**MIAMI.**— En su probable última salida como local en el loanDepot Park, el as dominicano de los Marlins, Sandy Alcántara, llenó de simbolismo su inclusión de Wilmer Roberts' "Nunca Creyeron" al montar el montículo. Un gesto cargado de mensajes esenciales: símbolo de su rebeldía ante los pronósticos que dudaron de su recuperación tras la cirugía Tommy John. En medio de los rumores de intercambios que preceden al 31 de julio, Alcántara respondió con brillantez en el triunfo 3-2 de Miami sobre los Padres de San Diego.
En un desempeño de 98 lanzamientos, el número 19 permitió solo una carrera merecida y cuatro hits en siete entradas —marca récord de la temporada—, con cuatro ponches y sin bases por bolas. La victoria se apoyó en su tradición fiel de producir excesivo evento de contactos en tierra (nueve roletazos) y dos dobles jugadas decisivas que cerraron entradas.
Todo esto ocurre en un regreso desafiante: Alcántara, quien se sometió a cirugía Tommy John en octubre de 2023, lucha por recuperar su nivel estelar tras una rehabilitación inicialmente programada para durar al menos 12 meses. "Hay mucha gente que no cree en mí, pero si yo creo, no me importa lo que digan", declaró el derecho de 29 años (cumplirá 30 el 7 de septiembre). "Simplemente tengo que confiar en el proceso de Dios y estar aquí luchando por mi equipo". Con estas palabras persiste el espíritu identitario de un lanzador formado en la tierra de tradición beisbolística que forjó leyendas como Juan Marichal y David Ortiz.
Los números destacan: el dominicano, poseedor de un récord de 46 victorias y 866 ponches en carrera, ha enfrentado presión este año tras su operación. A pesar de un ERA de 6.66 en 2025, los analistas resaltan su potencial como acción clave en un mercado donde los lanzadores de calidad son escasos. Su contrato, firmado hasta 2026 con $17.3 millones y una opción de $21 millones para 2027 (con penalización de $2 millones), hace que sea una opción atractiva para equipos contendientes.
En medio de rumores de posibles intercambios, Alcántara sigue siendo un símbolo de perseverancia. "Si tuviera que elegir, yo diría que sí [quería regresar antes]", admitió durante su rehabilitación acelerada en agosto de 2024. "Pero ellos dicen que no, así que confío en su palabra". Esa determinación lo mantiene como ejemplo en Miami y en toda República Dominicana. Y es que, como su entrada musical de Roberts, su legado se construye más allá de los estadios: en la creencia inquebrantable de que los sueños perviven aún cuando la duda rodea el camino.
Para los fanáticos dominicanos, su blanco y negro representa más que un uniforme: es el renacer de una cepa de pitchers orgullosos que enfrentan adversidades sin perder la esencia apasionada del juego. Con cada lanzamiento, Alcántara no solo defiende su proyección en las Grandes Ligas, sino la confluencia de tradición y valentía que define a cada atleta de Azua, su querida tierra natal.
Y mientras los rumores circulan, él persiste en su misión: ser el puente entre generaciones de peloteros, demostrando que incluso tras el silencio de una operación, la voz del corazón dominicano sigue resonando poderosamente en los parques de MLB.
Referencias usadas en Artículo
- Sandy Alcantara undergoes Tommy John surgery
- Sandy Alcantara discusses rehab from Tommy John surgery
- Sandy Alcantara Stats
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