La República Dominicana se mantiene en pie ante el embate del huracán Melissa
Con determinación y profesionalismo, el Centro de Operaciones de Emergencias continúa coordinando las acciones de respuesta y prevención frente al huracán Melissa, que mantiene su avance amenazante sobre el territorio nacional. La institución dominicana, bajo la dirección del Mayor General Juan Manuel Méndez García, ha desplegado un operativo integral que demuestra la capacidad organizacional del país para enfrentar desastres naturales de gran magnitud.
El COE ha implementado un sistema de alertas escalonadas que permite a la ciudadanía y a las autoridades locales tomar decisiones informadas sobre las medidas de protección necesarias. Actualmente, treinta provincias de las treinta y dos que conforman la nación se encuentran bajo vigilancia especial, con nueve provincias manteniendo la alerta roja —Barahona, San Cristóbal, Independencia, San José de Ocoa, Monte Plata, San Juan, Azúa, Peravia y Pedernales— mientras que dieciséis provincias se encuentran en alerta amarilla, incluyendo el Distrito Nacional y la región del Gran Santo Domingo.
La organización institucional ante la adversidad
Bajo el liderazgo del Mayor General Méndez García, quien ha dirigido el COE desde el veintiséis de julio de dos mil cinco, la institución ha coordinado todas las situaciones de emergencias ocurridas en el país. Su vasta experiencia incluye la coordinación de respuestas ante tormentas tropicales como Gustav, Hanna, Ike, Olga y Noél, así como operaciones de apoyo internacionales en respuesta al terremoto en Haití y la pandemia de COVID-19. Para conocer más sobre su trayectoria, revisa el perfil público del director del COE.
El organismo ha establecido cinco refugios públicos que albergan a ochenta y dos personas evacuadas de sus hogares, mientras que continúa realizando operativos de rescate y asistencia humanitaria en las comunidades más vulnerables. Las autoridades han reportado setecientas cincuenta y dos viviendas afectadas, de las cuales dieciséis han sufrido daños parciales y una ha quedado totalmente destruida. En territorios como La Ceiba, en Santo Domingo Norte, donde el desbordamiento del río Cabón ha aislado a la comunidad, las autoridades han utilizado tecnología de drones para realizar entregas de alimentos, demostrando innovación en la gestión de crisis.
Una lluvia histórica en el horizonte
El fenómeno meteorológico se mantiene con vientos máximos sostenidos de doscientos cuarenta kilómetros por hora, moviéndose hacia el oeste a siete kilómetros por hora. Los expertos alertan sobre precipitaciones que podrían alcanzar hasta setenta y seis centímetros de lluvia en Jamaica y el sur de la Española, con algunas áreas proyectando recibir hasta un metro de precipitación. Esta magnitud de lluvia representa un desafío sin precedentes para la infraestructura nacional, según el reporte internacional sobre el avance del huracán.
La ingeniera Gloria Ceballos, especialista en hidrometeorología, ha señalado que las lluvias continuarán desplazándose hacia Barahona y el sur profundo del territorio, con suelos ya saturados por las precipitaciones previas. El director del COE ha enfatizado que esta degradación de alertas de rojo a amarillo en provincias como el Distrito Nacional, La Romana y San Pedro de Macorís no significa descuidarse, sino mantener la vigilancia constante y seguir los protocolos de prevención establecidos por el Sistema Nacional de Prevención, Mitigación y Respuesta.
El heroísmo en la respuesta
Cuarenta y ocho comunidades permanecen incomunicadas debido a los efectos del huracán, mientras que casi uno coma cuatro millones de dominicanos han sido afectados por cortes de agua. A pesar de estos desafíos, la población dominicana ha respondido con la solidaridad que caracteriza a la nación caribeña. Las autoridades continúan la búsqueda de un niño que desapareció junto al malecón de Santo Domingo, utilizando todos los recursos disponibles en aguas del Mar Caribe.
El COE ha reiterado de forma enfática sus recomendaciones a la ciudadanía: abstenerse de cruzar ríos, arroyos y cañadas que presenten altos volúmenes de agua, evitar desplazamientos innecesarios en las zonas bajo alerta y mantenerse atentos a los boletines oficiales emitidos por la institución. En las costas caribeñas, los operadores de embarcaciones frágiles, pequeñas y medianas han sido instruidos a permanecer en puerto debido a los vientos y olas anormales, mientras que en la costa atlántica se permite navegar con precaución cercana al perímetro costero.
Los organismos de protección civil en las zonas costeras han sido instruidos para tomar todas las medidas preventivas necesarias con el fin de preservar la vida de los ciudadanos, previniendo probables rompientes y corrientes de resaca que podrían representar peligro mortal.
Vigilancia permanente y esperanza nacional
La determinación de las autoridades dominicanas refleja el compromiso institucional con la preservación de vidas y bienes. El COE mantiene su operatividad a plena capacidad, coordinando entre instituciones del Sistema Nacional de Prevención, Mitigación y Respuesta para apoyar la preparación y respuesta ante este evento natural, contribuyendo a minimizar los efectos derivados del fenómeno de manera eficiente y eficaz.
En estos momentos de prueba, la nación dominicana demuestra que posee las instituciones, el liderazgo y la voluntad colectiva para enfrentar cualquier adversidad. El COE continúa en alerta, los refugios abren sus puertas, y los dominicanos se unen en la solidaridad que define la identidad caribeña. Aunque el huracán Melissa representa un desafío significativo, la capacidad organizacional y la determinación del pueblo dominicano permiten mirar hacia adelante con la convicción de que se superará esta prueba como se han superado otras a lo largo de la historia.
Referencias usadas en Artículo
- Alerta en República Dominicana por el avance del huracán Melissa: más de 3.500 personas fueron evacuadas
- Juan Manuel Méndez García | Presidencia de la República Dominicana
- El huracán Melissa llega a categoría 4 y amenaza con inundaciones catastróficas en Jamaica y Haití
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