Un país en transición hacia la recuperación de la confianza vacunal
República Dominicana se encuentra en un punto de inflexión crítico en su relación con la inmunización. Mientras un reciente estudio de Statista Consumer Insights ubica al país como el más escéptico de América Latina respecto a la seguridad de las vacunas, con uno de cada cuatro dominicanos (24%) expresando poca confianza en los biológicos, simultáneamente, investigaciones internacionales revelan que el 91% de la población dominicana mantiene altos niveles de confianza en estos medicamentos según información recogida por medios nacionales. Esta aparente contradicción refleja una realidad más compleja: la nación experimenta una etapa de transformación donde emergen nuevos desafíos comunicacionales sin precedentes.
El análisis de Statista, conducido entre enero y marzo de 2024 con encuestas a entre 1,000 y 2,000 personas por país en el rango de 18 a 64 años, posiciona a República Dominicana por encima de Chile, Colombia, Perú, Argentina, Brasil y México en términos de escepticismo vacunal. Esta cifra representa un fenómeno que no puede ignorarse, especialmente considerando que esta nación ha sido históricamente un referente en cobertura de inmunización en la región.
Los rostros ocultos de la desconfianza
La erosión de la confianza en las vacunas en República Dominicana y América Latina no responde a una única causa, sino a la convergencia de múltiples factores. Especialistas en salud pública identifican tres elementos fundamentales que han contribuido decisivamente a este fenómeno.
La desinformación digital ha proliferado sin control en plataformas de redes sociales, convirtiéndolas en espacios donde circulan libremente teorías conspirativas y mensajes falsos sobre supuestos efectos adversos de los biológicos. La Organización Panamericana de la Salud ha documentado cómo esta ola de información sin verificar ha provocado que uno de cada cinco latinoamericanos dude de la seguridad vacunal, un impacto que se agrava particularmente en contextos con menor alfabetización digital o donde existe una comunicación institucional deficiente.
La falta de educación sanitaria constante representa otro pilar del problema. Muchos ciudadanos carecen del conocimiento suficiente para discernir entre información confiable y especulación infundada. Este vacío educativo deja el terreno abonado para que narrativas simplistas y alarmistas encuentren receptividad en la población.
La polarización social en temas de salud ha transformado la vacunación de una cuestión médica en un asunto político. El clima de polarización que caracteriza el ambiente nacional se ha trasladado también a las decisiones sobre inmunización, fragmentando el diálogo público y dificultando la construcción de consensos basados en evidencia científica.
Adicionalmente, la pandemia de COVID-19, aunque reforzó momentáneamente la importancia de la vacunación, dejó al descubierto tensiones entre confianza, transparencia y gestión gubernamental. Las percepciones mixtas que resultaron de esta experiencia han generado cicatrices que persisten en el imaginario colectivo.
República Dominicana avanza: los logros que inspiran esperanza
En contraste con estas cifras de preocupación, el país ha demostrado un compromiso renovado con sus programas de inmunización. En un hecho descrito como histórico en el sector sanitario dominicano, el Ministerio de Salud Pública anunció en mayo de 2025 la inclusión de la vacuna hexavalente acelular al esquema nacional de vacunación. Este biológico representa un avance sin precedentes, ofreciendo protección contra seis enfermedades en una única aplicación: difteria, tétanos, tosferina, hepatitis B, haemophilus influenzae tipo b y poliomielitis, con detalles expuestos durante el evento de lanzamiento de la Semana de Vacunación de las Américas.
Las ventajas de esta incorporación trascienden lo meramente técnico. La vacuna hexavalente acelular reduce significativamente el número de inyecciones que reciben los niños, disminuyendo tanto el dolor como el estrés asociados a la vacunación. Su naturaleza acelular genera menos efectos secundarios como fiebre y malestar local, facilitando que los padres completen el esquema de inmunización de sus hijos. El Ministerio de Salud proyecta aplicar esta vacuna a aproximadamente 100,000 niños anualmente que inician su esquema al cumplir dos meses de edad.
