La República Dominicana despide con profundo dolor a Américo Ortiz, el hombre que forjó a una de las leyendas más grandes del béisbol mundial. El pasado jueves siete de agosto, en las instalaciones del Centro de Diagnóstico, Medicina Avanzada y Telemedicina (Cedimat) en Santo Domingo, falleció el padre de David "Big Papi" Ortiz tras una valiente batalla contra el cáncer que libró durante varios meses.
El Pilar de una Leyenda
Américo Ortiz, conocido cariñosamente como "Leo" entre los círculos beisboleros, no fue simplemente el padre de uno de los peloteros dominicanos más exitosos de todos los tiempos. Fue el arquitecto silencioso detrás del éxito de quien se convertiría en el orgullo de Boston y de toda la nación dominicana. Su influencia trasciende las estadísticas y los récords; representa la esencia misma de los valores dominicanos: trabajo duro, perseverancia y amor incondicional por la familia.
La relación entre padre e hijo era extraordinaria. David Ortiz, el mismo hombre que conquistó Fenway Park y se ganó el corazón de millones de fanáticos, siempre reconoció que su mayor inspiración provenía del hogar. En sus propias palabras, expresadas con la emotividad característica de nuestra gente: "Si no fuera por mi padre, no habría tenido la carrera que me llevó a Cooperstown. Cuando quise dejarlo todo, él fue mi motivación para seguir adelante. Se lo debo todo a él" (así lo expresó David Ortiz).
Momentos Decisivos de un Padre Sabio
La historia del béisbol dominicano está llena de momentos donde el apoyo familiar marca la diferencia entre el abandono y la gloria. Américo demostró esta verdad durante uno de los episodios más difíciles en la carrera temprana de su hijo. Cuando David enfrentó la frustración de ser enviado a las ligas menores Triple A después de veinticinco turnos de entrenamiento, el desánimo casi lo lleva a renunciar a sus sueños beisboleros.
"Yo no quería volver a jugar pelota, yo tenía en mi mente no volver", recordaba David sobre aquel momento crucial (Américo, el padre que forjó al 'Big Papi'). Fue entonces cuando Américo desplegó la sabiduría que caracteriza a los padres dominicanos, brindándole a su hijo no solo palabras de aliento, sino una perspectiva que transformaría la adversidad en combustible para la grandeza. Con la determinación típica de nuestra tierra, le aseguró que demostrarían a base de trabajo que esa no era su liga verdadera.
El Legado de los Valores Dominicanos
La influencia de Américo se extendió más allá del diamante de béisbol, moldeando el carácter de un hombre que se convirtió en embajador de los valores dominicanos en las Grandes Ligas. María Yaribel, esposa de David, describió a su suegro como "un hombre sabio, valiente, todo un guerrero que ha enfrentado la vida con fuerza, coraje y alegría incluso en los momentos más difíciles".
Esta descripción refleja perfectamente el espíritu indomable que caracteriza a nuestro pueblo. Américo no solo crió a un campeón del béisbol; formó a un hombre que llevó consigo la dignidad, la humildad y la perseverancia que nos identifican como dominicanos ante el mundo entero.
Un Adiós Lleno de Amor
Los últimos meses de vida de Américo estuvieron marcados por el amor incondicional de su familia. David, quien se encontraba trabajando como comentarista para la cadena FOX, recibió la notificación sobre el delicado estado de salud de su padre y tomó un vuelo urgente a Santo Domingo. La providencia permitió que llegara a tiempo al Cedimat, donde pudo acompañar a su padre en sus últimos momentos de vida (Fallece el padre de David Ortiz).
Esta despedida final simboliza algo hermoso de nuestra cultura: la importancia de estar presente para quienes amamos. En un mundo donde las carreras profesionales a menudo alejan a las familias, David demostró que los valores inculcados por su padre permanecían intactos. El éxito internacional nunca le hizo olvidar sus raíces ni sus responsabilidades familiares.
El Impacto en la Comunidad Beisbolera
La noticia del fallecimiento de Américo Ortiz resonó profundamente en toda la comunidad beisbolera dominicana e internacional. Los fanáticos de los Medias Rojas de Boston, equipos rivales y personalidades del deporte expresaron sus condolencias, reconociendo que detrás del gran "Big Papi" siempre estuvo la influencia formativa de un padre excepcional.
Esta muestra de respeto y cariño trasciende las fronteras del deporte. Representa el reconocimiento mundial hacia los valores familiares dominicanos y la forma en que estos han contribuido a formar algunos de los atletas más respetados del béisbol mundial.
Un Testimonio de Fe y Fortaleza
Durante los días previos al Día del Padre en Estados Unidos, David había compartido un emotivo mensaje que ahora cobra mayor significado: "Dios te dé la oportunidad de pararte de esa cama con salud, mi viejo. Eres una de las mejores cosas que me han pasado en la vida. En verdad, no creo que en mi mejor día como padre pueda superarte, porque tú, de la nada, hiciste demasiado solo para vernos crecer".
Estas palabras reflejan no solo el amor filial, sino también la fe profunda que caracteriza a nuestro pueblo. La esperanza, la gratitud y el reconocimiento hacia los sacrificios paternos son elementos fundamentales de la identidad dominicana que Américo supo transmitir a su hijo.
Las honras fúnebres se realizaron en la privacidad del círculo familiar y de amigos cercanos en el Jardín Memorial de Santo Domingo, respetando el deseo de la familia de vivir este momento de dolor en la intimidad que merece una pérdida tan significativa (ceremonia en Jardín Memorial).
La partida de Américo Ortiz marca el final de una era, pero su legado perdurará para siempre en cada jonrón que David conectó, en cada momento de gloria que vivió en Fenway Park, y especialmente en los valores que ahora transmite a sus propios hijos. Su historia es un testimonio poderoso de cómo el amor paternal y los valores dominicanos pueden transformar sueños en realidades que trascienden generaciones.
El béisbol dominicano pierde a uno de sus pilares silenciosos, pero gana una historia inspiradora que continuará motivando a futuras generaciones de peloteros dominicanos. Américo Ortiz demostró que detrás de cada gran campeón hay un padre que cree, que lucha y que nunca deja de amar. Su memoria vivirá eternamente en el corazón del pueblo dominicano y en cada momento en que recordemos que los verdaderos valores se forjan en el hogar.
Referencias usadas en Artículo
- David Ortiz: “Mi padre es mi mejor amigo, siempre fue mi motivación”
- Américo, el padre que forjó al 'Big Papi': así marcó la vida de David Ortiz
- Fallece el padre de David Ortiz
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