Azua es una de las 32 provincias de la República Dominicana, la cual se encuentra en la región suroeste del país. Limita al noroeste con San Juan, al oeste con Bahoruco, al suroeste con Barahona, al sur con el Mar Caribe, al noreste con La Vega, al este con San José de Ocoa y al sureste con Peravia.
Su Historia
A la llegada de los españoles a la isla de Santo Domingo, Azua era un nitainato perteneciente al Cacicazgo de Maguana (uno de los cinco reinos en los cuales estaba dividida la isla) gobernado por el nitaino Cuyocagua y bajo la jurisdicción del Cacique Caonabo.
La villa española de Compostela de Azua, llamada en la actualidad Azua de Compostela, fue fundada en 1504 por el adelantado Diego Velázquez de Cuéllar, quien sería posteriormente el conquistador de Cuba, durante el gobierno de Don Nicolás de Ovando, cerca de una heredad perteneciente a Don Pedro Gallego, español radicado en la zona cercana al nitainato, procedente de la ciudad de Santiago de Compostela, en la región de Galicia. Este hacendado recibió en su casa a Diego Velázquez de Cuéllar y a su comitiva en su marcha hacia el sur de la isla, cuando se disponían a visitar el Cacicazgo de Jaragua, gobernado por la reina Anacaona. Según el DRAE, un nitaíno, entre los indios taínos, es una persona de la nobleza.
Por Real Cédula de 7 de diciembre de 1508, dada en Sevilla por el rey Fernando El Católico, a la Villa de Compostela de Azua se le otorga su escudo heráldico, tras haber prosperado la propuesta de los procuradores Diego de Nicuesa y el bachiller Antonio Serrano, y con el apoyo incondicional del gobernador Nicolás de Ovando.
El primer escribano del cabildo de Azua fue, de 1504 a 1511, Don Hernán Cortés, el célebre conquistador de México.
La primera iglesia fue construida entre 1511 y 1514, por órdenes del fraile García de Padilla, primer obispo de Santo Domingo. Esta iglesia, que originariamente se construyó con tablas de palma cana, fue sustituida por una segunda, saqueada y destruida por una partida de corsarios de los tantos que desembarcaban en los puertos cercanos a la ciudad. Una tercera iglesia, en 1666, hecha de madera, ardió tras otro ataque corsario, en 1677. La iglesia de piedra construida tres años después del incendio de la ciudad sucumbió con el terremoto de 1751.
Azua es la cabecera más antigua de las provincias sureñas y una de las primeras ciudades fundadas en el Nuevo Mundo.
Se convirtió rápidamente en un centro urbano importante en la isla, tanto por su puerto como por ser el paso obligado entre los poblados del Suroeste y la ciudad de Santo Domingo. Pero el 16 de octubre de 1751, la primitiva ciudad de casas de pieda quedó sepultada por un terremoto que provocó la entrada del mar al poblado. La ciudad tuvo que ser trasladada unos ocho kilómetros más al norte, para situarla a orillas del Río Vía, en terrenos que fueran donados por la familia de Don Gregorio Díaz y de la señora Luisa Guerrero.
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