La primicia dominicana en la región es notable. Con esta decisión, República Dominicana se posiciona entre los pocos países de América Latina que incluyen la vacuna hexavalente en su esquema nacional. Durante el acto de presentación realizado en el Hospital Infantil Doctor Hugo Mendoza, las autoridades sanitarias reafirmaron que esta medida representa “un avance histórico en la salud infantil del país” y “una muestra clara del compromiso con la niñez dominicana”.
Complementando este logro, el país ha demostrado un desempeño excepcional en términos de cantidad absoluta de dosis administradas. República Dominicana se posiciona como el segundo país con más dosis administradas por cada 100 habitantes en América Latina, testimonio del esfuerzo sostenido de sus instituciones sanitarias.
En octubre de 2025, el Ministerio de Salud Pública, con apoyo de la Organización Panamericana de la Salud, completó la evaluación nacional del Programa Ampliado de Inmunización, un ejercicio metodológico riguroso que permitió identificar buenas prácticas, lecciones aprendidas y oportunidades de mejora, generando un plan de acción para el fortalecimiento del programa, con resultados en los boletines oficiales del Ministerio.
Un desafío integral: medicina y comunicación
Restaurar la confianza ciudadana en las vacunas es un reto de salud pública que requiere una estrategia integral en República Dominicana. Los expertos coinciden en que el desafío es tanto médico como comunicacional, exigiendo un replanteamiento profundo de cómo el Estado y las instituciones sanitarias se relacionan con la ciudadanía.
Revertir la desconfianza demanda estrategias de comunicación científica sostenidas y contextualizadas que acerquen la información médica al lenguaje cotidiano de las comunidades y respondan directamente a las inquietudes específicas de diferentes segmentos poblacionales. La transparencia en los procesos de aprobación y distribución de vacunas, así como la participación activa de médicos, científicos y líderes comunitarios, resulta esencial para reconstruir la credibilidad institucional que puede haber sido erosionada.
Fortalecer la educación sanitaria desde las escuelas representa una inversión a largo plazo. Las nuevas generaciones de dominicanos necesitan comprender el valor histórico de las vacunas en la erradicación de enfermedades que una vez fueron amenazas mortales, como la poliomielitis, la viruela o el sarampión. Esta educación debe transcender los textos escolares e incorporarse en espacios comunitarios, iglesias, organizaciones vecinales y plataformas digitales.
La construcción de la confianza como acto colectivo
El camino hacia delante requiere que República Dominicana comprenda que la confianza se construye mediante la coherencia entre mensaje y acción. Los ciudadanos esperan ver resultados tangibles, atención de calidad en los centros de vacunación, transparencia absoluta en las decisiones que afectan su bienestar y una comunicación honesta sobre los beneficios y riesgos asociados a cada biológico.
Las iniciativas recientes del país, desde la incorporación de nuevas vacunas hasta los sistemas de monitoreo mejorados, demuestran que existe una arquitectura institucional comprometida con la salud pública. Sin embargo, estas acciones deben acompañarse de un esfuerzo comunicacional equivalente para que lleguen a la conciencia colectiva de la población.
La paradoja actual que presenta República Dominicana—simultáneamente escéptica según algunos indicadores pero con coberturas relativamente altas de vacunación—sugiere que la confianza mayoritaria aún existe, pero se encuentra bajo presión. Preservarla y fortalecerla es responsabilidad compartida entre autoridades sanitarias, profesionales de la salud, medios de comunicación responsables y una ciudadanía consciente del valor de la inmunización como bien común.
Los próximos meses serán cruciales. Mientras el país implementa estas nuevas vacunas y continúa su evaluación de programas, cada acción debe ser comunicada con claridad, cada decisión justificada con evidencia y cada promesa cumplida con precisión. Solo así, a través de este trabajo paciente y sistemático, la República Dominicana podrá no solo recuperar la confianza vacunal, sino también posicionarse como modelo de excelencia en inmunización para la región.
Referencias usadas en Artículo
- Estudio: 89% de los dominicanos tiene confianza en las vacunas
- República Dominicana celebra SVA 2025 con introducción de vacuna hexavalente
- Boletín Semanal 16-2025
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