuario cultural reflejaría la resiliencia del pueblo dominicano. Como expresó Zulinka Pérez, hija del artista: "Papá siempre dijo que si algo le pasaba, no quería que lo olvidaran. Este museo sería su mejor legado" (Identificación del cuerpo en Univisión). Entre tanto, las redes sociales se inundan de videos donde jóvenes bailan merengues clásicos de Pérez frente a murales espontáneos que lo retratan junto a las víctimas, señal de que su voz —como dijera su manager Enrique Paulino— "seguirá sonando en los corazones" (People en Español lo recordó).
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