Pese a que llamó a la Policía para denunciar lo que estaba ocurriendo, los agentes no hicieron nada para impedir las acciones vandálicas
Eran las 3:30 de la madrugada del martes 2 de junio cuando el dominicano Luis Daniel Melo recibió una llamada para ser alertado de que su bodega estaba siendo saqueada por desaprensivos que se escudaron en las protestas que, por la muerte del afroamericano George Floyd a manos de la policía, se realizan en diferentes ciudades de los Estados Unidos.
Su primera reacción fue ver lo que estaba ocurriendo a través de las cámaras de seguridad del negocio, a las que puede dar seguimiento desde su teléfono. De inmediato, entre la furia y el llanto, se preparó para salir de su casa y dirigirse a la calle 188 de El Bronx, Nueva York, donde se funciona “Matanza Deli Grocery”.
Sin embargo, fue impedido por sus hijas y esposa, quienes le advirtieron que si se enfrentaba a los vándalos en el estado en que se encontraba podía perder la vida. Las súplicas de su familia lo hicieron recapacitar y decidió quedarse en casa, mientras lo consumía la rabia al ver cómo destruían lo que con tanto esfuerzo había levantado.
Pese a que llamó a la Policía para denunciar lo que estaba ocurriendo, los agentes no hicieron nada para impedir las acciones vandálicas que se llevaban a cabo en medio del toque de queda impuesto por las autoridades de la ciudad de Nueva York hasta este domingo 7 de junio, que prohíbe la circulación de personas de 8:00 de la noche hasta las 5:00 de la madrugada del día siguiente.
“Ellos (los agentes) se pararon en frente y los saqueadores se fueron. Entonces, los policías se fueron y ellos (los vándalos) volvieron a seguir destruyendo el negocio”, explicó el dominicano, quien denuncia que en este momento están “huérfanos con las autoridades”.
A las 6:00 de la mañana, por fin pudo llegar a su negocio y al constatar en qué condiciones lo habían dejado irrumpió en llanto, mientras se agarraba la cabeza. Le faltaban fuerzas al ver que los delincuentes rompieron cristales, destruyeron en gran parte la mercancía que no se llegaron a llevar, le dañaron equipos y se llevaron alrededor de 12 mil dólares en efectivo, producto de la venta de la lotería, que deposita semanalmente, y de lo que había vendido durante el día anterior.
“Pensé en tirar la toalla, como dicen, pero me dije: No, ahora es que tengo que luchar”, narró Luis Daniel, al definirse como el soporte de su familia que reside tanto en Nueva York como en República Dominicana.
Aunque a cada momento descubre que le falta algo nuevo de lo que estaba estipulado en su inventario, hasta el momento estima que las pérdidas por las acciones vandálicas en contra de su bodega oscilan entre los 100 y 120 mil dólares. Esto sin contar las pérdidas que ha tenido producto de la pandemia por el coronavirus.
(** Note: This article was migrated from a legacy system on 7/15/2023)