La región del Cibao enfrenta uno de sus mayores desafíos hídricos de los últimos años, pero la respuesta coordinada de las instituciones dominicanas y el compromiso de la ciudadanía demuestran la capacidad de nuestra nación para superar las adversidades climáticas. La situación actual de la presa Tavera-Bao en Santiago refleja no solo los efectos de una sequía prolongada, sino también la importancia de la gestión responsable de nuestros recursos hídricos.
La Crisis del Embalse Tavera-Bao
La Corporación del Acueducto y Alcantarillado de Santiago ha documentado una disminución crítica en los niveles de la presa Tavera-Bao, principal fuente de abastecimiento de agua potable para Santiago, conocida como la ciudad Corazón. El embalse registra actualmente una cota de 314.55 metros sobre el nivel del mar, situándose peligrosamente por debajo de la cota mínima de operación establecida en 322.50 metros y muy distante del nivel óptimo de 327 metros, como reportó recientemente Diario Libre sobre el bajo nivel en la presa Tavera-Bao.
Esta reducción responde directamente a la sequía prolongada que durante los meses de junio, julio y agosto ha afectado la parte alta del río Yaque del Norte, el afluente vital que alimenta este sistema estratégico para el desarrollo del Cibao. La situación evidencia la vulnerabilidad de nuestros ecosistemas hídricos ante los fenómenos climáticos extremos, pero también la necesidad de fortalecer nuestras estrategias de adaptación.
Impacto en la Producción y Servicios
El director general de Coraasan, Andrés Cueto, ha proporcionado datos precisos sobre el impacto operacional de esta crisis. Mientras que en condiciones normales la corporación produce 114 millones de galones diarios, la capacidad actual se ha reducido a apenas 91 millones de galones, representando una disminución del 20 por ciento en la producción total.
Esta reducción equivale a 23 millones de galones diarios menos de agua potable disponible para la población santiaguera, afectando principalmente los sectores de la parte alta de Santiago y el sistema de La Dura en Moca. Sin embargo, es importante destacar que otros sistemas vitales como los de La Canela, Villa González y Nibaje mantienen su funcionamiento normal, ya que dependen de fuentes de abastecimiento independientes, tal y como detalla el informe sobre la situación en la presa Tavera-Bao a nivel local.
Respuesta Institucional y Medidas de Contingencia
La respuesta de Coraasan ante esta crisis demuestra la capacidad de adaptación y la planificación estratégica de las instituciones dominicanas. La corporación ha implementado un conjunto integral de medidas que incluye:
Asistencia directa mediante el despliegue de camiones cisterna en los sectores más afectados, garantizando que ningún hogar dominicano quede sin acceso al vital líquido. Esta medida refleja el compromiso social de las instituciones públicas con el bienestar de todos los ciudadanos.
Reprogramación inteligente del sistema de distribución, optimizando los recursos disponibles para maximizar el alcance del servicio. Esta estrategia técnica permite mantener el suministro a la mayor cantidad posible de hogares durante el período crítico.
Aceleración de reparaciones en la red de distribución para minimizar las pérdidas por averías, una medida que no solo responde a la crisis actual sino que fortalece la infraestructura a largo plazo.
Campaña educativa masiva a través de medios de comunicación y redes sociales, promoviendo la conciencia ciudadana sobre el uso eficiente del agua. Esta iniciativa demuestra cómo la educación se convierte en una herramienta fundamental para la gestión sostenible de los recursos.
Diálogo sectorial con propietarios de lavaderos y otras industrias de alto consumo, buscando soluciones colaborativas que equilibren las necesidades económicas con la conservación del recurso hídrico.
Contexto Nacional del Déficit Hídrico
La situación de Santiago se enmarca dentro de un patrón climático nacional que ha caracterizado gran parte del 2025. Durante los primeros meses del año, República Dominicana experimentó un déficit de lluvias significativo, con enero registrando precipitaciones 43 por ciento por debajo del promedio nacional. Las regiones más afectadas incluyeron el Noroeste, Suroeste y la región Central, con reducciones que alcanzaron hasta el 79.9 por ciento en algunas áreas.
Febrero intensificó esta tendencia con una reducción del 73 por ciento en las precipitaciones a nivel nacional, afectando particularmente las actividades agropecuarias, según el balance hídrico del INDOMET. Sin embargo, abril marcó un punto de inflexión positivo, con precipitaciones superiores a lo normal en la mayoría de las regiones, especialmente en el Noreste y Norte del país.
Esta variabilidad climática forma parte de los patrones estacionales naturales de nuestro territorio, donde febrero y marzo tradicionalmente registran las menores precipitaciones del año. La comprensión de estos ciclos permite a las instituciones dominicanas desarrollar estrategias de preparación y respuesta más efectivas, tal como analizan diversos estudios sobre el déficit de lluvias en República Dominicana.
Fortalezas del Sistema Hídrico Dominicano
A pesar de los desafíos actuales, el sistema de gestión del agua en Santiago demuestra importantes fortalezas estructurales. La diversificación de fuentes de abastecimiento permite que sistemas como Nibaje, La Canela y Villa González mantengan su operación normal, proporcionando estabilidad a una parte significativa de la población.
La infraestructura robusta desarrollada a lo largo de las décadas permite respuestas rápidas ante crisis como la actual. La capacidad de redistribuir recursos, implementar suministros alternativos y mantener la comunicación efectiva con la ciudadanía refleja la madurez institucional alcanzada por el sector hídrico dominicano.
Innovación y Adaptación Agrícola
Paralelamente a los desafíos hídricos urbanos, el sector agrícola dominicano ha demostrado una notable capacidad de innovación mediante la adopción de cultivos resistentes a la sequía. Especies como la yuca, que puede sobrevivir hasta seis meses sin lluvia y generar rendimientos de 10 a 15 toneladas por hectárea, representan alternativas viables que fortalecen la seguridad alimentaria nacional, como se resalta en el artículo sobre cultivos resistentes a la sequía en República Dominicana.
Esta adaptación agrícola no solo responde a las crisis climáticas sino que diversifica la economía rural, reduciendo la vulnerabilidad alimentaria en un 40 por ciento durante sequías extremas, según proyectos implementados en Montecristi y San Juan.
Compromiso Ciudadano y Perspectivas Futuras
La crisis actual ha generado una oportunidad única para fortalecer la conciencia hídrica de la población dominicana. Las campañas educativas de Coraasan, los encuentros con juntas de vecinos y la colaboración con centros educativos están sembrando las semillas de una cultura del agua más sostenible y responsable.
El llamado de las autoridades a priorizar el consumo doméstico esencial y evitar desperdicios innecesarios durante esta época crítica ha encontrado eco positivo en la ciudadanía santiaguera, demostrando la solidaridad característica del pueblo dominicano ante las adversidades.
La experiencia de esta sequía está fortaleciendo las capacidades institucionales y ciudadanas para enfrentar futuros desafíos climáticos. Cada gota ahorrada hoy se convierte en una inversión para el futuro hídrico de Santiago y del país, mientras que cada medida implementada por Coraasan sienta precedentes valiosos para la gestión sostenible del agua en toda la nación dominicana. Esta crisis, aunque desafiante, reafirma el compromiso inquebrantable de las instituciones y la ciudadanía dominicana con la preservación de nuestros recursos naturales y el bienestar colectivo.
Referencias usadas en Artículo
- Reportan bajo nivel en la presa Tavera-Bao
- Déficit de lluvias en República Dominicana durante el primer trimestre de 2025
- Cultivos resistentes a la sequía en República Dominicana
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