Los ríos Ozama e Isabela, arterias vitales que han sido testigos del crecimiento y desarrollo de Santo Domingo, se encuentran en el centro de una importante movilización ciudadana que busca su rescate y revitalización. Estas corrientes de agua, que por décadas han formado parte de la identidad dominicana, representan hoy una oportunidad única para demostrar la capacidad de transformación y el compromiso ambiental de nuestro país.
El llamado urgente de las comunidades
Francisco Reyes, presidente del Bloque de Organizaciones Comunitarias y Sociales Ozama e Isabela y la Asociación de Pescadores Río Ozama Mar Caribe, ha liderado una iniciativa que refleja el espíritu de lucha y esperanza característico del pueblo dominicano. Su mensaje es claro y contundente: "estos dos importantes ríos pueden volver a cobrar vida y servir para el desarrollo de los barrios del Gran Santo Domingo que los rodean" (exigen al gobierno plan de rescate de los ríos Ozama e Isabela).
Las organizaciones comunitarias de la ribera sur han elevado su voz con determinación, exigiendo al ministro de Medio Ambiente la activación del decreto 360-21, una herramienta legal que promete ser fundamental en la recuperación de estos cuerpos de agua. Esta demanda no surge del desespero, sino de la convicción de que aún existe tiempo para revertir décadas de deterioro ambiental (organizaciones comunitarias y ambientalistas afirman decreto 360-21 no ha detenido contaminación de los ríos Ozama e Isabela).
El decreto 360-21: instrumento de esperanza
El decreto presidencial 360-21, firmado por el presidente Luis Abinader el 4 de junio de 2021, representa un hito en la política ambiental dominicana. Esta disposición legal transforma la antigua comisión presidencial en un gabinete especializado para la rehabilitación, saneamiento, preservación y uso sostenible de las cuencas de los ríos Ozama e Isabela (decreto n° 360-21).
La creación de este gabinete bajo el liderazgo del Ministerio de Medio Ambiente y Recursos Naturales demuestra el compromiso del gobierno actual con la preservación del patrimonio natural dominicano. El decreto no solo establece un marco institucional robusto, sino que también contempla la creación de un fideicomiso que garantizará la sostenibilidad financiera de los proyectos de recuperación.
Identificando las verdaderas causas de la contaminación
Uno de los aspectos más reveladores de esta lucha ambiental es el reconocimiento de que la contaminación no proviene únicamente de las comunidades ribereñas, como tradicionalmente se ha creído. Francisco Reyes ha señalado con valentía que las empresas son las mayores contaminantes, especialmente del río Isabela, afluente del Ozama (falta de voluntad política mantiene abandono del río Ozama).
Esta perspectiva equilibrada y justa permite abordar el problema desde sus raíces reales, evitando la estigmatización de las comunidades más vulnerables mientras se enfoca en las verdaderas fuentes de contaminación industrial. El reconocimiento de esta realidad es fundamental para diseñar estrategias efectivas que ataquen el problema de manera integral.
Proyectos de transformación en marcha
La República Dominicana ya cuenta con ejemplos exitosos de transformación urbana y ambiental que demuestran la viabilidad del rescate de los ríos Ozama e Isabela. Proyectos como Nueva Barquita y Nuevo Domingo Savio han logrado reubicar a miles de familias que vivían en condiciones de extrema vulnerabilidad, mejorando significativamente su calidad de vida (accionan para frenar deterioro ambiental por ríos y vertederos de Santo Domingo).
El proyecto Nueva Barquita, iniciado en 2016, atendió la situación de aproximadamente 7,600 residentes, convirtiéndose en un modelo de intervención integral que combina el desarrollo social con la preservación ambiental. Estas iniciativas reflejan la capacidad dominicana para ejecutar proyectos complejos que benefician tanto a las comunidades como al medio ambiente.
Infraestructura para la recuperación
Los esfuerzos de saneamiento incluyen la implementación de tecnologías avanzadas como interceptores de desechos y biobardas, sistemas que han demostrado su efectividad en la reducción del flujo de residuos hacia los ríos. La Corporación de Acueducto y Alcantarillado de Santo Domingo opera una planta de tratamiento de aguas residuales en La Zurza, evidenciando el compromiso institucional con el saneamiento de las cuencas (ministerio de medio ambiente y fideicomiso DO Sostenible coordinan acciones en favor de).
El próximo cierre técnico del vertedero de San Luis, con una inversión de 145 millones de pesos, incluye la construcción de una estación de transferencia capaz de manejar hasta 200 toneladas diarias de residuos. Esta infraestructura moderna permitirá un manejo más eficiente de los desechos sólidos que históricamente han afectado la calidad del agua.
Coordinación interinstitucional: clave del éxito
El éxito de este ambicioso proyecto de recuperación depende de la coordinación efectiva entre múltiples actores. El Ministerio de Medio Ambiente y Recursos Naturales trabaja de la mano con las alcaldías de Santo Domingo Este, Norte y el Distrito Nacional, así como con el sector privado y organizaciones ciudadanas (acciones en favor de los ríos Ozama e Isabela).
Esta colaboración intersectorial refleja la madurez institucional del país y su capacidad para abordar desafíos complejos mediante el trabajo conjunto. La participación activa del Fideicomiso DO Sostenible, dirigido por Armando Paíno Henríquez, ejemplifica el compromiso del sector privado con la sostenibilidad ambiental.
Una visión de futuro para Santo Domingo
Los ríos Ozama e Isabela tienen el potencial de convertirse nuevamente en elementos centrales del disfrute ciudadano y el desarrollo urbano sostenible. La visión de ríos navegables, con riberas recuperadas y ecosistemas restaurados, no es una utopía sino un objetivo alcanzable con la voluntad política y el compromiso ciudadano adecuados.
Las familias de pescadores que dependen de estos ríos para su sustento representan una conexión ancestral con estas aguas, y su participación activa en los procesos de recuperación garantiza que las soluciones propuestas sean culturalmente apropiadas y socialmente sostenibles.
La lucha por el rescate de los ríos Ozama e Isabela trasciende la simple restauración ambiental; representa la determinación del pueblo dominicano de reclamar y preservar su patrimonio natural para las futuras generaciones. Con liderazgo comunitario sólido, marcos legales apropiados y voluntad política, estos ríos pueden volver a ser motivo de orgullo nacional y símbolos de la capacidad dominicana para superar los desafíos ambientales más complejos.
Referencias usadas en Artículo
- exigen al gobierno plan de rescate de los ríos Ozama e Isabela
- decreto n° 360-21
- ministerio de medio ambiente y fideicomiso DO Sostenible coordinan acciones en favor de
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