San Francisco de Macorís. Con profundo respeto y cariño, la comunidad francomacorisana despide a doña Ramona Frías, viuda Calderón, dama entrañable cuya vida encarnó los valores más nobles de la familia dominicana: el servicio silencioso, la fortaleza espiritual y el compromiso inquebrantable con su entorno. Su partida, anunciada con tristeza por la dirigente y comunicadora Mildred Sánchez a través de una nota publicada en el medio local EL JAYA, ha dejado un vacío en quienes tuvieron el privilegio de conocer su bondad y sabiduría, cualidades que la convirtieron en un pilar de amor y estabilidad para su hogar y su ciudad.
Doña Ramona, esposa del inolvidable don Primitivo Calderón Soriano (Tibito), quien partió el dieciséis de agosto del año anterior, formó junto a él una unión ejemplar que trascendió lo personal para marcar la historia local. Don Primitivo, pionero de la locución en San Francisco de Macorís y fundador de la reconocida Farmacia Calderón, dedicó su vida a servir a la comunidad desde el ámbito de la salud y la comunicación, mientras doña Ramona tejía, con discreción y entrega, los lazos que fortalecieron a su familia y a cuantos la rodearon. Juntos construyeron un legado de honestidad y trabajo, arraigado en principios cristianos y en el profundo respeto por las tradiciones dominicanas.
De esta unión nacieron Mirtha, Héctor y Reynaldo Calderón, quienes hoy honran la memoria de su madre con el orgullo de quienes heredaron su rectitud y su vocación de servicio. La Farmacia Calderón, referente de atención y salud en la ciudad, fue también un espacio donde doña Ramona, con su cálida presencia, contribuyó a crear un ambiente de confianza y cercanía, reflejando el espíritu solidario que caracteriza a los hijos del Cibao. Su hogar, siempre abierto a las necesidades ajenas, se convirtió en modelo de hospitalidad y fe, valores transmitidos a las nuevas generaciones con la sencillez de quien vive lo que predica.
Las honras fúnebres de doña Ramona se llevan a cabo en la Funeraria Mercedes desde las nueve de la mañana del viernes cinco de diciembre, mientras su entierro tendrá lugar este sábado a las diez de la mañana en el Parque Cementerio Fuente de Luz, donde reposará junto a su amado esposo. Este lugar, símbolo de paz y recogimiento, acoge a quienes desean despedir a una mujer cuya vida fue testimonio de humildad y serenidad, virtudes que hoy más que nunca enriquecen el alma colectiva de San Francisco de Macorís.
Doña Ramona será recordada no solo por su sonrisa acogedora o su palabra oportuna, sino por encarnar aquello que define a lo mejor de nuestra identidad: el amor incondicional a la familia, el respeto por las raíces y la firmeza para enfrentar los desafíos con esperanza. En una época donde los valores parecen difuminarse, su ejemplo resplandece como faro para quienes creen en la fuerza transformadora de lo sencillo y lo auténtico. San Francisco de Macorís, cuna de luchadores y soñadores, rinde hoy tributo a una de sus hijas más queridas, cuya memoria seguirá inspirando a futuras generaciones a construir un país desde el corazón de cada hogar.
Paz eterna a su alma, noble dama cuyo legado perdurará en cada acto de generosidad y en cada sonrisa que, como la suya, ilumine el camino de los demás.
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